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Pentatónica | Juan Irio

El notable compositor despide La Vida Sentimental, banda y concepto, para arrojarse una vez más a la incógnita. El show tendrá lugar el jueves 28 de noviembre en Pura Vida junto a Sofía Uzal.

Por R.G.M.

«Y al otro día estoy de pie y en la derrota, la mesa que sostiene las dos copas rotas: / el glorioso pasado y el brillante porvenir». Los versos que abren el disco Vida Sentimental ya fueron citados en este mismo medio cuando Juan Irio nos presentó el material. Aquello de que «en mi principio está mi fin» ya fue dicho muchas veces, aunque algunos confundan a T. S. Eliot con Chizzo de La Renga. Y que «el que no está ocupado naciendo, está ocupado muriendo», de un tal Bob Dylan, siguen siendo uno de los versas más eficaces y recurrentes que hayan existido.

Pues bien: que Juan Irio es uno de los mejores compositores que ha dado nuestra ciudad, también lo hemos repetido. Aunque uno puede medir las palabras pero no su eco. Desde PlupArt hasta su última formación solista, pasando por The Siniestros y El Estrellero, ha dado muestras de su talento prolífico y versátil. Que la única constante es el cambio, también podría sumarse a nuestra lista.

Y hoy asistimos a un nuevo cambio de piel, o como queramos llamar esta etapa de Irio, en la cual despide La Vida Sentimental (como banda y como concepto) sin dejar muy en claro qué sigue, si alfa u omega.

Quizá sea tiempo de dejar de sostener las copas rotas del pasado y del porvenir para sencillamente beber del presente, agua bendita de ese cuenco invisible que es el tiempo. Como fuera, nada saciará su sed de canción.

1) ¿Qué balance hacés de La Vida Sentimental, como banda, como etapa, como proyecto?

Fue una verdadera apuesta, porque la idea era entrar a ensayar el primer día con la banda sin haber visto antes cómo tocaba cada uno. Llamalo música del azar y la intuición, pero funcionó y descubrí amigos maravillosos y músicos muy talentosos y dispuestos a entender lo que quería. Fue una idea libre, que buscaba convivir con el error, lo desconocido, desde el comienzo. Grabamos un disco con esa idea, que suena fresco y en vivo, como yo quería. Y además la banda me dio a mí la oportunidad de volver a tocar acompañado, algo que no hacía desde 2018 y que era parte de mi vida. En una etapa donde me descubrí como solista, armar una banda que tocara con mi nombre fue algo fuerte aunque por decantación algo natural. Y rescato el amor que descubrimos todos en la banda, con nosotros y con el público que nos acompañó siempre.

    2) «El que no está ocupado naciendo, está ocupado muriendo», decía nuestro amigo Bob. ¿Es inevitable para vos pensar tu camino como una sucesión de reinvenciones?

    Me gusta eso. Siempre me gustó, porque me lleva a descubrir algo nuevo y con eso descubrir personajes míos que no sabía que estaban. Creo que hay un problema y es el paso del tiempo… y la falta de tiempo también. Con las obligaciones que aparecen y me dejan más limitado para inventar y dedicarle tiempo (palabra que aparece mucho en esta frase porque lo es todo) a eso. Ojalá pudiera volver a tener más ratos para otras cosas. Creo que el desafío, un poco, es ver cómo hago eso con estas limitaciones.

    3) Tu obra hace presuponer que, si bien las canciones son el fin, siempre hay un concepto estético que no solo las reúne sino que hasta las genera. Como si compusieras pensando en una idea madre.

    Siempre hago todo pensando en ideas madres, es cierto. Desde lo individual (la canción misma se autorrefiere a veces y juega con sus pares), los discos y hasta mis múltiples proyectos se cruzan en un todo. La Vida Sentimental es una banda que toca eso, muchos yo pero desde el yo actual. Y creo que construyo la obra esperando que en el final se pueda apreciar un todo como concepto. Igual me gustaría decir que dejé en el camino muchas ideas que creo que eran hermosas y no pude hacerlas por culpa de la vida, que es finita y asfixiante también. Creo en el concepto de lo efímero, de todos modos. Y me tranquiliza saber que hoy mismo ya somos polvo y no da angustiarse demasiado.

    4) ¿Qué vamos a ver en este concierto?

    Es el final de un camino y la puerta a otra cosa. Seguiría tocando mil años, pero se me hace difícil el ritmo de ensayos, necesito por lo menos por un tiempo no tenerlos, apoyar los pies y ver. En este concierto entonces se va a ver esa emotividad que es cercana al fin. Tal vez sea lo último que vean de mí en banda, casi con seguridad.

    5) ¿Y después…?

    Tengo un par de ideas, siempre con un disco como punto fijo para la historia. Un disco doble que si todo sale bien voy a grabar el año que viene. Y no sé… he perdido un poco las ganas de repetir ciertas normas. Veo a mi alrededor y siento que por ahí es mejor crecer como artista desde el ostracismo. Comeré hamburguesas y cada tanto volveré a ver si me extrañó alguien.