Ayer fue 1° de abril…

el recuerdo es peor que Dios cuando pierde la paciencia,
que la viruela, que la sífilis, que el hambre…
Andrés Rivera

 Por Carlos Giordano[1]

Trataré de ir ordenadito… Sé que me voy a ir al pasto y por eso empiezo con cuidado…
El Indio (cabo primero) Córdoba era uno de esos suboficiales que todos conocimos (todos los que hicimos la colimba, pero también todos los presos políticos y detenidos-desaparecidos en las mazmorras de la tortura)… Rostro aindiado, de tez negra, pelo duro e indómito para la gomina (el hoy gel, pero gomoso), con caminar cholo, Evo’s y Milagro’s en su físico, pero tan aculturizados de su raza y sus antepasados como la peor Malinche… El Indio Córdoba fue (no sé si vive aún) un prototipo al que ustedes le podrán poner otros nombres y parecidas historias (por ejemplo, el Urko Ibañez que sacaba a «pasear» al soldado Dávila enganchándolo del labio con una tenaza… en el RI7 de La Plata… ¿o no, compañeros?)… Ya conté que se paraba en medio de un círculo de los colimbas que corríamos alrededor suyo, «carrera march», y, a contracorriente, nos «cazaba» con el Tempex… el cinturón de combate que está tejido con trenzas de nylon verde y prensado con acero templado… Un tipo de los que se decían a sí mismos “valientes”… El cabo Córdoba, cabo primero infante, se presentó el día que debíamos embarcar para Malvinas y «dio parte» de que su esposa estaba enferma… que no debía viajar y dejarla sola… que se ofrecía como voluntario para quedarse en el Batallón y cuidar los bienes y el orden… No sé si hago bien en mandarlo al frente a este milico que hizo público su miedo, que fue uno de los pocos que nos anunció, sin quererlo, que la cosa iba a estar complicada si esperábamos que ellos nos guiaran, que nos alentarán, que nos dieran alguna razón patriótica para combatir… no sé…

Pero aún recuerdo al “Pepa” Grivarello jurando que lo iba a matar cuando saliera, a Condorito maquinando las mil y una formas en que lo iba a «cuernear», al Toti Palmieri plantándosele luego de la guerra. Y entiendo que no es personal… que si digo «el Indio Córdoba» hablo de tanto milico cobarde, cagón, que ni siquiera después de los combates, de la guerra, supieron la vida que les habían cuidado esos «bípedos», esos «tagarnas», esos «infelices malnacidos» que fuimos los colimbas (y acá me adelanto un poco y les pido que no me cuenten que hubo otros milicos que sí combatieron, que sí hicieron lo que debían por ser soldados profesionales -que recibían pago, obra social, casa, comida, ascensos por antigüedad, salario familiar, vestimenta, pasajes gratis en los medios de transporte, exenciones impositivas y toda la impunidad que les dieron todas las dictaduras y dictablandas desde un tiempo que no me acuerdo cuándo empezó pero que es más antiguo que la Argentina y es lo que llaman Patria los «patricios»-. Sé que los hubo y si me corren hasta les digo un par de nombres… Pero hasta que las Fuerzas Armadas no digan institucionalmente lo que pasó en Malvinas, quiénes fueron los verdaderos responsables de la derrota, la traición, la «alta traición a la Patria» como les gusta decir, las torturas, las delaciones, los encubrimientos, no me vengan a pedir ningún «perdón» simbólico… Ni olvido ni perdón: juicio y castigo a los culpables… Tan clarito como nos enseñaron las Madres, las Abuelas, los Hijos, los Familiares, y que luego nosotros mismos rescatamos como consignas democráticas, republicanas). El Indio Córdoba… ¿qué le pudo decir a sus hijos?, ¿qué a la Historia?, ¿qué a don Humberto Almonacid, el padre de Mario, el que el 1° de abril de 1982 se ganaba la vida haciendo changas como electricista ya que no tenía empleo fijo desde que lo habían despedido de Agua y Energía del Estado por ser chileno (sí, así como lo leen)?…

Ayer nomás, el 25 de marzo de 1982, vi pasar a Mario Almonacid rumbo al destino que nos/le habían dicho que tendría… la compañía Eco del Batallón de Infantería de Marina N° 2 Ec. Allí estaría con el Luis «Pocho» Garcilazo y tantos otros compañeros… Era una compañía que venía de ejercicios duros, con mucha práctica de tiro, enmascaramiento, entrenamiento físico, disciplina que quizás les sirviera en el combate… Al final, «a contrario sensu», quizás fuera mejor destino que el nuestro… Flojitos de todo, nosotros íbamos a depender de lo que hicieran los «cabos Córdoba», los «héroes de picana y combates mil a uno»… Pero Mario, castigado, se iba a la Eco… Quizás tuviera la oportunidad de que, por castigo, por ser hijo de chilenos, volviera entero a ayudar a Humberto y a María, sus papis… y a «vaguear» con los amigos del Ceferino Namuncurá, su barrio amado…

Pero no.

