Las luchas de las mujeres en perspectiva histórica 

Por María Belén Rosales*

El 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer y se reafirma la plena participación, en condiciones de igualdad, de las mujeres en la vida política, civil, económica, social y cultural. En esta fecha y en sintonía con el rechazo de movimientos sociales y sectores académicos por el asesinato de la lideresa Berta Cáceres Flores, alzamos nuestra voz desde el Laboratorio de Comunicación y Género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social para manifestar nuestro profundo dolor y solidaridad al pueblo hondureño. Esta fecha también nos interpela a rendir un sentido homenaje a Lohana Berkins y Diana Sacayán, al tiempo que repudiamos enérgicamente cada acto de persecución, represión y violencia institucional cuando se conmemoran los cuarenta años del golpe de Estado cívico, militar y eclesiástico.

Nuestro homenaje a Berta y a todas las mujeres indígenas brutalmente asesinadas en nuestra región va acompañado de un grito pidiendo justicia por su crimen.

Nuestro homenaje a Berta y a todas las mujeres indígenas brutalmente asesinadas en nuestra región va acompañado de un grito pidiendo justicia por su crimen, así como también el cese inmediato de la persecución a los líderes que luchan por una América Latina justa, democrática e igualitaria. El compromiso de Berta en su lucha en favor de los derechos del pueblo Lenca es un legado que ningún infame crimen podrá acallar, tampoco su compromiso social con la tierra y la defensa del medioambiente.  La lucha por la tierra, el territorio natural como escenario de sutura del cuerpo social, nos remite además al reconocimiento de las luchas por la soberanía sobre el territorio subjetivo que es el cuerpo de las mujeres.

En este sentido, vale resaltar que la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito exigió en Paraná al Congreso de la Nación y al Gobierno nacional la legalización y despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo así como la incorporación de juezas en la Corte Suprema.

“Durante 2016, la Campaña seguirá exigiendo se garantice el derecho al aborto y presentará ante el Poder Legislativo el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), que desde hace años constituye la herramienta legal y de diálogo para exigir al Estado el reconocimiento del derecho al aborto y de cara a toda la sociedad”, anunció la organización en un comunicado de prensa.

Además, la Campaña pidió el “efectivo cumplimiento de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral”, el “sostenimiento del Programa de Salud Sexual y Reproductiva”, “más mujeres a las Corte Suprema de Justicia de la Nación” y la “derogación del Protocolo de Actuación de las Fuerzas del Estado en Manifestaciones Públicas”.

Por otra parte, la organización señaló: “desde las diversas estrategias construidas durante 10 años, que abordan el trabajo transversal e integrado con profesionales de la salud, docentes y abogados, la Campaña expresa su repudio por la medidas adoptadas por el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, que avasallan los derechos de las mujeres”.

Desde este espacio académico celebramos y acompañamos la profundización de las luchas sociales y colectivas ante estas demandas históricas, y asimismo destacamos el trabajo de la antropóloga Rita Segato, quien fue una pieza clave en el histórico juicio que, en Guatemala, por primera vez expuso un crimen de género como un crimen de Estado, donde quince mujeres mayas festejaron las condenas a 240 y 120 años de prisión para quienes las sometieron a esclavitud sexual y doméstica en un cuartel de descanso del ejército cuando ya empezaba el proceso de paz tras el período autoritario, durante los años ochenta. Segato, responsable del peritaje, desnudó la maquinaria de sometimiento como rutina militar en la guerra represiva e hizo posible que esta sentencia y sus fundamentos sienten un precedente en todo el continente y aporten también para pensar los femicidios y el cuerpo de las mujeres como campo de batalla desde el concepto de “pedagogía de la crueldad”, que desentraña la maquinaria de “la esclavitud sexual y el servicio doméstico forzados como rutina militar en la guerra represiva”.

Este caso conocido como Sepur Zarco, el nombre de la aldea q’eqchi’ donde se ubicó el “Cuartel de descanso” militar, es, sin lugar a dudas, un hito ejemplar tanto por la condena como por los argumentos, porque provee un vocabulario, una voz querellante y un precedente jurídico sin igual para la elaboración conceptual, política y de teoría de género para las múltiples formas de guerra que hoy se despliegan contra las mujeres, haciendo de su cuerpo el principal territorio de la contienda.

En América Latina, persisten altísimos niveles de desigualdad de género, de violencia y femicidio, procesos de discriminación y exclusión que tienen como principales destinatarias a las mujeres de todas las edades. La disparidad salarial se ha vuelto estructural en mercados de trabajo que, como nuestras sociedades, se han edificado sobre la base del patriarcado y del machismo institucional.

América Latina es también una de las regiones del mundo donde las mujeres más han contribuido al desarrollo de la investigación social pese al sesgo machista y patriarcal de la academia, que reduce el reconocimiento del trabajo de las científicas sociales latinoamericanas y caribeñas al estudio de los asuntos de género.

La conmemoración del Día de la Mujer exige un sentido crítico que interrogue las estrategias del mercado capitalista para despolitizar la efeméride y convertirla en estrategia de consumo y control de las feminidades ajustadas a los imperativos patriarcales y a las lógicas de producción/consumo de sus cuerpos. Esta fecha nace de una historia sangrienta en donde el abuso, la explotación y la impunidad patriarcal causaron la muerte de 146 mujeres, como tantas otras revolucionarias, abyectas, indecentes, inmorales, no religiosas, indignadas, migrantes y de baja clase social, luchadoras incansables por existenciarios libres y emancipados del control y la violencia machista. El mismo que exigió el clamor masivo en el  impresionante movimento de lucha contra el femicidio iniciado en la Argentina bajo la consigna #NiUnaMenos el 3 de junio de 2015.


* Laboratorio de Comunicación y Género, FPyCS, UNLP.

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