“No le alcanzó la ficción”

Por Ana Streitenberger

El lunes 22 de junio, en la Secretaría de Posgrado se realizó la primera de una serie de experiencias de intercambio entre la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP y la Universidad de Ciencias Humanas y Sociales Lille 3, ubicada a 225 km. de París. Las profesoras Emanuela Borzacchiello, Caty Fourez y Michèle Guillemont son las responsables del “Coloquio sobre periodismo narrativo y creación artística” que se desarrolla en Francia, y a partir del que convocaron a los profesores Carlos Vallina y Lía Gómez para que compartan sus conocimientos sobre la novela Operación Masacre y la película homónima.

Con motivo de esta exposición, los profesores locales presentaron el documental Gambito de Walsh: Estrategias narrativas de política y ficción, de su propia autoría y filmado en el Club de Ajedrez de La Plata, el lugar donde el periodista se encontraba disputando una partida una noche de 1956, cuando le dijeron la frase que cambiaría el rumbo de su obra: «Hay un fusilado que vive».

La idea de poner en imágenes el lugar en que empezó a escribir Operación Masacre surgió a partir de un artículo publicado en Página/121 en el que el joven periodista y ajedrecista, Luciano Ciruzzi, realiza un paralelo entre la biografìa de Walsh, los cambios en su narrativa y las estrategias del juego. En el cortometraje también se encuentra un recorte de la película de Jorge Cedrón, filmada en la clandestinidad entre los años 1971 y 1972, y un valioso material de archivo que contextualiza los años de producción de estas obras fundamentales de la política y la cultura argentinas.

Este material audiovisual fue el disparador para la exposición mediada por la tecnología que, durante una hora, permitió salvar distancias literalmente oceánicas. En su introducción, Lía Gómez recuperó la figura de Walsh como militante y planteó la pregunta inicial a la hora de hacer una lectura crítica de su obra: “¿Cómo pensar sus estrategias narrativas?”. En continuidad, Carlos Vallina amplió el interrogante: “¿Cómo su relato se constituye frente a lo real?”. En este sentido, señaló que el “salto cualitativo” que dio Walsh, quien venía trabajando con la categoría del crimen como eje de sus cuentos policiales, fue comprender que los disparos que escuchó esa noche eran el resultado de un crimen social que se vivía cotidianamente y que tiene su correlato en la actualidad, en el discurso de los medios masivos de comunicación. “No se trata de una no ficción. El relato, cuando es auténtico, es real.”

Otro de los puntos fuertes de la disertación fueron los cruces con la obra cinematográfica. En palabras de Vallina, sobre la película de Cedrón, “el plano es la corporización del espíritu de ese relato”. Sobre el contexto de su producción, detalló que el film se realizó en un momento histórico que exigía que el cine se corriera tanto del lugar de entretenimiento como del cine de autor (que promovía la revista francesa Cahiers du Cinéma), para incorporar “la experiencia práctica de la sociedad, el testimonio de las clases populares”. Estas narrativas plantean “nuevas representaciones del cine y la literatura que pueden concebirse como formas de investigación y conocimiento científico sobre la sociedad”.

El encuentro virtual culminó luego de un espacio para las preguntas planteadas por los estudiantes que escuchaban atentos del otro lado de la pantalla. El fin de la conexión dejó la sensación de interrupción y de necesidad de continuar intercambiando ideas sobre los imprescindibles relatos que se originaron esa fría noche de junio de 1956. Relatos que nunca dejan de escribirse y de leerse y que, hoy en día, suman a la tecnología como medio para su reproducción y difusión.


NOTAS: 

1 Artículo completo disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/ajedrez/35-271516-2015-04-28.html

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