A Mario no lo dejaron llegar a la Eco… Los milicos, el teniente Di Paola y otro del que no recuerdo el nombre, ya habían hecho «inteligencia»… y esa cobardía tras la que se escudaron y escudan aún hoy para justificar el espionaje a los que sufren, a los que luchan, a los que piensan distinto, fue la que determinó «claramente» que Almonacid era «peligroso»… que era un potencial espía chileno… Porque sus padres habían nacido en la zona de Calbuco, cerca de Puerto Montt… y entonces «que la pague»… que vaya al BIM 4, ese fantasma que se corporizaba cuando era necesario combatir en las peores condiciones… Todos los compañeros que ahí estuvieron saben de qué hablo… Que vaya al BIM 4, que se embarque con la compañía de tiradores en la corbeta ARA Guerrico… que vaya a las Georgias… que allá está el teniente Astiz… el Niño Rubio, el Gustavo Niño, el «valiente» que hirió por la espalda a la adolescente Dagmar Hagelin, el que se infiltró entre las «viejas subversivas» y entregó a Azucena Villaflor, Teresa Careaga, María Ponce, Alice Domon, Leonie Duquet y otros secuestrados en la Iglesia de la Santa Cruz… El rubio «pintón» que se floreaba en Bahía Blanca ante las adolescentes hijas de la clase alta y cuyos padres se «meaban» si el «oficial» se las cojía…
Hacia allá lo mandaron a Mario, a Jorge Néstor Águila y al cabo primero Patricio Guanca…
Lo demás es historia conocida…

El ARA Bahía Paraíso arribó a Puerto Leith en la noche del 24 de marzo y desembarcó al grupo de 14 militares comandados por Astiz (Grupo Alfa), con armamento individual perteneciente al buque… El 28 de marzo de 1982 también fueron embarcados en Puerto Belgrano rumbo a las Georgias del Sur 40 infantes de marina al mando del teniente de navío Guillermo Luna, viajando precariamente y hacinados durante cuatro días por no ser la corbeta Guerrico un buque con capacidad para el transporte de tropas y por las condiciones climáticas… El 30 de marzo, cuando se hizo obvio que la invasión era inminente, el gobierno británico ordenó que el destructor HMS Antrim, seguido de otros dos buques de superficie y tres submarinos nucleares, se dirigieran a las Islas Georgias del Sur para apoyar al HMS Endurance… El resto de las unidades de la marina británica se puso en alerta de cuatro horas… El 1° de abril, el Estado Mayor General Naval recibió la Orden de Operaciones Nº 1/82 «S» para «ocupar Grytviken y mantener Leith a fin de asegurar el dominio de las Islas Georgias»… Con las unidades disponibles se formó el Grupo de Tareas 60.1, con César Trombetta como comandante, formado por las unidades: 60.1.1. buque polar ARA Bahía Paraíso, al mando del capitán de fragata Ismael J. García; 60.1.2. corbeta ARA Guerrico, al mando del capitán de fragata Carlos Alfonso; 60.1.3. fracción del Batallón de Infantería de Marina N° 4 (BIM 4) con 40 hombres, al mando del teniente de navío Guillermo Luna; 60.1.4. dos helicópteros de la Agrupación Antártica, 1 Puma del Ejército y 1 Alouette del Comando de Aviación Naval de la Armada; y 60.1.5. grupo de buzos tácticos y comandos anfibios (14 hombres), al mando del teniente de navío Alfredo Astiz…
El 2 de abril Astiz anunció a los argentinos que se hallaban en Puerto Leith que su país había recuperado las Malvinas y que en el cumplimiento de la recuperación de las Georgias él y su gente iban a permanecer en retaguardia a bordo del ARA Bahía Paraíso (justo él, que iba allí como «lagarto»… justo él en la retaguardia)…

El 3 de abril a las 11:10, desde el ARA Bahía Paraíso se exigió la rendición de Grytviken con un mensaje en inglés, repetido tres minutos después… El mensaje afirmaba que Rex Hunt se había rendido, no solamente en las Malvinas, sino también en sus dependencias, lo cual era falso… Los soldados británicos no aceptaron la rendición… A las 11:25 se ordenó a Grytviken que el personal de la base saliera a un lugar visible, avisando que habría un desembarco de infantería de marina, y diez minutos después, desde la corbeta, advirtieron la presencia de personal armado… El helicóptero en el que viajaban Mario y Néstor Águila bajó a tierra a las 11:41, en el lado opuesto de la casa Shackleton, en donde los marines reales estaban atrincherados… bien a su vista… bien al alcance de las armas inglesas… El helicóptero fue granizado por un intenso fuego de armas automáticas, pero el piloto pudo cruzar la bahía y aterrizó de emergencia en la costa sur, en la orilla opuesta a King Edward Point… «los conscriptos Mario Almonacid y Jorge Néstor Águila murieron y otros cuatro resultaron heridos, el resto quedó fuera de posición de combate, pero se abrió fuego con la ametralladora sobre el hospital, logrando herir a un marine en un brazo»… dijeron los cables noticiosos…

El 26 de abril, Astiz «rompió los pacos, escondió las municiones» y se rindió sin combatir.

