Más de 400 mil docentes hasta la victoria por la educación del pueblo

Los accesos a la ciudad de Buenos Aires, sus calles, fueron verdaderos ríos blancos que desembocaban en la Plaza de Mayo para formar una marea de 400 mil docentes, estudiantes, padres y defensores de los derechos humanos de todo el país fuertemente unidos en defensa de la educación del pueblo, por maestros bien pagos y escuelas en condiciones dignas.

La mayoría de los dirigentes sindicales, a la hora del balance, coincidieron en que la Marcha Federal de este miércoles superó la convocatoria de la histórica movilización del 23 de mayo de 1988, cuando reclamaban salario único, paritaria nacional docente y Ley de Financiamiento Educativo. Y no es para menos, teniendo en cuenta que el presidente Mauricio Macri decidió de manera unilateral que hay que tirar abajo todas esas conquistas para avanzar con su salvaje plan de ajuste de corte neoliberal.

Si algo quedó claro tras los discursos de los secretarios generales de Ctera, UDA, CEA, AMET y SADOP, que se plantaron de espaldas a la Casa Rosada, junto a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, es que no hay vuelta atrás en la lucha porque está en juego la propia educación pública y el poder adquisitivo del conjunto de la clase trabajadora.

“No nos van a venir a correr con la vaina. Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo. Hemos aprendido de estas mujeres”, dijo Sara García, de AMET, dirigiendo su mirada hacia Estela de Carlotto y Taty Almeida, y afirmó que continuarán “la dolorosa tarea de enseñarles a quienes dicen haber pisado la Universidad cómo se respeta la ley. Vamos a conseguir la paritaria nacional, unidos, organizados y movilizados por siempre”.

A su turno, el titular de CEA, Fabián Felman, destacó el fuerte respaldo del pueblo argentino a la docencia, al comprender que “la lucha por la educación pública es patria; y si defendemos la patria, estamos defendiendo la democracia”.

Por su parte, Sergio Romero (UDA) repudió los ataques del Gobierno de Cambiemos y señaló que, con una actitud “autoritaria”, se alejó del “consenso de los trabajadores, de la sociedad y de los padres”.

“Ciertamente, estas 400 mil personas hemos ‘caído’ en la escuela pública porque es la escuela a la que van los hijos de los trabajadores. Nosotros no tenemos 8.000 pesos por mes para pagar una escuela privada”, dijo el gremialista al hacer referencia al desprecio de Macri por los maestros y alumnos del 72% de los establecimientos del país, que son públicos.

Durante el acto también tomaron la palabra los dirigentes de los docentes universitarios, Carlos De Feo (CONADU), Luis Tiscornia (CONADU Histórica) y Daniel Ricci (FEDUN), así como el representante estudiantil de la FUBA, Julián Asiner, quien se manifestó junto al presidente de la FULP, Marcel Aguilera.

El cierre estuvo a cargo de Sonia Alesso. Tras saludar a los líderes de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli, la secretaria general de la Ctera insistió en que la única forma de resolver el conflicto docente es que Macri y su ministro de Educación, Esteban Bullrich, cumplan con la Ley de Financiamiento Educativo y convoquen a la paritaria nacional.

“No es lo mismo valor que precio. Los maestros tenemos valor, ellos están muy acostumbrados a los que tienen precio. Por eso no nos rendimos ni nos arrodillamos, por eso esta dignidad blanca que recorrió pueblos y realizó acciones en cada lugar del país para construir la unidad que se ve en esta plaza”, exclamó ante la multitud.

“Tenemos paciencia, la misma que tenemos cuando enseñamos a sumar, a restar, cuando trabajamos un poema y cuando hablamos de historia o de música. Esa es la identidad del movimiento docente”, sostuvo Alesso, y aseguró que no permitirán “la privatización” y “la mercantilización” educativa que pretende Cambiemos.

Al bajar del escenario, el titular de SUTEBA, Roberto Baradel, se mostró emocionado por la “histórica y multitudinaria” Marcha Federal al ratificar, una vez más, que no se trata de la intencionalidad política de un dirigente, como intentó instalar el macrismo, sino del reclamo de cientos de miles de docentes.

“¿Cuándo se van a dar cuenta? Un Gobierno democrático no puede tomar una paritaria como una guerra, eso sólo lo hace un Gobierno autoritario”, dijo, y planteó la grave situación de los docentes de Jujuy, a los que el gobernador Gerardo Morales les ofreció un “vergonzoso” 12% de aumento, mientras los persigue y amenaza con quitarles la personería gremial.

En cuanto al conflicto en la provincia de Buenos Aires, le recomendó a María Eugenia Vidal que deje de lado la estrategia de la “confrontación permanente” e instruya a sus ministros “para encontrar una solución”.

“Ella contribuyó mucho para que esta plaza estuviera así de llena, además del presidente Macri. Planteó una suma de dinero indigna y descuentos por los días de paro, impulsó una especie de macartismo como si fuera un delito tener una pertenencia política o ideológica, y quiso quebrar la huelga con voluntarios… Tendría que dedicarse a ser la gobernadora de todos los bonaerenses, no la candidata de Cambiemos”, subrayó el secretario de SUTEBA.

La Policía para intimidar

Por último, Baradel cuestionó el fuerte despliegue policial en los ingresos a la Capital Federal, pese a que se movilizaron de manera “absolutamente pacífica”, y comentó un incidente que le tocó protagonizar sobre la autopista cuando un grupo de uniformados “acosaba y empujaba” a las maestras que iban al frente de la marcha.

No fue la única provocación durante la jornada. Apostados al costado de la Autopista Richieri, efectivos paraban los micros con docentes y llevaban a cabo duras requisas. Intimidaciones similares se repitieron en el Puente Pueyrredon y en la Panamericana con los gendarmes que dispuso la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.

Más allá de estos episodios que trataron de embarrar sin éxito la lucha, lo cierto es que tras la contundencia del tercer paro de 48 horas y la marcha sin precedentes que se vivió ayer, Macri ya no puede eludir su responsabilidad de sostener la educación pública.

El presidente prefirió irse de la Casa Rosada rumbo a Corrientes para no ver cómo los maestros desbordaban la Plaza de Mayo. En esa provincia no habló de educación, sino de narcotráfico. Con tono de campaña, junto al gobernador Ricardo Colombi, dijo que “acá la ley se le va a aplicar a todo el mundo”.

Podría empezar dando el ejemplo y aplicar, como corresponde, la Ley 26.075 de Financiamiento Educativo para fijar un piso salarial en todo el país, aumentar el incentivo docente y hacerse cargo de las jurisdicciones que tienen dificultades para cerrar sus paritarias. Hacer lo contrario sería un necio autoritarismo inconducente, casi como escupir en la cara a todos los argentinos, que sin lugar a dudas están con los maestros.


 

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