La herencia poco chequeada (PARTE II) 

Por Contexto 

En una nota anterior, desde Contexto se reprodujo, en parte, el trabajo del portal Chequeado.com sobre el discurso de Mauricio Macri en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. En el artículo se demostraba por qué ese análisis no había merecido tanta difusión como otros anteriores de la misma especie: el Presidente salía muy mal parado. De veinte afirmaciones revisadas, sólo siete fueron catalogadas de «verdaderas». El resto fueron señaladas como “insostenibles”, “engañosas”, “verdaderas pero” o simplemente neutras.

Pero ahora es momento de revisar esas declaraciones que, según  los mismos observadores, no merecían correcciones. Supuestamente, Macri estuvo en lo cierto en sus dichos sobre el pago de impuestos, el aumento del empleo público y privado, la posición del país en el ranking de transparencia mundial, la inflación, el nivel de reservas del Banco Central y la no publicación de los datos sobre el delito. Pero ¿fue tan así?

PAGO DE IMPUESTOS. “Entre 2006 y 2015, los argentinos pagamos al Estado nacional casi US$ 694 mil millones más en impuestos que en la década del noventa”, comparó el ex presidente de Boca Juniors. Si bien desde Chequeado tomaron este párrafo como verdadero, lo que no quedó comprobado es el  fondo de la cuestión: cómo se usó el dinero recaudado. Sobre eso, el hombre fuerte de Cambiemos no dio pistas.

El propio sitio web cita a Darío Rossignolo, profesor de Finanzas Públicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y consultor especializado en políticas fiscales. El especialista es el encargado de afirmar que “el aumento de la recaudación nacional se utilizó para aumentar el gasto público, pero lo que importa no es el nivel sino la calidad y eficiencia de ese gasto”.

En tanto, Gustavo Sibilla, director de Investigaciones de la Asociación Argentina de Presupuesto Público (ASAP), también le bajó el tono a la denuncia: «La diferencia entre la cifra de Macri y los números oficiales puede atribuirse a la variabilidad del tipo de cambio interanual”.

AUMENTO DEL EMPLEO PÚBLICO. “Entre el 2003 al 2015 aumentó el empleo público en 64%, pasó de 2.200.000 a 3.600.000”, detalló MM ante la Asamblea Legislativa. En este caso, como en tantos otros, la lectura peyorativa la debe hacer el receptor del mensaje, porque en sí mismo no significa nada. Es decir, Macri le habla a sus votantes y presupone que entienden que es algo negativo.

Lo que faltó aclarar es el escenario que plantea Gonzalo Diéguez, director del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec): “Es cierto que el Estado creció, pero no solamente en cuanto al tamaño, sino también a las funciones y los servicios que brinda”.

Al propio Chequeado Diéguez mencionó que “este incremento de empleados se produjo principalmente porque el Estado se hizo cargo nuevamente de servicios que había tercerizado en concesionarios privados (AySA, Aerolíneas Argentinas, YPF y TBA, entre otros)”.

Es más, en la nota “¿Mucho o poco? El dilema del empleo público en la Argentina”, dicha página aborda el tema en profundidad y comprueba que el nivel del empleo estatal en el país es bajo con respecto al de otros países y que la ocupación en el sector público no es mala en sí misma, sino todo lo contrario.

Por ejemplo, la investigación “Radiografía del empleo público en la Argentina. Quienes hacen funcionar la maquinaria estatal” (también del Cippec) concluye que en los últimos años el Estado restauró su presencia en ámbitos de los cuales se había retirado años atrás.

Según el Ministerio de Trabajo de la Nación, alrededor de un 17% de la población ocupada trabajaba en el sector público. Este número se explica, principalmente, por las provincia, quienes son las empleadoras más importantes. En tanto, a nivel internacional, esa cifra es la más alta de la región, pero la mitad de los países escandinavos siempre lideran los puestos del Índice de Desarrollo Humano: Dinamarca y Noruega llegan al 35%.

