Una escuela que pide reconocimiento

Por Alejandro Palladino

La escuela pedagógica “Las Algarrobas” de Arturo Seguí, en 411 y 152, atraviesa por la problemática de no ser reconocida como escuela por la Municipalidad, de quien depende esta decisión, y por lo tanto funciona como una extensión de la Escuela Experimental  Nº 1 “El Rincón” de Villa Elisa. Esto acarrea problemas económicos que se traducen en una insuficiente disponibilidad edilicia para tener aulas de acuerdo con la cantidad de estudiantes.

“Es una contradicción el accionar del municipio”, dice la maestra Teresita Di Rocco, “porque esta escuela se creó en 2010 al ganar el presupuesto participativo. Compraron un terreno de dos hectáreas y una casa cuyas habitaciones son las aulas; crearon nuestros cargos, pero todavía figuramos como trabajadoras con la extensión de unos chicos de otra escuela, pertenecemos a la planta permanente de otra institución».

«No estamos organizadas como escuela. los chicos que egresan este año de sexto no tienen la posibilidad de ir a otro pedagógico por la falta de cupos, por lo tanto van a tener que ir a escuelas convencionales porque no estamos en condiciones de tener un secundario al no poseer siquiera las condiciones básicas para el jardín y la primaria”, continúa.

«Pertenecemos a la planta permanente de otra institución. No estamos organizadas como escuela.»

Ante esta situación, el sábado 1º de agosto, la precandidata a intendenta del FpV Florencia Saintout, junto con Leonardo Burgos, representante del Ministerio de Educación de la Nación, conversaron con docentes y padres y les confirmaron la entrega de un subsidio de 80.000 pesos para mantenimientos y reformas de apremiante necesidad.

“Las Algarrobas” responde académicamente al Instituto Speroni, que representa en La Plata esta propuesta pedagógica alternativa. La resolución del conflicto depende de recibir una respuesta del gobierno local para que este y el Instituto Speroni firmen un convenio de creación de la escuela y así tener una planta permanente por ordenanza del concejo deliberante, con director, preceptores y la cantidad de maestros necesaria. El proyecto de creación ya está plasmado en papel y espera la resolución.

Paula, la vicedirectora, sostiene que  “no tenemos preceptores y somos ocho docentes para nueve cargos, lo que hace que dé clases cuando muchas veces tengo tareas como vicedirectora. Además, no contamos todavía con los módulos de educación física, inglés e informática”.

“no tenemos preceptores y somos ocho docentes para nueve cargos, lo que hace que dé clases cuando muchas veces tengo tareas como vicedirectora.»

En Arturo Seguí, además de “Las Algarrobas”, hay sólo una escuela primaria pública, la Nº 32. “La demanda de ingresantes es enorme cada año, pero no podemos incluirlos porque no damos abasto”, dice Astrid, otra de las docentes. La gran mayoría son familias vecinas que eligen la escuela pedagógica por su perfil educativo y por no contar con otras alternativas públicas en las inmediaciones.

A “Las Algarrobas” asisten actualmente 150 alumnos, con tres grupos de jardín que tienen como espacio las reducidas aulas que antes eran habitaciones de la casa, y seis grupos de primaria que comparten aulas por la falta de edificios, en otras dos estructuras en el parque. Por su parte, los chicos de sexto tienen clases en un quincho que funciona como cocina, también de estrechos límites.

Además de la falta de aulas, al ser una extensión, las autoridades no tienen caja propia para los gastos básicos: “No recibimos un peso de la Municipalidad de La Plata. Su respuesta fue que no hay presupuesto suficiente. Nos pagan el sueldo y nada más, todo lo otro corre por cuenta nuestra, de la cooperadora que pagan los padres, que además hacen ferias, ventas y ponen su propia mano de obra para arreglos y para la construcción que están haciendo ahora de un edificio nuevo con materiales que consiguieron ellos mismos”.

La propuesta del Instituto Speroni consiste en trabajar con el arte como pilar educativo: “Acá los chicos hacen obras de teatro, leen literatura, cantan, tocan instrumentos y pintan. Intentamos construir un vínculo mediante el cual los chicos traten en este espacio los conflictos que traen de la casa”, dice Paula. No hay una maestra por grupo, sino que el trabajo docente es un proceso integral, con tres maestras por grupo, siendo una de ellas la referente de cada curso y teniendo una fluida comunicación con los padres de los estudiantes.


 

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