Historia de una causa  Nacional y Latinoamericana

Por Carlos Ciappina

Las Malvinas

Referirnos a las Islas Malvinas (y todas las del Atlántico Sur ocupadas por el Imperio Británico) es un tema que habilita múltiples reflexiones y análisis. También es un tema que no se puede abordar sólo racionalmente o académicamente, desde que miles de jóvenes han sufrido y cientos han muerto por la presencia colonialista.

Referirse a las Islas Malvinas hoy, en el año 2016 es demostrar la vigencia de las prácticas colonialistas de las potencias europeas en nuestro país y en América Latina hoy. Decir colonialismo es decir prepotencia militar y simbólica, discriminación y racismo, apropiación indebida de recursos estratégicos, consagración de la ley del más fuerte en desmedro del derecho internacional.

Todo eso pasa hoy, aquí en nuestras tierras (las tierras malvinenses) y frente a nuestras costas. Entender el colonialismo es entender que desde el siglo XV las potencias europeas se han desplegado por Asia, África y América buscando los recursos naturales, humanos (la esclavitud moderna es un “invento” europeo) y territoriales en beneficio de las elites de naciones como Gran Bretaña, Francia, España, Portugal, Bélgica, Holanda y más tardíamente Italia y Alemania. Es importante destacar el punto anterior: para América Latina , Asia o África el colonialismo sólo ha significado depredación, destrucción de culturas y civilizaciones, agotamiento de recursos naturales y destrucción del medioambiente; pero para naciones como Gran Bretaña , el colonialismo es el “modo natural” de ubicarse en el mundo.   Que no es, ni ha sido una práctica aislada lo demuestra el hecho incontrastable que el Imperio Británico ha invadido a lo largo de su historia a todos los actuales países de América (incluyendo EEUU y Canadá que fueron sus colonias), con las sola excepción de Bolivia y Paraguay. En algunos, como el nuestro, se ha quedado.

También es necesario señalar que hay un modo “colonial” de ver la realidad desde nuestros propios países. Ya lo señalaban Arturo Jauretche y Scalabrini Ortíz, cuando analizaban el extrañamiento de nuestra propia realidad que se evidenciaba al estudiar la educación primaria y secundaria, la Universidad, el rol de los grandes medios de comunicación; lo que se denominaba “la cultura” en todos sus niveles. Durante largas décadas fuimos formados en una historia, una sociología, un “modo de ver el mundo” que había generado precisamente el colonialismo. Logrando el éxito máximo de una política cultural: que los propios sujetos sometidos al colonialismo lo vivieran como lo deseable y, más aún, lo civilizado.

Una larga historia de depredación

Las Islas fueron “descubiertas” en el viaje de Magallanes quedando bajo jurisdicción del Imperio español. A partir de 1766 las Islas quedaron bajo la administración de la Gobernación de Buenos Aires con el nombre de Gobernación de las Islas Malvinas y a partir de 1778 del Virreinato del Río de La Plata. Con la Declaración de Independencia de 1816, las Provincias Unidas del Río de La Plata heredaban la totalidad del territorio otrora español. De modo que a nadie se extrañó que en 1820 las Provincias Unidas retomaran posesión formal de las Islas y nombraran su primer comandante militar en la etapa  independiente, un soldado de origen guaraní, Pablo Areguatí, que llegó a las islas en 1823. En 1826 Luis Vernet y Jorge Pacheco fundan el primer establecimiento permanente en las Islas y en 1829 Vernet fue nombrado Primer Comandante Político y Militar de las Islas. En 1830 depredaron las Islas tres buques norteamericanos que fueron detenidos y expulsados pues cazaban focas sin autorización. En setiembre de 1832 se instaló en las Islas un nuevo gobernador nombrado por Buenos Aires junto a una pequeña guarnición de soldados.

los británicos no se instalaron en las Islas pidiendo permiso; realizando un plebiscito o consultando al gobierno: lo hicieron por el uso liso y llano de la fuerza, que es el modo por el cual siguen sosteniendo allí la ocupación.

