por Sofía Stoller
En su último libro “El engranaje y la rebelión: Tecnología y subjetividades digitales” (2024) el docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, Luciano Sanguinetti reflexiona sobre la relación entre la tecnología digital y el uso que hacen los movimientos sociales y políticos de ellas. Como sugiere el título, las redes operan como un “engranaje para la rebelión social”, donde el celular atrapa con su uso cotidiano y a los sujetos hasta enajenarlos pero, en simultáneo, también sirve para lograr cambios significativos.
¿Cuál es la tesis central del libro en relación al avance de la ténica y los procesos políticos?
El “pienso luego existo”, la famosa frase de Descartes, es el problema de la filosofía del sujeto porque dejaron afuera el ser y la buena vida. Heidegger restituye la pregunta por el “ser”, por cómo vivimos, que es muy importante en el siglo XXI, porque probablemente ya no exista más. El progreso humano empieza a poner un límite en la existencia, las transformaciones tecnológicas están agotando las posibilidades de la vida futura, si no se contiene.
Hay toda una discusión de lo que Heidegger llamó “el cuidado de la vida”. Me llamó la atención cuando leí un artículo de él qué dice: “La esencia de la técnica, no es técnica”. Esto quiere decir que lo esencial no es la técnica, la clave de la técnica es la disposición, que en español se la traduce como “engranaje”. A mí me pasa todo el tiempo, miro el celular porque me tiene a su disposición, me tiene atrapado. “Estoy a su disposición”, dice Heidegger ya en 1949 antes que apareciera internet.
¿Cómo se relacionan esto con los fenómenos actuales, la filosofía, las luchas políticas? ¿En este sentido la técnica aportaría a luchas a movimientos como, por ejemplo, del feminismo?
Empecé a investigar a Heidegger y en el momento había grandes movilizaciones sociales del feminismo luchando contra la opresión masculina, contra el Estado, contra la represión, la violencia sexual y veía que las mujeres estaban tomando la misma tecnología para rebelarse de una opresión que venía de siglos. El mismo engranaje está sirviendo a alguien para cambiar su mundo, su existencia o el statu quo, y eso lo están haciendo las mujeres. Hay un artículo de una socióloga norteamericana que se llama Tegan Zimmerman, que dice que la cuarta ola feminista es online, y es digital.
De la avanzada tecnológica a la avanzada ideológica
Hay una etapa nueva en la cual los sectores más concentrados del sistema de alta tecnología no se conforman con ser los dueños de la globalización tecnológica, sino que también conformaron un partido político. “Son las denominadas derechas alternativas que están disputando en el mundo occidental la hegemonía política sobre los partidos populares de América Latina”, explicó. “El fallo contra Cristina Kirchner no puede desvincularse de la reconversión global del sistema político a nivel mundial”, dijo el profesor, al relacionar la persecución a la ex presidenta de la Nación con estos nuevos fenómenos.
“Esta condena está dirigida a castigar a quien fue dos veces presidenta y una vicepresidenta, sino también a advertir a los que intenten algún tipo de transformación más igualitaria y equitativa”, indicó Sanguinetti.
“En este caso se refuerza ese antagonismo porque las derechas locales se han aliado a las derechas globales en este proceso de disciplinamiento de las sociedades y de los partidos políticos, y de las ciudadanías y los sectores populares”, argumentó Sanguinetti y añadió: “Impulsan estrategias de desinformación, manipulación y tergiversación de los hechos, hoy los dispositivos comunicacionales facilitan la instrumentación del desarrollo de estas estrategias”, explicó el profesor.
Consumos populares y política
La comunicación y los consumos culturales que realizamos se volvieron más individualistas que se fortalecieron por el uso cotidiano del celular. “Las instancias de comunicación colectiva que podrían ser ir al cine o ver televisión en familia han desaparecido”, dijo. “Por lo tanto, los consumos culturales, informativos y noticiosos actualmente son más individuales”.
Los sectores que pretenden enfrentar el movimiento de “oligarquías tecnofeudales”, como lo llama el docente, tienen que tener presente el nuevo contexto en el que se mueven esos sectores. De este modo, explicó que “hay que repensar el trabajo, repensar el Estado, repensar la educación, la salud, resolver, desde esa nueva lógica de los dispositivos digitales, las demandas populares, las inquietudes y los deseos populares”, concluyó Sanguinetti.