Cómo funciona el sistema de monitoreo del COVID-19 en barrios populares que puso en marcha Provincia

En el marco de una nueva fase de la estrategia sanitaria contra el COVID-19, el gobierno de la provincia de Buenos Aires puso en marcha un sistema informático de monitoreo en tiempo real de la evolución de los casos en villas y asentamientos. Consiste en un panel de control en el que están mapeados los casi 2.000 barrios populares bonaerenses en los que viven 423.000 familias.

El mapa muestra una serie de variantes que incluyen cantidad de centros de salud, la distribución de casos positivos y la red de derivación sanitaria. Según indicó el Ministerio de Salud provincial, se realizó sobre la base de datos incluida en el Registro Público Provincial de Villas y Asentamientos, y del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP).

Los barrios populares se encuentran marcados en color amarillo, púrpura y gris, y se evalúan en relación con los casos confirmados: en rojo los contagios comunitarios, en marrón por contacto estrecho, en amarillo los casos en investigación, en azul los importados y en violeta los trabajadores de la salud.

«Cuando se detectan focos, se activa el sistema de alertas con los municipios y se definen acciones territoriales puerta a puerta para intentar frenar la expansión del virus», informó en un comunicado la cartera que conduce Daniel Gollán.

Las primeras pruebas piloto se hicieron en Quilmes y San Vicente, la semana pasada, en un trabajo coordinado entre los ministerios de Salud bonaerense y de nación, junto al de Desarrollo de la Comunidad y los intendentes. En el barrio La Paz del municipio de Quilmes y en Los Amigos y Sargento Cabral de San Vicente se controlaron más de 10.000 personas y se detectó un solo caso positivo, detalló Provincia.

En tanto, esta semana habrá tres jornadas de detección temprana en el Barrio La Fe de Lanús y luego en La Matanza, Merlo, San Martín y Moreno. «Estos distritos fueron priorizados porque tienen la mayor relación entre casos confirmados y cantidad de barrios populares, según las primeras estadísticas originadas en el mapeo», precisaron.

El procedimiento implica un despliegue territorial con promotoras y promotores de salud, enfermeros y profesionales de la provincia y de los municipios, que van casa por casa, dialogan con los vecinos y les toman la temperatura corporal. Si detectan fiebre, se le pide a esa persona completar un cuestionario para identificar si esa patología es compatible con el COVID-19. Si el caso se define como sospechoso, se le realiza el hisopado correspondiente en los camiones sanitarios instalados para los operativos a fin de confirmar o descartar el diagnóstico, y se lo traslada a un centro de salud, donde permanece internado hasta obtener el resultado. Los contactos estrechos del caso sospechoso son aislados en el domicilio o en los dispositivos públicos especialmente diseñados para esta contingencia.

Para facilitar el mecanismo de derivación e internación de pacientes, el mapeo cuenta con información sobre hospitales provinciales y municipales, centros de atención primaria de la salud (CAPS) divididos en centros de atención COVID, centros de recepción y orientación, y la red de veintiún laboratorios de diagnósticos.

Esta medida es parte de las disposiciones del gobierno bonaerense en la nueva etapa de la cuarentena. La situación en la provincia es dispar. Mientras en el interior hay más de cincuenta municipios que no tienen casos de COVID-19, los municipios del conurbano siguen siendo uno de los focos de contagio, por lo que allí las normas son mucho más estrictas que en el resto de la provincia.


 

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