En diciembre de 1832 una expedición con buques de guerra invadió las Islas por orden del almirantazgo británico. Es necesario enfatizar este hecho: los británicos no se instalaron en las Islas pidiendo permiso; realizando un plebiscito o consultando al gobierno: lo hicieron por el uso liso y llano de la fuerza, que es el modo por el cual siguen sosteniendo allí la ocupación.

Los invasores británicos establecieron un rígido sistema de trabajo, sobreexplotando a los gauchos argentinos y charrúas que trabajaban en las Islas. El gaucho entrerriano Antonio Rivero se sublevó contra las condiciones impuestas por los invasores y tras ejecutar a los responsables de los destratos y humillaciones,  arrió el pabellón británico durante cinco meses. Mezcla de estallido social y de levantamiento contra el invasor, la epopeya de los gauchos comandados por Rivero será la primera resistencia a la ocupación por la fuerza del Imperio Británico.

En 1908 los británicos agregaron a la colonia malvinense las Islas Orcadas, Shetland y Sandwich del Sur, incrementando la ocupación colonialista del Atlántico Sur.

Durante las dos Guerras Mundiales del siglo XX, las Islas Malvinas demostraron su valor estratégico como base para el control y abastecimiento de las potencias aliadas en el Atlántico Sur y en el cruce hacia el Océano Pacífico.

Los compromisos Internacionales y la política de hechos consumados británica

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la situación de los pueblos bajo el dominio de las potencias colonialistas se volvió central: la existencia de colonias era una contradicción evidente con los objetivos por los cuales los aliados se habían embarcado en la guerra: si la guerra había sido por la libertad y contra la opresión fascista; era claramente un contrasentido que países como el Reino Unido, Francia, Italia o Bélgica mantuvieran millones de personas bajo el dominio colonial. A la vez, los propios pueblos asiáticos, africanos y latinoamericanos se movilizaron para luchar por su independencia. La presión descolonizadora tuvo que incluirse en la agenda de las Naciones Unidas.

El proceso de liberación y descolonización se volvió indetenible y, la Asamblea General de la ONU aprobó en 1960 la Resolución 1514 ( 89 votos a favor, 9 abstenciones y ninguno en contra) llamada Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales.

La Asamblea General de la ONU votó el 16 de diciembre de 1965 la Resolución 2065 (94votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones) que reconocía la existencia de una disputa entre la Argentina y el Reino Unido sobre las siguientes bases: el reconocimiento de la existencia de una disputa entre los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la soberanía de las islas. El texto de la resolución establece que en la disputa por la soberanía, por ser un territorio colonial, no podía plantease por la autodeterminación de los habitantes sino teniendo en cuenta sus intereses. También conminaba a las partes involucradas (Argentina y el Reino Unido ) a mantener negociaciones sobre la soberanía e informar al Comité de Descolonización sobre los progresos alcanzados.

A partir de ese momento , en cada resolución de la ONU y/o del Comité de descolonización (o sea desde hace 49 años ); la Organización de las Naciones Unidas sostiene la Resolución 2065 e invita a la Argentina y al Reino Unido a cumplirla (aún lo hizo en el propio año 1982; pues finalizada la Guerra la ONU, por la Resolución 37/9 del 4 de noviembre de 1982, declaró que la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido no se veía afectada por el conflicto bélico y por su desenlace). Y desde hace 49 años, el Reino Unido se niega a sentarse a tratar pacíficamente la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas. En que se basa para esta negativa: en el uso puro y simple  de la fuerza colonialista.

La  Guerra de 1982 y sus consecuencias

La recuperación de las Malvinas el 2 de abril de 1982 y la posterior Guerra con el ocupante colonialista; ha sido el acontecimiento que ha teñido todos los análisis sobre las Islas Malvinas en las últimas décadas; en especial por el hábil uso que del mismo le han dado los propios  británicos y sus medios de comunicación asociados.

