Contra la crisis del sector textil, abrazarán la histórica cooperativa CITA de La Plata

Mientras varias firmas protagonistas del mercado textil, como Wrangler o Lee, comienzan a retirarse de Argentina y otras históricas, como Alpargatas, cierran las persianas de todas sus plantas en el país, la crisis del sector barre también con las pequeñas y medianas industrias. Así queda demostrado en la delicada situación que atraviesa la emblemática Cooperativa Industrial Textil Argentina (CITA), radicada en La Plata, que supo ser la primera planta recuperada por sus trabajadores en la historia del país.

Asfixiada por los aumentos tarifarios impuestos por cambiemos y la dificultad enorme para continuar con su producción a causa de la apertura indiscriminada de importaciones, CITA se encuentra al borde de desaparecer y podría cerrar su puertas de manera definitiva tras mantenerse en pie desde 1952.

«Para que nuestra situación cambie tienen que cambiar de raíz las políticas de gobierno. Si la gente no puede consumir, si no hay reactivación, esto va a ser muy difícil. Nosotros ya soportamos distintas crisis de otras épocas. La textil siempre es la más perjudicada porque la gente lo primero que deja de comprar es ropa para priorizar la comida», expresó el referente de la cooperativa, Omar Ceballos, quien aún resiste al cierre de CITA junto a unos diez compañeros.

En 2017 detuvieron la producción por los aumentos de impuestos y la apertura de importaciones: «A partir de que empezaron con los tarifazos, el poco trabajo que hacíamos era para pagar energía. Prácticamente no podíamos recibir un mango entre nosotros. Y nos quedamos sin mercado, con costos que se fueron a las nubes. Al abrir las importaciones, los clientes que teníamos se tiraron para el lado de lo importado. Y decidimos no trabajar para no perder. Porque trabajábamos para pagar», había remarcado Ceballos.

Según remarcó el trabajador, la apertura de importaciones fue un tiro de gracia para la delicada situación que acarreaba la cooperativa. Los clientes habituales de la planta comenzaron a desentenderse de la producción y la rentabilidad se redujo de manera sustancial.

Vigente desde mediados de la década de 1920, CITA fue una empresa recuperada y reconvertida en cooperativa en el año 1952 gracias a los trabajadores, que, con el aporte de sus indemnizaciones, en el plazo de tres años pagaron la planta y la reclamaron como dueños absolutos.

A partir de los noventa, por las políticas neoliberales, la cooperativa tuvo que hacer frente a una competencia desleal y abierta. Es así que para el año 1998 se encontraba casi en una total parálisis productiva que la llevó a la cesación de pagos, y para 2001, al borde de la quiebra.

En 2016, con los tarifazos, la poca rentabilidad que conservaban se trasladó al pago de la luz y el gas. El dinero ya no era suficiente para volcarlo a la compra de materia prima y seguir fabricando. En pocos meses se hizo notable la caída en las ventas y pasaron a producir la mitad de lo que producían antes. Para el año 2017 decidieron parar las máquinas.

Gracias al apoyo de la comunidad local y organizaciones barriales como Patria El Mondongo y centros culturales regionales, CITA pelea por encontrar una solución que ayude a revertir la situación que ha quedado a partir del avance del ajuste del gobierno. Por ello, hoy impulsarán un abrazo solidario a la planta ubicada en el barrio platense El Mondongo, en 62 y 115, a partir de las 12:30 hs.

«Por esta planta pasó mucha gente, significa mucho para la ciudad. Es una de las primeras plantas en trabajar como cooperativa en toda Latinoamérica. Necesitamos pelear por esta planta», agregó Ceballos.


 

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