TRANSPARENCIA. “Estamos 107 en el ránking de transparencia internacional, muy por debajo de Chile y Uruguay, y por debajo de Cuba, México, Brasil, Colombia y Bolivia”, enumeró el otro CEO de SOCMA y SEVEL. En este caso, Macri uso el Índice de percepción de la corrupción 2015 elaborado por Transparencia Internacional. Esta medición es muy cuestionada a lo largo del mundo porque, como su nombre lo indica, no captura la realidad, sino sólo las sensaciones de los agentes económicos de cada país. En este caso, la corrupción es una sensación, pero parece que a nadie le importa.

Para Transparencia, el 13º puesto es para el paraíso fiscal de Islandia, el puesto 16 es para Estados Unidos, y el 18 para Irlanda, todos país afectados con una crisis de deuda fenomenal generada, justamente, por el descalabro del sector privado. Pero TI no es la única fuente para esta variable. Por ejemplo, para la lista que realiza Open Knowledge International, de 122 países, la Argentina ocupó el puesto 54 del ranking.

INFLACIÓN: En este punto, la aseveración de Macri fue: “Hace una década la Argentina es uno de los países con mayor inflación del mundo, con un promedio anual arriba del 20% y una inflación acumulada aproximadamente del 700%”. Según Chequeado, los datos estuvieron basados en estadísticas no oficiales, como el Índice de Precios al Consumidor del Congreso (IPC), “debido a la falta de credibilidad de las estadísticas oficiales”.

No obstante, el IPC no fue tomado como referencia de ningún gobierno de Cambiemos para, por ejemplo, discutir las paritarias. Otra información que no estuvo presente fue la suba del Salario Mínimo Vital y Móvil, el cual creció 22 veces entre 2003 y 2015, de $250 a $5.600. Con respecto a los trabajadores y su poder adquisitivo, a mediados de 2015 el salario mínimo argentino era de 518 dólares, el más alto de la región, seguido por el de Uruguay (369 dólares), Chile (378 dólares) y Brasil (250 dólares).

NIVEL DE RESERVAS. “La Argentina tiene uno de los menores porcentajes de reservas respecto del PBI de América Latina, 6%, que compara con el 17% de Chile y México y 25% de Brasil”, dijo el Jefe de Estado en su discurso. Chequeado aclara que ese es un dato de 2014. Lo que en este punto se obvió decir es que la disminución de reservas se explica, en gran parte, porque fueron usadas para desendeudar en dólares y con el sector privado. De esta manera, el país es uno de los más aliviados en la Región.

En una nota anterior de Chequeado, justamente, se hace mención al tema de la deuda. “El indicador relativo más utilizado para el stock es el de Deuda/PBI”, decía Ariel Setton, economista de la UBA y miembro del Plan Fénix, al ser consultado. En ese punto, también con datos de 2014, Argentina (con un 45%) se posiciona por debajo de Brasil (65%) y México (49%).

Aquí también es interesante ver que las potencias mundiales son las más endeudadas del mundo, lo que tendría que hacer rever la noción de ahorro y de austeridad. Por ejemplo, el ranking lo encabeza Japón, con un compromiso de pago del 254% de su PBI. Estados Unidos no se queda atrás y llega al 104%.

También en Chequeado Setton marcaba que el desendeudamiento fue doble porque, “desde 2008, junto con la reestatización de las AFJP, se buscó el cambio de acreedor”. En ese sentido, agregaba, “se canjeó el pago de títulos de deuda en manos de terceros por nuevas deudas contraídas con el Banco Central; o sea, se paga y se deja de deber a privados locales y extranjeros, para pasar a deberle al Banco Central”. La ventaja es que “se logró reducir el peso de la deuda externa que pueda imponer condiciones en su renegociación, por montos relativamente más manejables”.

En el mismo portal, Miguel Bein explicaba que “lo único que es relevante es el desendeudamiento con el mercado de capitales, no el desendeudamiento interno”, porque “es la deuda donde hay un riesgo de default, de desestabilización”.

DELITO: “Desde 2008 no se publican los datos del delito”, se quejó el hijo de Franco Macri, en referencia a que no hay números disponibles del Ministerio de Justicia. No obstante, sí hay datos disponibles de Naciones Unidades, que miden la criminalidad por homicidios cada mil habitantes. En esa tabla, Argentina, entre 7 y 5, hace años que se mantiene muy por debajo de la media de América del Sur (30), de América (15) y Brasil (29), sólo por tomar los más significativos.


 

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