Digámoslo claramente: la Guerra de las Malvinas fue, en primera instancia un acontecimiento que se produce por la ocupación colonial de territorio argentino por parte del Imperio Británico (no habría tensión, ni conflicto posible, ni guerra posible si los británicos no ocuparan un territorio que no les pertenece). Aclarado este punto inicial, la Guerra de 1982 fue el acontecimiento final de una Dictadura que se desplegó contra el propio pueblo argentino, en contra de los deseos populares. Ningún gobierno legal y democrático tomó nunca una acción militar en el reclamo por las Islas. La Dictadura Militar, la de la violación sistemática de los DDHH y el genocidio, emprendió una guerra cuyo resultado más duradero han sido las secuelas presentes en los miles de jóvenes soldados que fueron enviados a un conflicto de la mano de sus propios perseguidores y la persistente intención del Reino Unido de utilizar la Guerra de la dictadura como justificación para no cumplir ninguna de las recomendaciones internacionales y sentarse a negociar. 

Malvinas: Causa Latinoamericana

Otro escenario se ha ido conformando en estos últimos en  América Latina. Cada vez más consciente de sus propias fuerzas, los países latinoamericanos (aún aquellos de tradiciones políticas enfrentadas en términos internos) han comenzado a separar sus políticas internacionales de los deseos de la potencias hegemónicas y han comenzado una estrategia de unión y acompañamiento que se ha traducido en un fortalecimiento de la postura argentina en relación a Las Malvinas.

La Organización de Estados Americanos

Tradicionalmente asociada a las políticas “panamericanistas” (en el sentido de pro-norteamericanas en relación a América Latina) ; la propia Organización de Estados Americanos se ha manifestado clara y contundentemente a favor de la posición argentina y de las resoluciones de la ONU. El martes 5 de junio del año 2012, en la ciudad Boliviana de Cochabamba, la Asamblea General de la OEA (con la presencia de una delegación británica observadora en la misma) aprobó por consenso una declaración unánime que insta a la Argentina y al Reino Unido a reanudar las negociaciones bilaterales para tratar la cuestión de la soberanía de las Islas. El proyecto de declaración de la OEA fue presentado y solicitado por Brasil y secundado solicitando se vote por aclamación por el Uruguay.

UNASUR (Unión de Repúblicas Sudamericanas)

La Unión de Repúblicas Sudamericanas, que ha jugado y juega un rol tan relevante en el fortalecimiento de la autodeterminación latinoamericana desde su creación. En la Cumbre de Paraguay del año 2012, todos los cancilleres presentes dieron a conocer un documento conjunto (unánime) que establecía la siguiente posición común:

– La Unasur apoya explícitamente a la Argentina en su conflicto con Gran Bretaña.

–  Calificaba de «anacrónica situación colonial en suelo americano»  la presencia de fuerzas militares Británicas en las Malvinas y lamentaban «la negativa del Reino Unido a reanudar negociaciones» con la Argentina. También mostraba su rechazo a la movilización y ejercicios militares británicos en el Atlántico Sur.

– Tampoco dejaba la declaración de señalar su rechazo a las actividades económicas unilaterales del Reino Unido las que involucraban la “exploración y explotación de recursos naturales renovables de la Argentina”.

– Y dando un paso más; y muy significativo; los países de UNASUR se comprometían en esa declaración del 2012 a tomar medidas contra aquellos buques que se presentaran en sus aguas bajo la pretendida bandera ilegal de Malvinas.

El ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América): La Alianza Bolivariana (que incluye a los países de Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, San Vicente y las Granadinas, Dominica, y Antigua y Barbuda) ha apoyado reiteradamente el reclamo argentino sobre las ISLAS Malvinas.  Uno de sus apoyos más contundentes fue dado en la  Cumbre del ALBA de Caracas en el año 2012, en donde los presidentes y cancilleres de la región se pronunciaron a favor de la Argentina en su disputa por la soberanía sobre las Islas Malvinas con el gobierno del reino Unido. Uno de los discursos más claros sobre el tema fue el del presidente de Ecuador Rafael Correa: “Es momento de que América Latina decida sanciones contra ese desubicado poder que pretende ser imperial y colonialista en el siglo XXI, creo que debemos ir a cosas más contundentes».También fue categórico el presidente Hugo Chavez al referirse a la presencia militar británica en las Islas Malvinas: «Si al imperio británico se le ocurriera agredir militarmente a Argentina, Argentina no estará sola en esta ocasión…. tenemos voluntad para enfrentar cualquier agresión imperialista».

MERCOSUR

El Mercado Común del Sur tiene una larga tradición de apoyo a los reclamos y derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, y es, hasta el momento , el único espacio regional que ha tomado acciones específicas de sus estados miembros contra la presencia británica en las Islas.

En la Cumbre Presidencial de Potrero de los Funes, durante el año 1996, los Estados miembros (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay en ese momento) más Chile y Bolivia; declararon su firme apoyo a la Argentina en su disputa por la soberanía de Las Malvinas e Islas del Atlántico Sur e invitaron al Reino Unido a cumplir con las resoluciones Internacionales que instan a sentarse a tratar con la Argentina la discusión sobre la soberanía.

Desde allí en más, el Mercosur ha reiterado su apoyo a la Argentina y los términos de la Declaración de Potrero de Funes; con dos agregados muy relevantes: En al año 2010 repudió la exploración y explotación de recursos no renovables del Reino Unido en torno a Malvinas.

En diciembre del año 2011 el Mercosur decidió en forma solidaria  no permitir que ingresen a los puertos de sus Estados Miembros aquellos barcos que enarbolen «bandera de Malvinas».

CELAC: La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en la Cumbre de Caracas de 2011 , con la presencia de Jefes y Jefas de Estado miembros estableció “su más firme respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes».

También expresaron un interés permanente en que ambos países (Argentina y Gran Bretaña) “reanuden las negociaciones de manera pacífica a esta situación a fin de encontrar -a la mayor brevedad posible- una solución pacífica y definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano». También señaló la CELAC que ambos países debían abstenerse de adoptar decisiones unilaterales en relación al conflicto. Vuelta a reunirse la Cumbre de la CELAC a principios del año 2014, la declaración final volvió señalar  «Hemos aprobado con mucha fuerza el apoyo al legítimo reclamo de la República Argentina en el proceso de disputa de soberanía por las Islas Malvinas”. Además encuadró la situación de las Malvinas en la situación colonial y urgió a la  «la eliminación total del colonialismo en la región sobre la base de la resolución 1514 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)… «de las colonias como flagelos que todavía nos ha alcanzado en el siglo XXI».

La militarización de las Islas: Cada vez más atenazada por la vigencia de las Resoluciones de la ONU; por el apoyo creciente y firme de los países de América Latina a la causa Argentina; ¿Cuál ha sido la respuesta británica? La que utiliza desde que se lanzó a la construcción de su Imperio Colonial: el uso de la fuerza.

Gran Bretaña ha transformado a las Islas Malvinas en una fortaleza militar, que amenaza la paz y la seguridad en una región del mundo (América Latina) que se caracteriza por ser la más pacífica del planeta y que es , sin lugar a dudas la única región del mundo que ha renunciado a desarrollo de armamento nuclear.

La Base Aérea de Monte Agradable y la Base marítima de Mare Harbour son la prueba concreta de la militarización británica y cuentan con 2000 soldados permanentes, aviones cazas y de transporte militar de última generación y, como ha denunciado la argentina en su momento , buques de guerra y submarinos con armamento nuclear. Al mismo tiempo, el ocupante británico ha comenzado a otorgar licencias de pesca ilegales en el Mar Argentino e iniciado la exploración de la cuenca petrolera en forma unilateral. Viejos procedimientos de depredación típicas del viejo (pero vivo) Imperio Inglés.

