Los caminos del neoliberalismo macrista pasan por la ANSES

Por Fernando M. López

Mauricio Macri aplicó a lo largo de su primer año de gobierno una serie de políticas recesivas que le permiten avanzar hacia una reforma estructural de corte neoliberal. Con la desregulación del mercado cambiario, la devaluación, la quita de retenciones, los tarifazos, el recorte del gasto público, la apertura desenfrenada de importaciones y el nuevo ciclo de endeudamiento en dólares, el presidente preparó el terreno en ese sentido, sin hacerse cargo de las terribles consecuencias: cientos de miles de despidos, caída del poder adquisitivo de los trabajadores, escalada inflacionaria, aumento de la pobreza, destrucción del mercado interno, desmantelamiento de la industria nacional y una hipoteca impagable para las próximas generaciones.

Sólo un pequeño grupo de ricos nacionales y transnacionales celebra los frutos de la primera etapa del saqueo PRO, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) habla de “logros admirables” frente a “los graves desequilibrios y distorsiones heredados del gobierno anterior”, y marca el camino a seguir para “un crecimiento vigoroso en el futuro”, aunque cualquiera que tenga un poco de memoria y pensamiento crítico sabe que las recetas de ese organismo siniestro conducen inevitablemente al desastre.

Tras una década, el FMI volvió a la Argentina de la mano de Cambiemos para auditar la política económica y realizar “recomendaciones” tales como reducir aun más el empleo y los salarios en el sector público. En el informe que publicó a fines de noviembre pasado, luego de la visita de sus técnicos, también reparó con especial interés en la “necesidad” de una reforma del sistema previsional.

El diario Clarín se encargó ayer de instalar en la agenda pública cuáles son los principales cambios que pide el organismo internacional: “Con el argumento de que el régimen previsional no es sustentable, el FMI propone aumentar en forma gradual la edad de jubilación de las mujeres llevándola de la actual opción a los 60 años a los 65 años. Además plantea reducir un 20% la fórmula de cálculo de las nuevas jubilaciones. Y también propone modificar la fórmula de movilidad que ajusta 2 veces por año los haberes”.

Si bien el matutino aclaró que obtuvo el informe a través del Instituto del Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala, como órgano hegemónico contra la memoria y pensamiento crítico ocultó cada una de las advertencias realizadas por el espacio de análisis de los trabajadores.

En cuanto a la edad de jubilación de las mujeres, el ITE señala que la propuesta del FMI tiene “no sólo un evidente efecto negativo, sino que desconoce la discriminación de género en el mercado laboral argentino”.

“Las mujeres en promedio no logran alcanzar los 30 años de aportes al sistema jubilatorio, independientemente de su nivel educativo. Incorporar nuevas restricciones solo agrava este problema y cercena sus derechos sociales”, agrega.

Sobre la modificación de la fórmula de actualización de la Ley de Movilidad, para reemplazarla por la variación del Índice de Precios del Consumidor (IPC), así como la determinación del haber inicial, el Instituto de la Fundación Germán Abdala destaca “el riesgo potencial que esta propuesta tiene en términos de judicialización e incremento de la litigiosidad”.

“Una vez más queda claro el alto grado de desconocimiento que el FMI suele tener sobre los potenciales impactos de sus recomendaciones”, dice, y sostiene que “tampoco resulta adecuado vincular la actualización de los haberes a un índice de precios que refleja la evolución de una canasta de consumo promedio y que está lejos de ser representativa del patrón de consumos de los adultos mayores”.

El ITE también cuestiona la reducción de la tasa de reemplazo, que se refiere a la relación entre el haber jubilatorio y el salario que se percibía durante la etapa activa. El organismo de crédito internacional plantea pasar del 72% promedio de la actualidad a un 60%, por ejemplo, reduciendo a 1,1 el coeficiente de la determinación del haber que multiplica cada año de aportes (actualmente es 1,5).

“La recomendación de reducir la tasa de reemplazo muestra que el FMI no solo pretende ajustar la cobertura del sistema, sino que también busca que los nuevos jubilados tengan un menor haber. El argumento de que Argentina tiene niveles de jubilación que son elevados en el contexto regional es un ejemplo más de cómo el FMI concibe a las políticas de protección social bajo la lógica de ‘nivelar hacia abajo’”, subraya el Instituto.

