FinEs: una política pública revolucionaria

Por Ana Carbonetti

Sobre el FinEs se dicen muchas cosas. Por ejemplo, que supone la continuidad con las políticas educativas neoliberales de los años noventa. Y algunos hasta se preguntan en qué medida esta “propuesta” contribuye a revertir el vaciamiento de la educación pública.

Hay diarios que lo titulan como la “precarización laboral y el retroceso del Estado”. Que “el FinEs no contempla ninguna instancia de interacción docente, lo que dificulta el trabajo pedagógico entre pares y la organización gremial por mejores condiciones laborales”.

Hay diarios que titulan al FINES como la “Precarización laboral y el retroceso del Estado.”

Y con gran preocupación señalan que “no abre nuevas escuelas donde no las hay: funciona en comedores, clubes barriales, locales partidarios y otros espacios no estatales, y delega en la comunidad los gastos de infraestructura y administración escolar.”

Escudados en la careta de la indignación burguesa, subrayan que “en ocasiones la precariedad de las condiciones de cursada ha llevado a que las clases se dicten en casas de familia, patios al aire libre y establecimientos sin pizarrones ni calefacción”.

Y, en un acto de incomprensión histórica –o, lo que es peor aún, de fiel reflejo de sus intereses cipayos–, lo atribuyen livianamente a la “desatención” (desconociendo las décadas enteras de vaciamiento del Estado que aún hoy estamos sufriendo).

Están los que dicen que el FinEs avanza en el deterioro de las condiciones de aprendizaje. Lo llaman “el despacho de títulos express”. Se alarman frente a las modalidades de contratación docente, la convocatoria pública y la presentación de proyectos pedagógicos.

Están los que dicen que el FINES avanza en el deterioro de las condiciones de aprendizaje.

Entienden que “la homogeneización de la modalidad de adultos va en detrimento del impulso que podría darse a estrategias educativas críticas y contextualizadas, que ofrezcan opciones diversas para la incorporación participativa de jóvenes y adultos en su proceso de formación”.

Para ellos, el FinEs es el “precario mono-formato educativo que asume que para conseguir la educación del pueblo bastan ejércitos de trabajadores con buena voluntad y árboles con mucha sombra”.

Lo que muchos callan

Del FinEs se pueden decir, también, muchas otras cosas. Que se llama Programa de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios. Que su eslogan “Quiero estudiar” no sale de un estudio de marketing sino del deseo de los pibes y pibas que se reconocen en el sistema educativo por primera vez en la historia.

su eslogan “quiero estudiar” no sale de un estudio de marketing sino del deseo de los pibes y pibas.

Que en 2008 ese Programa abrazó a 202.271 nuevos inscriptos, y que en 2013 esa cifra aumentó a 385.381, lo que da un total –en lo que va del período 2008-2013– de 1.789.600 personas que accedieron a la educación pública en sus distintos niveles. Que esos números, más que de inscriptos, hablan de inclusión.

Que en 2008, la primera camada de egreso fue de 61.776; en 2009 aumentó a 115.816; y la sumatoria de egresados y egresadas hasta 2013 arroja un total de 513.078. Que esos números, más que de egresados, hablan de justicia social.

Que mientras algunos ven “sedes precarias”, otros vemos lugares que renacen al calor de la lucha, de la resistencia. Que las primeras 2.223 sedes abiertas en 2008, las 2.845 de 2009, las 2.912 de 2010, las 2.875 de 2011, las 2.556 de 2012 y las 3.010 de 2013 suman un total de 16.421 nuevas sedes en las que se dictan clases. Que esos números, más que de “sedes precarias”, hablan de esperanza.

Que mientras algunos ven “sedes precarias”, otros vemos lugares que renacen al calor de la lucha, de la resistencia.

Del FinEs podemos decir que lo parió un Estado profundamente presente. Que es mentira que “delega en la comunidad los gastos de infraestructura y administración escolar”, porque cada sede reconocida como tal por el Ministerio de Educación de la Nación recibe un presupuesto que contempla todas las necesidades de una cursada.

Que probablemente, en muchos casos, no haya iniciado con las paredes pintadas de la mejor pintura, ni con las mejores condiciones edilicias, y que no le solucionó la vida a nadie. Porque no se trata de solucionar un problema, sino de garantizar un derecho, y en el ejercicio de ese derecho se encuentran muchos obstáculos. Que el primero de ellos se expresa en aquellos que disfrazan de “crítica” –la mayoría de las veces, fundada en la mentira y el desconocimiento– su incomodidad frente a la realidad de que la Argentina para unos pocos viene perdiendo la batalla.

Afirmar que el FinEs avanza sobre el deterioro del aprendizaje es construir el eslogan del odio. Porque no sólo la escuela, tal como la conocemos, no es ejemplo de nada –incluso, valdría decir, es ejemplo de un sistema radicalmente excluyente–,  sino que cabría preguntarse de qué se habla cuando se habla de potenciar o deteriorar el aprendizaje.

Porque, si de procesos transformadores se trata, la educación es –quizá– el más transformador. Y podemos asegurar –desde la estadística y desde la experiencia– que los 191.054 tutores capacitados y los 1.789.600 compatriotas que accedieron a la educación pública no somos los de antes.

Para nosotros, el FinEs, lejos de ser un “precario mono-formato educativo”, es la oportunidad histórica, respaldada en una voluntad política inquebrantable del proyecto político que inició Néstor Kirchner en 2003 y continúa la presidenta Cristina Fernández, de democratizar el acceso a la educación.

Para nosotros, el FINES es la oportunidad histórica de democratizar el acceso a la educación.

Para nosotros, el FinEs es una política pública revolucionaria. Y, si de justicia social se trata, claro que basta –como si eso fuera poco– un ejército de trabajadores que entiendan su tiempo y su historia, y, más que árboles, la inmensa capacidad de seguir sembrando sueños. Lejos de la sombra, el FinEs es quizá un faro de luz.

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FINES EN PERIODISMO

En la sede Néstor Kirchner de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata se encuentra abierta la inscripción para finalizar los estudios secundarios con el programa educativo nacional FinEs II.

El mismo se cursará dos veces por semana a partir del mes de agosto en nuestra unidad académica. Cabe destacar que esta casa de estudios cuenta con otras sedes donde se cursa actualmente el FinEs: en los barrios Altos de San Lorenzo, San Carlos, Los Hornos y el Casco Urbano.

La documentación requerida para la inscripción es:

-Fotocopia del Documento Nacional de Identidad.

-Fotocopia de la partida de nacimiento.

-Fotocopia del certificado del último año escolar cursado.

-Constancia de CUIL.

Para más información, dirigirse a la Secretaría de Extensión (tercer piso del edificio de la Facultad) o contactarse por las siguientes vías:

Correo electrónico: FINES2perio@gmail.com

Facebook: FINES 2 perio

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