La partida de defunción de Mario Almonacid da cuenta del fallecimiento, a las 7:30 de la mañana del 3 de abril de 1982… Los diarios de la época relatan que eran más de trescientos los vecinos congregados en el humilde domicilio paterno del barrio Ceferino Namuncurá, una vez que llegó el telegrama con la triste noticia, y reseñan también que sus exequias fueron las más multitudinarias de la historia de Comodoro Rivadavia…

Humberto Almonacid, el padre de Mario, era chileno, y aunque se había naturalizado argentino, a los militares eso no les importó.

Por eso, cuando los periodistas lo entrevistaron en su domicilio el día que se supo de la muerte de su hijo, dijo entre sollozos que no encontraba explicación a la triste paradoja del destino: “A mí me echaron del trabajo porque nací en Chile, pero mi hijo da la vida defendiendo la soberanía de Argentina, el país que elegí para vivir”…

Y no sigo… Mañana estarán todos los compañeros en el acto del CECIM y en tantos otros actos a lo largo de todo el país… Estará Cristina en el acto en Ushuaia como lo ha estado siempre desde su/nuestro Sur… Y ustedes ya no necesitan más de este relato… miren a su alrededor… Fuimos 10.700 colimbas a la guerra, a pesar de que desde Menem se paguen 22.000 pensiones… Alguno debe estar cerca… pregúntenle a él… escúchenlo… lean lo que ha escrito… háganle el silencio o los ruidos necesarios como para que sienta que puede hablar… miren sus dibujos si dibuja… escuchen sus canciones si canta… Yo llego hasta aquí… ya dije todo…

Recojan las piedritas de este camino que caminamos durante esta última semana… Quizás ahí puedan/podamos encontrarle algún sentido al Guernica de Malvinas[2]… Porque 33 años no han sido suficientes para saber en qué hemos convertido la memoria…

 


[1] ACLARACION de este 1° de abril de 2015, para desarmar operaciones: vamos a seguir luchando como para que sobre la Guerra y la Posguerra de Malvinas haya Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía, es decir, Paz (que no es un ente abstracto sino un contenedor donde todo lo anterior es su contenido «sin el cual, no»). Y, por eso, hasta tanto, seguimos diciendo con los compañeros que eso se va a lograr si separamos víctimas de victimarios (supongo que nadie supondrá que los colimbas fuimos victimarios y que los milicos fueron víctimas, digo). Construimos con mucha militancia nuestros propios espacios de discusión y propuestas, y nos dejan reencontrarnos con el Pueblo, que son nuestras familias, nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros, nuestros colegas, sin mediaciones tales como Agentes de los Servicios de Inteligencia (de todos los servicios de inteligencia que existieron), tales como las infinitas operaciones de prensa de los medios hegemónicos de entonces y ahora, tales como las publicaciones que hicieron los victimarios de manera institucional y también pagadas con los recursos que usufructuaron siendo delincuentes comunes y terroristas de Estado… Ese día empezaremos a tener oportunidades más equitativas, más iguales… También ese día será el día en que los milicos y sus prohijadores tendrán la oportunidad para denunciar lo que han hecho u ocultado o postergado de decir o callado… Entonces, ahí capaz que tendremos la oportunidad de hablar en diálogo… Mientras tanto, cuando nos propongan desfilar con los victimarios, NO… Mientras tanto, cuando nos propongan una medalla igual a la de los genocidas, NO… Mientras tanto, cuando nos ofrezcan la mano que aún, todavía, hoy, está manchada de sangre de mis hermanos, NO…. Mientras tanto, cuando un dirigente nos diga que debemos reconciliarnos porque ya pasó mucho tiempo y debemos ser flexible, NO… No sé si soy claro en mi explicación… Vamos a seguir yendo a actos en donde los compañeros con que sobrevivimos la Dictadura genocida+la Guerra de Malvinas+la Posguerra Desmalvinizadora tengamos la posibilidad de denunciarlos, de homenajear a nuestros caídos, de acompañar a los familiares y amigos, de hermanarnos con las víctimas de todo el Terrorismo de Estado y el Genocidio… A los demás actos, cuando sea que debemos cumplir una acción militante, iremos y diremos lo que pensamos profundamente, sin engaños ni falsas palabras, con el mismo miedo que nos siguen provocando pero con el mismo coraje que no nace de nosotros sino del compromiso vital que nos legaron y legan todos nuestros compañeros… Y al que no le guste, al que quiera seguir venciéndonos desde la hegemonía de su fuerza y su prepotencia, al que nos sonría y nos siga haciendo «chicos de la guerra», que no le sorprenda que -total e irreversiblemente- lo tengamos como un obstáculo superable para la Justicia+Democracia+Memoria+Verdad+Soberanía por la que nuestros compañeros lucharon y cayeron, muchos de ellos sin siquiera poder decirlo en sus conciencias…

[2] «Hay un Guernica en cada guerra. Está grabado a fuego en los objetos en que los muertos han decidido convertirse para que los artistas nos puedan hablar de la barbarie sin morir ellos también»…

SECCIONES