Reflexiones sobre una batalla

Por Silvia Horne* (desde Río Negro)

En primer lugar, es bastante difícil ser objetiva en una reflexión a menos de veinticuatro horas de una derrota en donde muchos/as compañeros/as del FpV y del Movimiento Evita al que yo pertenezco nos involucramos fuertemente. Pero podría asegurar que la voluntad de un pueblo expresada en las urnas, así, con contundencia, siempre tiene razones que hay que atender, que Weretilneck supo capitalizar, y que van más allá de las cuestiones de ocasión, prebendas, favoritismos, entre otras cuestiones. Y que habrá que ir identificando y reconociendo en un proceso político que comenzó ayer.

En orden a ello, se puede ver en los resultados algunos de “los porqué” no ganamos: el 33%, que son los votos obtenidos, representa el piso electoral, es la masa de votantes del peronismo. Es un piso al que podría haber llegado un candidato peronista. Por un lado, quiere decir que estamos vivos en Río Negro, que no nos ocurrió como al Partido Radical, que se fue por ciertas rendijas de la historia y sólo le quedó un testimonial 2%.

Pero también indica que no hubo suficiente propuesta, potencia, convicción, creatividad, y otras virtudes capaces de convocar al gran Frente para la Victoria rionegrino, como sí ocurrió en 2011, cuando ganamos con la figura de Soria, que fue asesinado a los veinte días de asumir, creando un cisma en el gobierno y en el FpV. Hoy no se pudo recomponer ese espacio mayor y plural que permitió romper la continuidad radical de veintiocho años.

LA IMAGEN POSITIVA DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, QUE ERA DEL 52%, LO SIGUE SIENDO DESPUÉS DE LA ELECCIÓN. NO FUE PARA ELLA EL COSTO, AUN HABIENDO INTERVENIDO PERSONALMENTE. QUIERO DECIR QUE NO SE TRANSFIERE LA ACEPTACIÓN POR LA PROXIMIDAD, AUN LEVANTANDO SU MANO AL CANDIDATO.

La imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que era del 52%, lo sigue siendo después de la elección. Quiero decir que no fue para ella el costo, al menos en esa forma, aun habiendo intervenido personalmente, en un acto, enviado a sus ministros, etcétera. Quiero decir que no se transfiere la aceptación por la proximidad, aun levantando su mano al candidato.

En todo caso, creo que no pudo ver el pueblo de Río Negro en nuestro candidato ese mismo perfil, ese mismo involucramiento en el modelo político, y esto, más allá de los valores y lealtades que el compañero Miguel Pichetto detenta hacia la conducción de nuestra presidenta, evidentemente no es la visión que los rionegrinos han percibido del candidato.

Es cierto que también incidieron en la derrota las circunstancias en las que se dieron las elecciones. Hubo tres elementos que jugaron en contra que no son menores: 1) todas las rutas cortadas por productores frutícolas, durante diez días (sólo se corrieron a la vera para la elección del domingo), en un clima de hostilidad hacia el Gobierno nacional buscando una paridad cambiaria para los exportadores, apañado por el gobernador y toda la oposición nacional; conflicto al que podríamos haber cortado la sangría de subsidios y aportarles soluciones estructurales cuando se cayeron los mercados externos, como por ejemplo adquirir parte de la cosecha a los productores familiares, ayudas para su comercialización, etcétera; 2) el uso dispendioso de cien millones de dólares obtenidos por la renegociación petrolera, volcados electoralmente por el gobierno provincial; 3) y el juego con las fechas electorales, la anulación de la ley de las PASO, y la publicación noventa días antes de las fechas (las municipales para el 3 de mayo y las provinciales para el 14 de junio), sorprendiendo y condicionando las segundas con los resultados de las primeras, mientras el gobernador utilizaba todos los recursos y los tres años de su gestión exclusivamente para dar y ganar esta gran batalla.

De todos modos, estos tres elementos no creo que por sí mismos arrojen un triunfo, pero coartaron el proceso democrático de selección de candidatos al FpV. Y, finalmente, faltó una herramienta electoral donde unir todas las expresiones, y que ayudase a fortalecer el único liderazgo del candidato. El tiempo decantará nuestro análisis. Ahora volvemos a militar y a trabajar en los territorios, organizaciones e instituciones, porque el proyecto de igualdad es nuestro objetivo.

 

* Diputada provincial de Río Negro


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