Carlos Rozanski, un juez Honoris Causa

Por Alejandro Palladino

A partir de una propuesta impulsada por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) otorgará el título Doctor Honoris Causa al juez federal Carlos Alberto Rozanski por su compromiso ético y moral en su trabajo por la puesta en marcha y consecución de los juicios contra represores por los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la última dictadura cívico-militar. El acto se realizará este miércoles a las 17hs en la sede Néstor Kirchner de la Facultad de Periodismo.

El documento presentado al Consejo Superior de la UNLP propone al magistrado que preside el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata pondera la “dedicación y valentía con que ha realizado su tarea al servicio de hacer el proceso de Memoria, Verdad y Justicia absoluto, total y definitivamente irreversible”, y tiene en cuenta “su trabajo desde y con nuestra Universidad y en nuestra región por la transformación de la Justicia”.

Otros de los motivos de la distinción son su labor como docente en Universidades nacionales y del exterior, y sus producciones académicas de investigación y producción que tienen como eje central la defensa de los derechos humanos.

La UNLP otorgará el título Doctor Honoris Causa al Juez Rozanski por su compromiso ético y moral en el juzgamiento de crimenes de lesa humanidad. El acto se realizará este miércoles a las 17hs en la sede Néstor Kirchner de la facultad de Periodismo.

Rozanski es presidente desde hace quince años del TOF Nº1 y desde ese lugar concretó algunos de los capítulos más importantes de la historia reciente del país: las condenas a prisión perpetua por violación a los derechos humanos del comisario Miguel Etchecolatz en 2006 y del capellán policial Christian Von Wernich en 2007, ambas causas relacionadas con el Circuito Camps, así como la condena del primer funcionario civil del gobierno militar de la provincia durante la dictadura, el abogado Jaime Lamont Smart.

Las políticas de Memoria, Verdad y Justicia implementadas desde 2003 por el Estado nacional, con la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, permitieron la condena a los militares en los últimos años. En la causa que condenó a Etchecolatz se produjo por primera vez el reconocimiento de que «todos esos hechos configuran delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del genocidio que tuvo lugar en la República Argentina entre los años 1976 y 1983”.

En el último juicio, realizado en octubre pasado, el tribunal que preside Rozanski condenó a tres jefes de la Armada a la pena máxima y a otros cinco represores a veinticinco años de cárcel al considerarlos coautores “del delito internacional de genocidio”. Estos crímenes en su mayoría fueron cometidos contra trabajadores de la zona industrial de Berisso y Ensenada.

Por otro lado, en octubre del año pasado culminó el proceso del denominado Circuito La Cacha. En esa ocasión, fueron condenados veintiún represores por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en Olmos (localidad de La Plata) durante la dictadura.

La condecoración de la casa de estudios a Rozanski se da en el marco de la avanzada conservadora que lanzó el diario La Nación en su nota editorial de ayer, en la que fomenta la vuelta a la impunidad. Aprovechando el triunfo de Mauricio Macri (a quien apoyó fervientemente en toda su candidatura), en la nota reivindica la teoría de los dos demonios y hace un llamado urgente al próximo presidente a dejar en libertad a los genocidas, y califica como venganzas y mentiras las políticas de derechos humanos realizadas por el kirchnerismo.

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