Venezuela: la derecha pone todas sus fichas en juego y apuesta al intervencionismo

El pueblo venezolano colmó las calles de Caracas en defensa del Gobierno de Nicolás Maduro. La derecha generó una serie de disturbios para que los medios hegemónicos continúen con su campaña internacional de demonización del Gobierno bolivariano.

La derecha continúa con su arremetida contra Venezuela y combina el ataque local, desde la Asamblea Nacional, con la agresión externa comandada por Luis Almagro desde la Organización de Estados Americanos (OEA), los presidentes neoliberales de la región, los medios hegemónicos de comunicación y los halcones de Washington.

El presidente Maduro aseguró que “hay que estar alerta, porque estamos en batalla. Desde el norte le dieron la orden a la derecha fascista de llenar las calles de Venezuela de violencia y de sangre. Hoy intentaron de manera fallida llenar las calles de Caracas y yo puedo decir que una vez más, 4 de abril, triunfó la paz”.

Paralelo a la marcha de la oposición, el chavismo se manifestó por las calles de la capital venezolana reclamando respeto al Gobierno y a las instituciones y en favor de la paz.

El analista político Jorge Kreyness, en diálogo con Contexto, aseguró que “tras el fracaso de la estrategia local que la derecha tenía para derrocar a Nicolás Maduro, se ha lanzado una cruenta ofensiva internacional”.

“El rol de Luis Almagro como secretario general de la OEA ha hecho que ese organismo juegue un papel clave en este ataque. La reciente reunión de cancilleres en el Consejo Permanente, sin la presencia de los representantes de Bolivia y Haití, presidente y vicepresidente de ese organismo, constituye una violación a los estatutos de la OEA y es prácticamente un golpe institucional. Todo eso se hizo con el fin de imponer desesperadamente una sanción contra Venezuela que facilite una intervención extranjera. Los pueblos latinoamericanos tienen que estar en estado de alerta”, remarcó.

Por último, Kreyness afirmó que “el tema de fondo es la gran reserva petrolífera certificada que tiene Venezuela. En el gabinete de Donald Trump hay una presencia, aun más grande que en el de Obama, de los representantes de las petroleras. Ellos están desesperados por apropiarse de esos recursos”.


 

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