Contra el neolibelarismo: “El feminismo debe articularse con otras luchas”

Mientras el país se encuentra en pleno marco de discusión frente al paquete de reformas laborales, jubilatorias y tributarias que podría afectar de manera troncal los derechos adquiridos del conjunto de la sociedad, el movimiento de mujeres se afianza cada vez más y se perfila como uno de las grandes trincheras opositoras para los años venideros. En este sentido, Florencia Partenio, socióloga feminista y docente investigadora de la cátedra libre Virginia Bolten de la UNLP y la UNAJ, conversó con Contexto sobre cómo pensar y organizar un espacio de lucha y resistencia al avance de la derecha y su proyecto económico, desde una perspectiva de género.

—¿Cómo hay que pensar, desde una perspectiva feminista, la lucha contra los proyectos de sumisión económica y explotación laboral?

—En primer lugar, un feminismo que se plantee en un marco de plan de lucha frente a este paquete de medidas y esta nueva avanzada neoliberal –no sólo en Argentina sino en un contexto geopolítico de avance de la derecha mundial- debe articular sin dudas tres intersecciones donde las injusticias se hacen presentes. Una es el racismo, otra tiene que ver con las diferencias de clase y otra con diferencias en términos de orientaciones sexuales. Pensar cómo la lucha feminista se interconecta con otras luchas: los colectivos de disidencia sexual, los colectivos de migrantes. Un plan de lucha debe necesariamente articularse con otras luchas. Este paquete de medidas tributaria/previsional/laboral va a afectar a todos y todas las trabajadoras en general. Allí es imprescindible tener una mirada de clase.

—En ese sentido, ¿cómo articular el activismo feminismo con otros sectores de lucha como el sindical y el político?

—Creo que lo mejor que nos puede pasar como organizaciones, como espacios que pensamos en cómo transformar estas prácticas frente al actual escenario, es tener un análisis muy preciso de la coyuntura en la que estamos. Poder analizar cuáles son los rasgos novedosos de esta nueva etapa del capitalismo financiero global en el cual el Gobierno de Macri se inserta y va a querer ser un alumno ejemplar. Tanto en diciembre frente a la OMC como el año que viene en el G20.

Sabemos que esta agenda del Gobierno es la agenda del poder corporativo; en ese escenario, nuestras organizaciones, los espacios sindicales, tenemos que saber advertir cuáles son los rasgos diferenciales. Esto no es la década del noventa. Una de las cuestiones centrales es cómo el Estado está capturado por ese poder corporativo.

—¿Hoy en día en Argentina en qué condiciones estamos para pensar esa lucha?

—No solamente nuestros análisis deben nutrirse de un análisis cuidadoso de la coyuntura actual sino también ver en qué espacios se están dando señales de resistencia. Yo siempre recupero ese titular del suplemento “Las 12” del año pasado que decía “Las mujeres salen a la calle mientras la CGT toma el té”. El movimiento de mujeres, el feminismo y, sobre todo, las jóvenes, dentro de esta etapa, salieron a las calles masivamente. Hay un diálogo intergeneracional dentro del movimiento de mujeres que está recuperando la experiencia de las históricas feministas.

No perdamos de vista que, en 2005, Argentina le dijo “no al ALCA”. En esa lucha no estaban solamente dirigentes, representantes campesinos, ecologistas y sindicalistas, sino también del movimiento de mujeres que salió a decir No a Bush. Ese diálogo se está empezando a dar en las movilizaciones y en los espacios. No solo estamos en las calles, estamos reflexionando cómo articular la nueva lucha contra el neoliberalismo. Ahí hay mucho que recuperar de nuestra historia pasada para aprender. Uno de los aspectos más internacionalistas en este momento es el de la lucha de las mujeres.

—¿Cómo se enmarca esa perspectiva de género frente al macrismo, por ejemplo, cuyas políticas laborales e impositivas replican recetas bajadas directamente del FMI y OMC?

—La sindicalización de las mujeres en Argentina, los procesos de afiliación y participación son muy importantes. Hay niveles de afiliación importantísimos en áreas altamente masculinizadas. El grave problema lo seguimos teniendo en el acceso de las mujeres a los puestos de dirección y las instancias de dirección de sus sindicatos. Si damos un rápido vistazo a los sectores históricamente feminizados y los masculinizados, vemos que el acceso de las mujeres a secretarias generales u otros puestos sigue siendo una tarea pendiente.

En las grandes centrales sindicales, los dirigentes siguen siendo los varones, no han avanzado los procesos de despatriarcalización, como sí lo hicieron en otros espacios. Además, está la necesidad de incluir en los sindicatos agenda transversales, de género, que incorporen agenda feminista, con demandas que no son solo de las mujeres, sino que contribuyen a mejorar las condiciones de todo el conjunto de trabajadores y trabajadoras.

Por lo pronto, es una tarea pendiente y pocos de los dirigentes sindicales varones están dispuestos a perder sus privilegios. De todas maneras, es importante remarcar los procesos de compañeras que están organizándose, planteando una agenda propia e interpelando a sus propios dirigentes varones. Uno de esos casos es la Mesa de Trabajo de Mujeres Sindicalistas del Conurbano Sur; otra gran experiencia es la Intersindical de Mujeres de Córdoba. Ambos ejemplos son un ejemplo de articulación transversal de las mujeres.

—¿Cómo pensar la organización en sectores de extrema vulneración como, por ejemplo, la población trans-travesti?

—Hay que recordar el ejemplo de dos luchadoras del colectivo trans-travesti como fueron Lohana Berkins y Diana Sacayán. Siempre en sus intervenciones públicas y luchas intentaron impulsar políticas para el colectivo trans. En este sentido, hay dos ejes que no se pueden perder de vista que tienen que ver con cómo se articulan educación y acceso a un empleo digno. No solamente la expectativa de vida es baja, sino también la cuestión de la terminalidad educativa, la posibilidad que tienen de terminar la escuela primaria y secundaria. Mejorar sus condiciones para mejorar su inserción laboral es un primer punto.

Ahora, si estamos en un contexto donde la economía afecta con tarifazos a experiencias de inserción como las cooperativas o proyectos autogestivos no se están creando oportunidades reales. Hay que tener una mirada integral. A eso debemos sumar también la falta de implementación del cupo laboral trans.

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Llamado mundial contra la OMC

A través de la web se encuentra en circulación el “Llamado mundial a las mujeres, trans, travestis, lesbianas, bisexuales, migrantes, desplazadas, refugiadas, afrodescendientes, indígenas, campesinas, feministas, hermanadas frente a la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Buenos Aires, diciembre de 2017”, convocatoria que busca generar un foco global de resistencia a la avanzada de los organismos financieros. La información disponible está en https://mejorsintlc.org/llamado-mundial-a-las-mujeres-trans-y-lesbianas/

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