Violencia política, una patota PRO y un shopping en La Boca

Por Alejandro Palladino

El ataque de una patota de matones del PRO durante la reunión del Consejo Consultivo de la Comuna 4, registrado por las cámaras del lugar cuyas imágenes salieron en TV, fue leído por organizaciones barriales y sociales de La Boca como un paso más del entramado macrista de la dirigencia de Boca Juniors y del Gobierno de CABA, ahora a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, para hacerse de los terrenos baldíos de 3,2 hectáreas cercanas al complejo de Casa Amarilla, destinados originariamente a la construcción de viviendas sociales, donde Daniel Angelici pretende construir un nuevo estadio para 80 mil personas y un shopping. Esto implicaría un negocio de entre 300 y 400 millones de dólares. Mientras tanto, la actual Bombonera se reutilizaría para canchas de tenis y recitales, según el plan de la dirigencia.

Desde un principio, el destino de los terrenos era para fines públicos, como sostiene la Ley 2.240: la construcción de 1.200 viviendas sociales para dar solución a la emergencia ocupacional declarada en 2007 por la Legislatura, aunque se construyeron sólo 438. A su vez, el barrio donde Angelici piensa un estadio con menos populares y más palcos para ejecutivos y turistas es uno de los sectores de CABA con mayor escasez de espacios verdes.

En el transcurso de la reunión en la que los vecinos y organizaciones trataban estos temas, una banda ligada directamente al PRO agredió verbal y físicamente con golpes y armas blancas a dos militantes: Fernando Abal Medina, de Descamisados y hermano del senador Juan Manuel, y Matías Scinica, de Boca es Pueblo, agrupación partidaria del club que se opone al proyecto de Angelici. Scinica recibió un corte en el cuello y Abal Medina un fuerte golpe en el rostro. Ambos terminaron internados en el hospital Penna, aunque están fuera de peligro.

Una de las organizaciones barriales, que prefirió guardar su nombre ante las reiteradas amenazas recibidas, informó a Contexto que el líder de la banda, llamado el “Cordobés”, es empleado de la Comuna 4 y responde al PRO. Lo reconocieron en la reunión.

Entre tanto, los medios que defienden al macrismo utilizaron dos caminos para exculparlo: entender la agresión como una interna del club, por un lado, e inventando una confrontación entre macristas y kirchneristas, por otro.

Pablo Ghetty, militante de Boca es Pueblo y compañero de Scinica, dijo a Contexto que la organización tiene perfiles ideológicos diversos, desmintiendo esa lectura de los medios para salvar al macrismo.

En el otro caso, el hecho de que los militantes barriales reconozcan al “Cordobés” pone en duda que haya sido una interna de la barra, aunque presuponen los vecinos que será un camino entre otros a recorrer por la Justicia.

Por último, considerando que era un edificio público con más de trescientas personas, desde Boca es Pueblo denunciaron la tardanza excesiva de la Policía para asistir al lugar de la agresión. Dijeron que “no había ningún tipo de control” y que la ambulancia llegó antes que los patrulleros, lo que da sospechas de que se haya liberado la zona.

Horacio Rodríguez Larreta, quien sale poco y nada en los medios tras la muerte de los cinco jóvenes en la fiesta Time Warp, ayer miró para otro lado en declaraciones a una radio porteña: «Nosotros no tenemos ninguna patota». Y agregó: «Acá había gente que no estaba de acuerdo con un proyecto y esto terminó en una vergüenza», se desligó.

Mientras tanto, las organizaciones, ante la gravedad y complejidad que envuelve su postura por el tamaño del adversario que tienen enfrente y por las intimaciones recibidas, dijeron a Contexto que mañana a las 10:30hs darán una conferencia de prensa en el salón Montevideo de la Legislatura de la Ciudad para comunicar lo que ocurrió y buscar el apoyo de organizaciones políticas nacionales, sindicatos y organismos de derechos humanos.

La historia de los terrenos y la implicancia PRO

Los terrenos para fines públicos donde Angelici y compañía quieren erigir el estadio eran del Instituto de la Vivienda de CABA (IVC), de índole estatal. Mediante un decreto en 2010, el intendente de CABA de aquel entonces, Mauricio Macri, hizo pasar las tierras de manos del IVC a las de la Corporación Buenos Aires Sur (de directorio PRO), una sociedad del Estado de carácter empresarial que nunca construyó una vivienda en esa zona postergada de la ciudad, y dedicada a la especulación inmobiliaria. Para todo esto, la transferencia nunca pasó por la Legislatura porteña. Para las organizaciones sociales y barriales, esto no es ni más ni menos que “un traspaso de lo público a lo privado”.

“Saben que están en falta porque los terrenos son de los vecinos. Es un artilugio legal espurio para quedarse con las tierras”, dijo Pablo Ghetty, cuya agrupación Boca es Pueblo defiende fervientemente la identidad histórica del club asociada a los sectores populares, por lo que critican cómo la estructura gerencial del macrismo, de Macri y de Angelici de los últimos años prioriza los negocios y el elitismo entre sus hinchas por sobre los rasgos de un club social que abra sus puertas a los vecinos.

 


 

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