Tallando El Elefante: me hice canción

Por Ramiro García Morete

“Dije un montón de veces la palabra canción”, se reirá de cierta recurrencia que, a su vez, denota un rumbo. Y es que la canción es para él algo tan natural como el modo en que la concibe. Por eso, ya sean ciertos bríos de candombe o tango o reggae -o cualquier género popular- que atraviesen su repertorio como las bandas que escuche- Gorillaz, Estelares o cualquier otra cosa- todo fluirá y confluirá bajo el mando de la canción. Letra, melodía y armonía. ¡Y estribillo! “Soy muy del estribillo -por así decirlo- pegadizo-contará-. No alcanza con solo una buena letra. Paras eso agarro un libro. Me gustan esas melodías que no sabes cómo llegan al corazón”.

La canción -repetiremos la palabra hasta al cansancio- será algo tan natural como el modo en que se dio cuenta que podía escribirlas. Tendría dieciséis y no habría pasado mucho de comprarse en Eco Music la misma Gracia “cagada a palos” con la que hoy compone, entre bollos de papel, borradores, tachones. “Papel y pluma, soy de esa escuela -definirá-. Más allá de que tengo notas y audios en el teléfono, soy muy del velador, del escritorio, de mis hojas… Soy un apasionado de la lectura. En eso estoy abocado todo el tiempo, tratando de cultivarme, de agilizar el vocabulario. Es mi mundillo. En mi habitación está todo”. Las canciones escritas en su habitación llegarían a muchas personas a través de una de las bandas más convocantes de la ciudad.

Y llegado el momento de tomar otra senda, el rumbo sin embargo sería el mismo: “El trabajo era el mismo. Yo siempre fui compositor. Antes lo cantaba otra persona, generalmente. Me sentí más cómodo. Lo que tuve que perfeccionar es la voz, que lo sigo haciendo todos los días, tratar de cantar mejor”. Y es ahí donde se completa o verdaderamente cobra vida una canción: junto a lxs otrxs. Quizá por ello, más allá de planear equiparse para un home studio, no pierde de vista que es en ese aporte colectivo donde se logra el sonido sin forzarlo. De esa manera es que Augusto “Cara” Graciosi (voz) junto a Facundo Bratulich (batería), Nicolás Barrientos (bajo), Bruno Bonarelli (guitarra), Imanol Salinas (guitarra y coros) y Federico Machi (piano y acordeón) conforman esta banda de rock aguerrido pero de sensibilidad melódica, entre la credibilidad suburbana y la proyección radial. Con dos discos y uno en camino, el grupo que vuelve a presentarse en vivo tras un año de pandemia: Tallando El Elefante.

Con “Del otro lado” y “Neurosis” publicados, Graciosi anticipa algo del tercer larga duración: “Capaz que hay una mezcla de los dos, porque la banda está más afianzada y encontró una identidad. El primer disco es más en base a la canción. El segundo también, porque es una banda de rock fusionado con música popular. Pero el matiz de ‘Neurosis’ es más hard rockero. Este tercer disco va a ser quizá una pequeña fusión de los dos. Con algunos tintes y matices nuevos. Incursionando en otros ritmos, incluyendo otras formas de toques”. Y especifica: “Lo que puede llegar a cambiar es la parte de ejecución, lo musical. Vamos a utilizar otro tipo de sonidos. Estamos en un proceso de creación, no te puedo dar un resultado final.  Estamos en un 80 por ciento de disco”.

Desde la composición pura, dice que no habrá cambios. En ese terreno, considera que “el fuerte mío es la narrativa, lo que es la letra”. En ellas suele darse un encuentro entre una conciencia crítica sobre un mundo hostil y una convicción de seguir adelante. “Para mi esa cosa autobiográfica del autor tiene que estar. Capaz que soy de señalarlo más, de remarcar esas cosas. Siempre hablando de los hábitos, de la lucha de la gente, de la conciencia, de la soledad, de la vida, de la muerte. Uno no sale más o menos de ahí. Pero con la impronta de cada uno. Siempre fui de contar mis propias historias. El que escucha se siente identificado o interpreta a su manera. Más allá de que son bastante explícitas”.

“No podría analizar qué estilo hacemos. Quizá eso sea más para quien escucha, analizar o evaluar qué es realmente lo que hacemos. Rock fusionado con música popular, diría”. Y agrega: “Yo trato de naturalizarlo. No decir: saco una base de acá. Me gusta esa naturalidad de que quizá somatice ese tipo de influencia. No desde afanar así por hobby”.

Respecto al regreso a los escenarios, el cantante dice tener “una ansiedad impresionante. Pero contentos…”. Y respecto al presente de la banda, “ahora la formación ha cambiado. Creo que Tallando El Elefante va a buscar la prolijidad. Viene siendo una banda muy meticulosa desde ese lado, con la presencia de dos guitarras rockeras muy al frente. Y después la canción: los estribillos, letra y melodía la va llevando”.

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