Mamba Suite: los mundos posibles

Por Ramiro García Morete

«Quien viva más de un instante tiene la suerte a favor». El primer instante que recuerda tuvo lugar en la sala del Tero, aunque no puede precisar si fue en la de Tolosa o de calle 40. Promediaba el mes de octubre de 2019 y hasta entonces Juan Vaena solo había tocado en proyectos donde predominaban covers y algún que otro tema propio. A través de su hermano -no Agustín Vaena, quien quedaría como bajista- había llegado a presenciar el ensayo de la banda que habían iniciado Lucio Cattaneo y Mateo Aguirre Bustos. Tanto ellos como Axel Lombardi y Lucas Rumbo se encontraban discutiendo amablemente pero con intensidad. No importa cual era el arreglo o acorde o idea en cuestión, pero había una meticulosidad y compromiso que llamaría su atención. El mismo que se replicaría en los distintos grupos de WhatsApp titulados con la sigla M.S. y algún emoji descriptivo. Y es que deliberar sobre la estética, la propuesta escénica, el modo de comunicar o de organizar una fecha sería en las conversaciones tan importante como compartir discos de Parcels o de Babasónicos. Porque tener una banda vas más allá de solo tocar en una banda. Al igual que una canción es mucho más que solo una canción. Por lo pronto, puede contener varias.

Así es que después de su homónimo álbum y algunos sencillos, llegaría la experiencia de 20. Un tema que expone parte del universo sonoro del grupo, pasando por el beat electrónico, modulando y sumergiéndose en un clima más onírico para explotar en un epilogo más poderoso y rockero. Poliédrica en sí, la canción se expande en las versiones que la acompañan: como apertura, en clave acústica, y como cierre, en el remix del productor Canki. Muchos instantes dentro de un instante. Todo acompañado con un video que exalta cierto espíritu hedonista y elegante que conforma el imaginario de Mamba Suite. Una banda que parece entender que un instante vivido intensamente -como una buena canción- no se pierde, sino que se multiplica.

«Es un track medio complejo -comenta Vaena sobre 20-. Tiene varios climas dentro del tema. Como dijo Lucio en una nota, los climas que están en ´20´ representan los climas que manejamos en vivo. Es decir una intro beatera, el estribillo más relajado y coral, cargados de voces. Después explota en un instrumental disco y funky. Y el final se pone pesado». Y agrega: «La canción es bastante autorreferencial. Cambia todo el clima pero sigue manteniendo un motivo que se repite».

Tras haber jugado con una criolla y luego dado un show reducido en Pulsar, surgiría la idea de una versión más acústica. Y que en cierto punto manifiesta la identidad de una banda que así como trabaja meticulosamente el sonido y la producción, se basa en la canción. «Hay un poco de todo. Hay momentos de composición grupal, donde uno llega con algo chiquito y se llega a expandir. También cuando ya cae con un tema armado y lo puedo haber armado con la criolla o con su programa. Nos manejamos bastante bien con la tecnología y cada uno puede laburar sus maquetas. En este tema puntual, ya estaba bastante armado antes del estudio».

Respecto a las líricas, el músico explica: «Va mucho de la mano con lo individual. Al haber diversidad, no es algo tan conciso como tendría un artista solista. Pero sí hay varios temas agrupados: el goce, el disfrute pasarla bien. Y también hay un poco de erotismo en algunos temas como ‘Nieva’ o ‘Rehén’. Basta sutil igual, nada muy audaz».

«Por ahí nos tomamos el tiempo para meterle más a la preproducción -adelanta-. Estamos encaminados también a grabar una sesión. Pero bueno…muchas ideas dando vueltas». Mientras tanto, este sábado 4 de diciembre Mamba Suite cerrará el año junto a Paseo, Vurkina y Soulkeys. Y que como gusta proponer la banda, se tratará de un evento autogestionado que desembocará en una fiesta (entradas en la cuenta de IG de la banda).

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