Natalia Lucia: si no canto lo que siento…

Por Ramiro García Morete

“La vida te quita y te da/que no hay tiempo para la excusas/que el abrazo y sentir es ahora/que el mañana puede no existir”. La situación se repetía. Tras avanzar en la competencia y llegar a la instancia final, cabeza a cabeza, “como en las películas”… algo la paralizaba. Quizá por su abuelo, percusionista de folklore, o su hermano –a quién seguiría como referente luego para inscribirse en la EMU–, quizá por los discos de Mercedes Sosa o Sui Generis que sonaban en la casa de Villa Elvira o sencillamente porque lo llevaba dentro, siempre le había gustado cantar. Por eso sus compañeres no dudaban en impulsarla cuando llegaban los Torneos Juveniles Bonaerenses.

No solo canciones como “Piedra y camino” formaban parte de su repertorio. De hecho en la adolescencia también sería corista de una banda de rock: La Mitad Peligrosa. Por eso más allá de una breve incursión en la carrera de chef, se dedicaría a estudiar su verdadera vocación. Como Música Popular, donde surgirían al fin sus primeras canciones tales como “Indigna”. A partir de ella y el aliento de una amiga común, formaría dupla con el guitarrista Emi Bordenave. Bajo el nombre de “Trapecio”, las canciones emergerían con fuerza. Pero también se inscribiría en comedia musical, para perder aquel pánico escénico.

Puede que parte de ese proceso generara que no haya dudado, al concluirse el dúo, en seguir adelante. Más allá de la experiencia folklórica con La Vehemencia o los coros a Diego Martez, necesitaba su camino solista. Tenía y tiene canciones para mostrar aunque no se sienta “guitarrista” pero sí “cantora”, tal como se define. Tiene que ver con el decir, explicará en cierto modo.

Y en su caso, de manera franca y emocional, tomando aires de distintos géneros pero con la canción acústica como norte. Igual que en las rumbas que conoció viajando por España. Y que se manifestaría en plena cuarentena, cuando fue el mundo el que se paralizó. Entonces emergería aquella pérdida repentina e irreparable ocurrida cinco años atrás pero cuyo duelo recién hoy llega –según explica– a su “séptimo y definitivo” estadio. Una rumbita inspirada en su padre, pero proyectada hacia lo valioso y a la vez efímero de la existencia. Esa sensación tan vertiginosa y esencial llamada finitud para hacerla carne en “Decir” (con Omar Gómez , Bordenave y Álvaro Zaballos), último corte de esta música platense que canta para contar: Natalia Lucia.

“Nace acá en la cuarentena –introduce la cantante sobre su último corte–. Cuando uno está en esa situación, todos los sentimientos están a flor de piel. Vino como disparador el fallecimiento de mi padre. El decir y lo que no podés decir, cuando pasan estas situaciones. Qué me hubiese gustado decirle… Y ¿por qué esperar a que sucedan cosas trágicas para accionar? Me dio ganas de dar un mensaje, del ahora, de sacar las palabras, de empezar a decir lo que se siente y quedarse con las cosas. Más en este momento que no se puede ni abrazar, ni besar, poder usar las palabras”.

“Yo soy muy de esto de la palabra y de la emoción y de contar historias –cuenta respecto a sus líricas–. Cosas que he vivenciado o que a partir de historias de otras personas hacerlas carne, interpretarlas y ponerle las palabras que van”.

Natalia Lucía rescata su formación teatral en pos de su crecimiento como música: “Un artista que se dedica a una disciplina tiene que tomar otra que vaya de mano, porque eso te potencia”.

En “Ciclotimia”, la compositora se mueve por distintos géneros (hay de reggae hasta un aire de tango), pero siempre con la canción acústica y el sonido orgánico predominando. Y se deja entrever la puerta abierta para una influencia que se marcaría en los últimos años: “El tema de hacer la rumba es porque hace dos años que vengo viajando y yendo a España y me encontré con otro mundo. Música que siempre me gustó, la vivencié mucho allá. Las rumbas donde se juntan, es guitarrear y ver que sale. Es una búsqueda que estoy haciendo ahora, que siempre me gustó y quizá no la había incorporado a mis canciones”.

Además de este corte, Natalia Lucia prepara material con “cinco temas más que estoy armando. Este tema en cambio fue más por una cuestión mía, personal… No lo pensé como un single: es algo que yo sentía y quería mostrar”.

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