Una de las últimas movidas del Reino Unido ha sido tratar de lograr legitimidad internacional llamando a un plebiscito sobre la soberanía de los habitantes de las Islas. Obviamente, el 99% se expresó por seguir siendo un territorio de ultramar británico. El plebiscito no ha sido tomado con mucha seriedad por la comunidad internacional pues resulta obvio que los ocupantes de una colonia voten por seguir siendo miembros del Imperio que los estableció en la misma.

La Recuperación de una Política de reivindicación de las Islas Malvinas:

Desde 2003 en adelante, la relación entre la Argentina y el Reino Unido ha tenido nuevos  momentos de tensión a causa del conflicto por la soberanía de las islas australes y, por supuesto, la persistencia de la política colonialista del Reino Unido. A partir de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia, la política argentina hacia las Malvinas recuperó la práctica del reclamo y la reivindicación en todos los ámbitos internacionales y la confirmación de que la Argentina sólo tratará la cuestión de a soberanía con la potencia colonialista en el marco de las Resoluciones de las Naciones Unidas (esto es, respetando los intereses y no los deseos de los habitantes de las islas).

A partir de se momento se plantearon las siguientes cuestiones:

-En la primera visita protocolar de Néstor Kirchner a Londres le planteará (sin obtener respuesta alguna) al primer ministro Tony Blair el reclamo argentino de sentarse a discutir sobre la soberanía.

-Cada discurso ante las Naciones Unidas (tanto del presidente Néstor Kirchner como de Cristina Kirchner) han sido exhortaciones al Reino Unido para que acepte los mandatos de la ONU y se siente a negociar la soberanía.

-La Argentina suspendió el premiso para volar sobre territorio argentino de vuelos charter dirigidos a la Islas y ofreció a cambio un vuelo regular de Aerolíneas Argentinas desde Buenos Aires. La oferta (que reduciría los costos para los propios habitantes de las Islas) fue rechazada.

-El gobierno argentino ha denunciado desde el año 2004 la existencia de armamento nuclear en las Islas, lo que viola taxativamente el Pacto de Tlatelolco y pone en riesgo la seguridad y el ambiente de toda América del Sur.

-También ha desplegado el gobierno argentino un mayor control de aquellos buques de pesca que realizan actividades depredatorias en el Mar Argentino con permisos otorgados bajo la autoridad colonial británica. En el año 2007 la cancillería argentina declaró que la ampliación de las licencias pesqueras concedidas por el Reino Unido eran una “disposición ilícita y unilateral” mientras estuvieran sujetas a la discusión de la soberanía.

-También se solicitó a la Unión Europea que reconozca la disputa de soberanía y que oficialmente la Unión Europea reconozca la disputa en la referencia a los nombres que le dan a las Islas.

-Profundizando esta política de afirmación de derechos , el gobierno argentino finalizó el acuerdo firmado en el año 1995 para la explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur.

-En el año 2008 la argentina volvió a protestar ante el Reino Unido por las acciones de exploración y explotación unilaterales del gobierno británico en el área de Malvinas.

-En el año 2013 y profundizando la política de recuperación de las Islas Malvinas , el Poder Ejecutivo Nacional creo la Secretaría de Asuntos relativos a las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Malvinas desde hoy y hacia el futuro: El desafío es sostener la causa Malvinas como una causa nacional y latinoamericana. Las perspectivas desde el nuevo gobierno Pro-Cambiemos son, en este tema , todavía difusas. Aunque una medida puntual nos muestra un posible camino de retroceso: La secretaría de Islas Malvinas fue degradada a Subsecretaría (un rango menor) de Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

Nosotros sabemos que tarde o temprano las Islas del Atlántico Sur serán recuperadas por nuestro país. La permanencia colonial británica en las Islas es cada vez más anacrónica y, los reclamos de los pueblos de Argentina y los de América  Latina juntos, cada vez más consistentes, aún más allá de retrocesos parciales.

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