La gestión de Garro ahora va por las ferias artesanales

Por Contexto

Los feriantes de la Plaza Islas Malvinas de La Plata, que desde hace ocho años montan sus puestos los segundos domingos de cada mes, cuestionan el accionar de la gestión comunal por considerar que las medidas que tomarán a partir de esta semana son excluyentes. Un modo que contradice el sentido de las ferias platenses.

El malestar comenzó días atrás, cuando la nueva directora de Ferias Comunales, María Ángeles Güerci, y la directora de Microemprendedores y Economía Social de la Municipalidad, Georgina Escudero, les informaron a los artesanos que a partir de ahora, para poder participar de las ferias platenses, debían pagar cien pesos por mes por feria, estar registrados en el monotributo social y tener dirección en el casco urbano de la ciudad de La Plata.

De este modo, quedarían fuera de toda posible participación aquellos a los que, por estar jubilados o pensionados, por tener un trabajo en blanco durante la semana o por cualquier situación laboral particular, no se les permita inscribirse como monotributistas. Pero, además, la gran cantidad de feriantes que vienen a vender sus productos desde Berisso, Ensenada o localidades aledañas a la ciudad ahora ya no podrán participar.

ahora, para poder participar de las ferias deben pagar cien pesos por mes, estar registrados en el monotributo social y tener dirección en el casco urbano de La Plata.

Si bien la inscripción al monotributo social es un beneficio que otorga el Estado para que tengan un trabajo registrado todos aquellos que no tienen un empleo formal, una vez más el Gobierno de Cambiemos elige dejar fuera a quienes con sus ventas pretenden completar sus ganancias con actividades paralelas para llegar a fin de mes, sin darles una solución que les permita mantener su trabajo.

Y más ahora, cuando la inflación marca un aumento del 16,34% en lo que va del año de la canasta básica alimentaria y muchos son los que no llegan a completar sus gastos con los sueldos fijos.

“El problema también es que si querés participar un sábado de la feria de City Bell pagas cien pesos, si querés ir los cuatro sábados también. Se paga por mes la participación en cada feria y eso para nosotros es un problema, porque si vos te enfermas o no tenés mercadería tenés que pagar igual aunque vayas un solo fin de semana”, explica Micaela Pas, emprendedora que tiene su puesto de bijouterie en Plaza Islas Malvinas.

Desde diciembre los feriantes se vienen agrupando en asamblea, cuando la nueva gestión municipal los dejó a la deriva. Por miedo a perder su espacio de ventas, un grupo de artesanos se organizó para continuar con las tareas que la gestión anterior les facilitaba: conseguir los tablones donde exponer la mercadería, alquilar los baños y controlar que no haya reventa, ya que la consigna de la Plaza Malvinas es vender cosas producidas por los puesteros (que tengan manufactura propia al menos de segunda mano).

“Promediando el mes de enero, nos convocaron a todos los emprendedores de La Plata a que nos inscribamos en el registro único de emprendedores», detalló Pas. A cargo quedaba Jorge Butrón, designado en aquel momento como director de Economía Social (feriante y militante del PRO) que finalmente terminó renunciando en medio de un escándalo a partir de las denuncias por coimas e incompatibilidad, tal como informó Contexto a mediados de febrero.

La idea original era determinar quiénes participan de las ferias en los espacios públicos de la ciudad para generar una base de datos que permita conocer el sector y potenciar su crecimiento, según señalaron en aquel momento las autoridades comunales. También preveía la capacitación a través de vínculos con instituciones como la Universidad Nacional de La Plata.

Se paga por mes la participación en cada feria y eso para nosotros es un problema, porque si vos te enfermás o no tenés mercadería tenés que pagar igual.

Sin embargo, aquel primer intento de ordenamiento no prosperó y con la renuncia de Butrón volvieron a quedar sin una organización que se establezca por parte del municipio. En tanto, los feriantes reanudaron las asambleas para organizarse.

Las medidas son sólo para algunos

A la reunión de la semana reciente convocada por el municipio fueron sólo quince de los más de cuatrocientos feriantes. Aquel día, luego de dar a conocer la nueva «reglamentación de palabra», desde la dirección de ferias pretendieron que los asistentes comuniquen al resto de los feriantes quiénes pueden participar y quiénes no. De hecho, algunos fueron advertidos sin comunicación oficial por parte de las autoridades de que «no participen porque no se les va a permitir armar el puesto», sin que haya una legislación que habilite al municipio a tomar tal medida.

Por lo tanto, los feriantes, al no haber sido comunicados por las vías institucionales, participarán de igual modo y temen que pretendan retirarlos con las patrullas de Control Urbano.

Un hecho sorprendente es que sólo informaron de las nuevas medidas a dos ferias de todas las que hay en las plazas de la ciudad (Plaza Islas Malvinas y Parque San Martín). La de Plaza Azuénaga (19 y 44), que pertenece a la fundación Pro Huamanae Vitae, no fue avisada, por lo que es posible que tenga un acuerdo de palabra con el municipio para no pagar el canon, ni atenerse a las medidas propuestas.

Por su parte, los feriantes de la plaza de City Bell desconocen si deben estar incluidos dentro de estas medidas o si, por el contrario, establecerán otras de las que aún no fueron informados.

María Ángeles, directora de ferias del municipio, dio a conocer que la comunicación a los feriantes se estableció mediante la página laplataemprende.org. Sin embargo, allí sólo hay dos publicaciones («Alimentos seguros» y «Diversidad en la producción») y ninguna alude a nuevas normativas en torno a la composición de las ferias de emprendedores de las plazas de la ciudad.


 

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