Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Y todo el pueblo cantó…

Este 30 de octubre, Diego Armando Maradona cumpliría un nuevo año. Y cada aniversario vuelve a recordarnos que no fue solo el mejor futbolista de todos los tiempos: fue, quizás, la persona más carismática del siglo pasado. El que podía hacer reír a un estadio entero con una frase, levantar a un país con una gambeta y emocionar a un músico con una mirada. Pero también, el que cantaba con entrega y alma, sin técnica ni cálculo, como si cada nota fuera una pelota más en su eterna cancha de vida.

Pocos personajes inspiraron tantas canciones como él. Desde el rock hasta la cumbia, pasando por el tango y la canción de autor, Diego fue una melodía colectiva. “Maradona no es una persona cualquiera”, escribió Andrés Calamaro en Maradona (1999), una declaración de amor al hombre detrás del mito. Rodrigo lo inmortalizó en La mano de Dios, himno de cancha y de ruta, que el propio Diego entonó mil veces entre risas, lágrimas y abrazos.

También lo cantaron Mano Negra (Santa Maradona), Los Piojos (Para siempre Diego), Las Pastillas del Abuelo (¿Qué es Dios?), Los Cafres (Capitán Pelusa), y Manu Chao otra vez en La vida tómbola: “Si yo fuera Maradona, viviría como él”. Cada uno de esos temas tradujo algo del hechizo que produjo en generaciones enteras: el genio luminoso y el hombre frágil, el que nos hizo creer y el que nos mostró el precio de hacerlo.

Más allá de los homenajes, Diego también fue un intérprete apasionado. Le gustaba cantar, y no lo hacía nada mal. En programas italianos, en reuniones familiares o en el mítico escenario de La Noche del Diez, se animó a todo: La mano de Dios junto a Rodrigo, Volver a puro tango, o un bolero con su particular fraseo, mezcla de desparpajo y sentimiento. Su voz era lo que fue su juego: imperfecta, pero inolvidable.

La música fue parte de su vida cotidiana. Charly García, Fito Páez, Luciano Pereyra, Vicentico, Los Ratones Paranoicos: todos cruzaron su camino, atraídos por esa energía que parecía desafiar cualquier frontera. Y si de baile se trata, Diego era puro ritmo: cumbia, salsa, cuarteto, reggaetón… todo servía para celebrar la vida, incluso en los momentos más duros.

El “10” no solo jugó con la pelota. Jugó con la historia, con la música, con el alma de un pueblo. Y como en toda buena canción, su estribillo sigue vibrando.

Andá a payá…

Otro dìa gorila, en la vida de Mario Pergolini. El conductor y empresario volvió a generar polémica con una intervención en su programa televisivo, donde

Leer más »