Trabajadores del Hospital de Niños resisten el vaciamiento del jardín maternal

La novela del jardín maternal del Hospital Sor María Ludovica acaba de incorporar un nuevo capítulo. Luego del rechazo de los padres a que los chicos sean trasladados al jardín del Hospital Rossi y de la promesa del Ministerio de Salud de acondicionar el inmueble que actualmente ocupa, ampliar el cupo y el personal docente, en las últimas horas se conoció una comunicación formal del director del centro de salud, José Pujol, invitando a las docentes y no docentes del jardín maternal Casita de Papel a pasar en comisión de servicios al jardín del Rossi. El argumento del traslado es llevar adelante tareas de refacción en la casa en la que funciona el jardín, pero los trabajadores advierten que se trata de un vaciamiento.

Se trata de un inmueble propiedad de la asociación cooperadora del Hospital de Niños de nuestra ciudad, que luego de perder un millonario juicio analiza venderlo para afrontar las costas del litigio, tal como informó Contexto en julio pasado. Ante esa situación, las autoridades del centro de salud iniciaron gestiones para conseguir cupos en jardines maternales de otros establecimientos, obteniendo el visto bueno de la dirección del Rossi para reubicar en su jardín a los nueve niños y niñas del Sor María Ludovica.

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«No vamos a aceptar el traslado de los nenes al jardín del Hospital Rossi, lo que requeriría una adaptación a nuevos docentes. Nosotros vemos una especie de arreglo entre la dirección y la cooperadora del Hospital de Niños, porque en casi cuatro años de gestión de estas autoridades no hicieron absolutamente nada por la guardería, y ahora, como saben que en diciembre se renovarán las autoridades, de golpe quieren desocuparla para arreglarla. Pero nosotros vemos que quieren desocuparla para venderla», explicó a Contexto César Marschoff, quien es papá de una nena que asiste al jardín.

«en casi cuatro años de gestión de estas autoridades no hicieron absolutamente nada por la guardería, y ahora, como saben que en diciembre se renovarán las autoridades, de golpe quieren desocuparla. Pero quieren desocuparla para venderla»

«Atento a la difícil situación por la que atraviesa la Asociación Cooperadora de nuestro hospital y que afecta al Jardín Maternal que usted dirige […] la Asociación Cooperadora se encuentra evaluando la posibilidad de venta de la propiedad en la que está emplazado el Jardín Maternal», dice la misiva que lleva la firma del director Pujol.

El texto prosigue afirmando que «para proceder a la refacción de las instalaciones del Jardín hemos conseguido vacantes para los niños que actualmente conforman la matrícula del maternal en el Jardín que posee el Hospital Rossi de esta ciudad». Y señala que «ningún trabajador pierde el beneficio siendo esta una oportunidad única que no debería desestimarse». Por eso se los invita a «optar por una comisión de servicios en el Jardín del Rossi».

En la actualidad, la matrícula de Casita de Papel se reduce a nueve niños y niñas, en virtud de la falta de personal docente para aumentar el cupo. «Nuestro pedido es que se efectivice la donación del inmueble prometida; que una vez hecho eso se realicen las mejoras en el edificio; que se incorpore el personal necesario para que puedan asistir la mayor cantidad de nenes que admita el edificio y en los turnos mañana y tarde, ya que hoy solo funciona de mañana», dijo Marschoff.

«Nuestro pedido es que se efectivice la donación del inmueble prometida; que una vez hecho eso se realicen las mejoras y que se incorpore el personal necesario para que puedan asistir la mayor cantidad de nenes»

Emplazado en 37 y 118, el espacio que las autoridades ofrecen como alternativa está a más de cinco kilómetros del Hospital de Niños, lo que sumaría un incordio a los papás, que deberían recorrer diariamente esa distancia para llevar y recoger a sus pequeños.

En reuniones de padres con autoridades del Ministerio de Salud, del Sor María Ludovica y representantes sindicales, se les prometió la donación del inmueble por parte de la cooperadora, pero no se inició ningún expediente para ese fin y tampoco las autoridades del Ministerio cumplieron la promesa de incorporar más personal para poder ampliar la matrícula hasta cuarenta cupos.

Este viernes los padres difundieron un comunicado en el que hicieron una pormenorizada cronología del conflicto. Allí consignaron que «la cooperadora recibió un subsidio en el año 1987 por parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires (decreto 7013/87) para adquirir un inmueble con destino de guardería. Entendemos que si el Estado provincial, que se sostiene con el aporte de todos nosotros, otorgó una suma de dinero con un destino específico para el bien común, no debería poder ser usufructuado por una entidad privada como lo es la cooperadora para resolver un pleito judicial en el que nada tienen que ver los trabajadores del hospital ni sus hijos».

En el texto, los papás también se formularon una serie de interrogantes, entre los que destacan los siguientes: «Sabiendo que en diciembre casi con seguridad las autoridades del hospital se renovarán, ¿por qué la dirección del hospital que no realizó ninguna mejora edilicia en los 4 años que lleva de gestión, tiene la urgencia de desocupar el inmueble antes de fin de año?; ¿es la cooperadora una entidad tan desprolija como para perder las escrituras de los inmuebles que posee?; ¿cuántos inmuebles posee la cooperadora y qué uso les da?; el pago del supuesto juicio perdido ¿no puede afrontarlo con otro inmueble?; ¿por qué deberíamos creer en la buena fe de autoridades que prometieron algo y en menos de un mes lo niegan? Nos oponemos al traslado de nuestros hijos a la guardería del Hospital Rossi y no vamos a permitir el vaciamiento del jardín parental».

En el mecanismo que tiene vigente el Ministerio de Salud en relación con el ingreso de los chicos a su jardín maternal «se estipula que para aquellos que no consiguen cupo se les paga un subsidio de 1.500 pesos, con lo que no se cubre ni un cuarto de la cuota que cobran los jardines privados, por lo cual no es una alternativa válida», concluyó Marschoff.


 

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