Fernández presidente: el trabajo por encima del FMI

Pasado el mediodía de ayer, y luego de recibir los atributos por parte del ahora expresidente Mauricio Macri, Alberto Fernández tomó la palabra para brindar un largo y profundo discurso de asunción frente a la Asamblea Legislativa, como carta de presentación de lo que será la nueva etapa política que se viene en el país.

Con una expectativa que fue creciendo desde el lunes posterior a las elecciones PASO, cuando derrotó por amplitud al macrismo, la disertación de Fernández buscó sintetizar las principales urgencias y reclamos que el conjunto de la sociedad comenzó a manifestar a un Mauricio Macri desgastado por las consecuencias de su propio programa económico y político. Pobreza, desempleo, regreso del FMI y la deuda a la vida política nacional fueron algunos de los ejes primordiales de las palabras del nuevo presidente argentino.

el nuevo presidente de los argentinos dejó en claro su objetivo de «aliviar» el peso de la deuda en los bolsillos de los trabajadores.

«Hoy quiero iniciar estas palabras reivindicando mi compromiso democrático que garantice entre todos los argentinos, más allá de sus ideologías, la convivencia en el respeto a los disensos. Deseo dirigirme muy personalmente a cada una y a cada uno de esos argentinos que habitan esta Patria», fue el disparador del discurso donde Fernández se propuso cerrar la «grieta» alimentada en estos años, en parte, desde la beligerancia propia de Cambiemos a todo rastro opositor, como al arco mediático y judicial que convirtió el escenario político en un campo de guerra contra la disidencia social e ideológica.

Elementos como la deuda contraída por el gobierno de Macri, el desembarco del Fondo Monetario Internacional (del que ahora deberá hacerse cargo la nueva gestión) y las constantes políticas de ajuste y recorte al sector productivo fueron los principales ejes de atención del proyecto de Fernández. En ese sentido, el nuevo presidente de los argentinos dejó en claro su objetivo de «aliviar» el peso de la deuda en los bolsillos de los trabajadores.

«Más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria en un país que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo. Necesitamos que toda la Argentina Unida le ponga un freno a esta catástrofe social. Uno de cada dos niñas y niños es pobre en nuestro país. Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad», expresó Fernández en alusión a la fuerte demanda sobre la coyuntura económica y social en la Argentina.

En ese aspecto, Fernández destacó que la «primera reunión oficial de nuestro gobierno consistirá en un encuentro de trabajo sobre esta prioridad, el Plan Integral Argentina Contra el Hambre». Allí, el mandatario se refirió al proyecto conjunto con distintos sectores de la economía, la producción y los movimientos sociales para atender la problemática de la pobreza y la alimentación que asedia al país, recrudecida en los últimos años por las políticas de Macri. La conformación del proyecto Argentina Contra el Hambre fue uno de los gestos políticos que más relevancia cobró en las últimas semanas.

«Más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria en un país que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo»

Asimismo, el rol del FMI fue clave en el nuevo programa de prioridades, donde Fernández destacó la necesidad de «reordenar la macroeconomía» en función de poder afrontar la renegociación con los acreedores sin apelar a mayor ajuste y recesión. «Vamos a encarar el problema de la deuda externa. No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer», señaló.

Cabe destacar que las expectativas sobre la asunción de Fernández se perfilaron desde varios sectores, tanto sindicales como desde el movimiento de mujeres, los organismos de derechos humanos, el sector pyme, el campo, entre otros. Cada punto tuvo su lugar de mención en el discurso, que se extendió durante más de cuarenta minutos, en contraposición a los cuatro años en los que Mauricio Macri casi no brindó explicaciones públicas, en conferencia o cadena nacional, sobre sus medidas más importantes.


 

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