“Queremos conservar los lugares construidos”

Por Leandro Gianello

La organización barrial Tupac Amaru permanece firme ante los ataques oficialistas demostrando que el poder de organización generado por el esquema de inclusión como elemento principal es clave a la hora de establecer una lucha que perdure en el tiempo. Mientras sigue pendiente la respuesta al pedido de nulidad de arresto de Milagro Sala, la lucha de la organización continúa a través del trabajo, “sosteniendo y charlando con los todos los compañeros organizados, enfrentando esta época nefasta, como aquella en la que nació la Tupac”, indicó a Contexto Carolina Arribi, su referente del Área de Derechos Humanos.

«La Tupac tiene una importante estrategia comunitaria y siempre la tuvo, esa es la base de su éxito. Son formas de contener y construir para y con la gente; podés armar un aparato, pero nosotros establecimos estrategias de inclusión popular desde un principio a través del empoderamiento de los compañeros. El resultado es que todos tienen casa, movilidad y acceso a la salud y educación y no están dispuestos a perder nada de eso. Queremos conservar los lugares construidos entre todos, principalmente luchando en las calles y acompañando a los trabajadores», contó Arribi.

-¿Cómo se constituyó la Tupac y por qué es importante para la región?

-Hace años que experimentamos el crecimiento de la organización hacia el pueblo, especialmente mediante la constitución de las fábricas, el crecimiento de los barrios, la construcción de la ciudad hacia el interior de la provincia, el empoderamiento de los procesos productivos. Fueron pequeños grupos que generaron grandes cosas, impulsando viviendas en la capital y en distintas localidades en donde antes era impensable hacerlo. Había lugares que estaban anclados en una lógica de economía regional reduccionista y no había nadie que saliera de los ingenios, como el de los Ledesma, una traba que pudo ser revertida por el acceso al hogar y la generación de procesos de inclusión mediante el trabajo cooperativo.

-La situación interna de la Tupac, ante estos últimos eventos en donde ex cooperativistas toman como propios los espacios logrados con el esfuerzo comunitario, ¿es una cuestión riesgosa?

-Este tipo de cosas suceden porque hay compañeros que no bancan la realidad del momento y esto genera rispideces. Es un hecho que se da así porque no comprenden la situación política en la que estamos.

-¿Se puede hablar de una ruptura impulsada desde los sectores gubernamentales que responden al gobernador Gerardo Morales?

-Es posible, pero también es algo que pasa en toda agrupación política. Por un lado, creemos que Morales quiere deliberadamente destruir a Milagro Sala y las estrategias de inclusión que se han coordinado y generado junto a todos los compañeros de la Tupac Amaru en estos años, y es muy probable que haya algún tipo de operación. Pero también está dentro del marco del juego político: si hay compañeros que antes no tenían una coherencia ideológica y política clara, y ante una situación de adversidad se voltea su posición, son cuestiones fácticas que suceden, molestan y duelen.

«creemos que Morales quiere deliberadamente destruir a Milagro Sala y a las estrategias de inclusión que se han coordinado y generado junto a todos los compañeros de la Tupac Amaru en estos años.»

-¿Cómo enfrenta la Tupac este tipo de quiebre interno?

-Analizamos que no son quiebres, no lo vemos como eso. Hay compañeros que se van, otros que no apoyan y otros que eligen caminos diferentes. En el análisis político la Tupac nunca tuvo de rehén a nadie y nunca obligó a nadie a permanecer.

-¿Cómo avanza la causa por Milagro?

-Milagro es una presa política y permanece en esa condición porque Morales ha generado todo un entramado institucional con jueces y algunos sectores afines del radicalismo, estratagema pensada para asegurar una impunidad total que impida aplicar mecanismos institucionales normales. En este sentido, hacemos responsable de las situaciones irregulares al gobernador, y es un juego político que demuestra cómo opera la oposición a la Tupac, siempre apuntando contra lo nacional y popular, contra todo lo kirchnerista.

«Milagro es una presa política y permanece en esa condición porque Morales ha generado todo un entramado institucional con jueces y algunos sectores afines del radicalismo, estratagema pensada para asegurar una impunidad total que impida aplicar mecanismos institucionales normales.»

-¿Cómo afectan estas operaciones al interior de la organización?

-Son estrategias en clara oposición a la Tupac. Uno podría decir desde las tripas que el que hace esto es un traidor; ahora, analizándolo políticamente, forma parte del juego y aun así son los menos. Por ejemplo, el tema de la bloquera o las tomas de viviendas son resultado de lo generado por la condición de gran cooperativa de la Tupac, por eso no importa que estos ex compañeros digan que algo les pertenece porque todos dicen lo mismo, ese todo es parte de un proceso de construcción colectiva. En este caso, nadie está violando una propiedad privada, porque corresponde a una ONG y a una cooperativa, que es de todos.

-¿Tiene sustento a largo plazo el enfrentamiento legal de Morales con la Tupac?

-Morales dice barrabasadas cuando expresa que el Estado provincial debe intervenir los espacios de la organización. Para eso debe demostrar judicialmente que la Tupac tiene alguna irregularidad. La organización está en perfectas condiciones legales. Son perfectas operetas políticas para lograr una desestabilización de la construcción popular.


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