«Vejez y diversidad sexual es una cuestión de invisibilidad doble”

Por Roberto Álvarez Mur

“En otra época, si le decía a mi madre que iba a ir a una charla donde se habla de sexo, me mataba”, dijo sin apuro Silvia, de sesenta años, durante la charla «Género, erotismo, diversidad sexual y vejeces. El deseo no se vence, la sexualidad y el erotismo tampoco», que se desarrolló en la sede Miguel Bru de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. El evento se propuso como ambicioso objetivo poner sobre la mesa un tabú social pocas veces discutidos: vejez y sexualidad.

“Estas discusiones, de alguna manera, tienen que ver con el paradigma social y cultural que se ha planteado con el kirchnerismo”, dijo el sociólogo Sebastián Amaro, quien, junto al psicólogo Matías Ostropolsky, encabezó la charla. “Pensando que este gobierno ha permitido el debate de diversidad sexual, creo que es una buena manera de aportar a estos enfoques interpelando a personas mayores gays, lesbianas, trans, que quizás no se animan a mostrar sus posturas”, agregó Ostropolsky.

Ambos especialistas conversaron con Contexto sobre los detalles de poner en discusión los modos de entender las sexualidades dentro de un mundo muchas veces guardado bajo la alfombra de los prejuicios, como es la vejez.

– ¿Qué discusiones representa hablar de sexualidad y vejez hoy por hoy? ¿Qué mitos persisten y cuáles se han derribado?

Sebastián Amaro: Hablar de sexualidad y género en la vejez ayuda a interpretar un momento de la vida muy importante, y que suele quedar silenciado en ciertos aspectos. Hay que tener en cuenta que cierto modo mercantil de pensar la vida siempre muestra a la vejez como aquello que “no puede producir”. Es decir, se establece que una vez que ya no se puede tener hijos no tiene sentido abordar la sexualidad.

Matías Ostropolsky: Pensando en los medios de comunicación y la publicidad, por ejemplo, es algo que suele estar relegado y visto como negativo. Por eso, nuestra intención es hacer visible algo que está sucediendo y que se vuelve necesario debatir. Si uno se va metiendo en los mundos de cada persona, se puede ver que a lo largo de la vida se sigue teniendo deseo, se vivencia la sexualidad y el descubrimiento del cuerpo. Esto sirve para abrir el juego sobre estos estereotipos que prevalecen.

– ¿Cuál es el estereotipo más recurrente?

SA: Hay muchos tabúes y el principal es esta idea de la “juvenilización” de la sexualidad y el erotismo. Me parece que es esa la principal incidencia dentro del discurso de la sexualidad vinculada a la vejez, y consecuentes políticas públicas para tratar el tema. Creo que hay una cuestión de invisibilidad doble en este caso, sobre todo cuando vinculamos al colectivo LGTBI, en relación con la edad y la orientación sexual o identidad de género. Creo que hay una falta ahí de diálogo entre esos campos que debe ser revisado. La intención de esto es poner en diálogo esa relación en todas las instancias posibles.

– ¿Cómo influye el panorama social y político en la vivencia de la orientación sexual de las personas mayores?

MO: Debemos pensar estos tabúes en relación a muchas personas que han tenido que ocultar su orientación sexual y no ha podido vivir plenamente su sexualidad. Y ahora, teniendo en cuenta el panorama político que nos atraviesa y las conquistas logradas en estas áreas, vemos un poco cómo se puede instalar esta discusión y construir nuevos modos de vivir la sexualidad. Pensando el caso de las personas trans, tenemos la Ley de identidad de género, reglamentaciones y organismos tratando de pensar diversas dimensiones.

– ¿Cómo es la recepción de las personas mayores frente a la posibilidad de debatir estos temas?

SA: Las personas mayores están muy interesadas en estas cuestiones; hemos realizado charlas en otras provincias y la recepción es fuerte. Desde luego, también hay mucho mito y prejuicio, hay mucho trabajo por hacer. Pero el interés siempre está, y las personas que pertenecen al colectivo LGBTI siempre están ahí, con inquietudes quizás más específicas.

MO: Hay un respaldo muy fuerte en lo que hace al Estado, diversas instituciones y ministerios. Hay un interés muy fuerte a cómo se pueden planificar nuevas leyes y legislaciones en torno a estas temáticas. Hay diversos dispositivos que han surgido desde el Estado en estos tiempos que contribuyeron a abordar temas como la vejez y la sexualidad desde salud, desarrollo, trabajo. Luego hay colectivos que se organizan por sus propios medios a los que les interesa trabajar estos debates, desarrollados por gente que tiene un historial de militancia de toda la vida.

Este año, desde el Ministerio de Desarrollo se llevó adelante el primer Seminario Internacional sobre Género y Diversidad Sexual en la Vejez, que incluyó tres jornadas completas en Buenos Aires donde esta discusión tuvo lugar de manera abierta a toda la comunidad, y como un nuevo enfoque de amparo sobre los intereses de los adultos mayores.


 

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