Clarín ubicó en sus últimos párrafos y sin mucho desarrollo una cuarta propuesta, relacionada con la transferencia de programas sociales de ANSES –como la Asignación Universal por Hijo y el Conectar Igualdad– a Desarrollo Social o Educación; y ni siquiera mencionó otra recomendación del FMI, la de “incrementar la participación laboral, incorporando gradualmente una mayor cantidad de trabajadores al empleo formal”.

El ITE menciona que “el FMI no ofrece ningún detalle” sobre cómo avanzaría con el incremento de la participación laboral supuestamente para mejorar los ingresos del organismo previsional, pero “en otra sección de su informe se propone reducir las alícuotas de aportes y contribuciones”.

“De esta manera, el Fondo vuelve con las recomendaciones de bajar el costo laboral para incentivar el empleo, propuestas que fueron sobradamente probadas durante la década del noventa y solo tuvieron por efecto una mayor informalidad y un crecimiento ininterrumpido en el desempleo”, añade.

Por último, remarca que “el desmantelamiento de la seguridad social, trazando una separación presupuestaria entre lo contributivo y lo no contributivo, expresa un profundo desconocimiento del modo en que se financia la seguridad social en Argentina”.

Dentro de los ingresos de ANSES se encuentran diversos impuestos, principalmente IVA y Ganancias. Entre 2010 y 2015, la participación de los impuestos generales en los ingresos del organismo osciló en torno al 27%, mientras que sólo el 66% correspondió a aportes y contribuciones. El 7% restante corresponde a rentas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) y otros ingresos.

Las AFJP otra vez en el horizonte

El FMI no hizo sus recomendaciones sobre la nada. Con Emilio Basavilbaso al frente de la ANSES, Macri inició un proceso de vaciamiento que comenzó con el despido de cientos de trabajadores, se apropió de la enorme base de datos del organismo previsional y logró que el Congreso le aprobara la “Ley de Reparación Histórica” y el blanqueo de capitales, que son la base para una reforma regresiva del sistema de jubilaciones y pensiones.

El programa de “reparación histórica” sólo benefició a una pequeña parte de los pasivos, aquellos que perciben los haberes más altos. En realidad, fue la excusa perfecta para poder fijar un plazo máximo de tres años para que se implemente una reforma de acuerdo con los dictados que llegan desde el exterior.

Al mismo, el blanqueo incluyó una declaración de emergencia previsional que pone en jaque el Fondo de Garantía de Sustentabilidad y, más tarde, se presentó la reforma de la Ley de Mercado de Capitales, que le permitirá a la ANSES desprenderse de su participación accionaria en empresas que cotizan en Bolsa sin autorización del Congreso.

Una muestra de esto se dio con la venta de 12% de las acciones de Petrobrás Argentina, que estaban en manos del FGS y fueron adquiridas por Pampa Energía, una de las empresas de Joe Lewis, el magnate inglés amigo de Macri.

“Antes se le había perdonado la deuda de Edenor, la distribuidora energética de la cual Lewis es socio. Así que el magnate financió la compra de las acciones de Petrobrás con la plata que le perdonó el Estado”, denunció Andrés Álvarez, delegado de la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social (APOPS), en diálogo con Contexto.

A esto se sumó el polémico Memorándum de Entendimiento entre el FGS y Qatar Investment Authority (QIA), firmado durante la gira de la vicepresidenta Gabriela Michetti por Medio Oriente. La creación de una estructura offshore para administrar los 1.300 millones de dólares que prevé el acuerdo, entre otras irregularidades, propició la renuncia de Luis María Blaquier, sobrino del dueño de azucarera Ledesma.

En reemplazo de Blaquier al frente del FGS asumirá Juan Martín Monge, amigo personal Basavilbaso y CEO de la AFJP MetLife desde el año 2000.

“La situación es caótica y de un cinismo impresionante. No paran de tener acciones en detrimento de ANSES y el FGS. Son nostálgicos de la AFJP y quieren volver a eso”, dijo Álvarez, y explicó que todo es “tan grave y complejo” que los cuatro gremios de la ANSES –APOPS, ATE, UPCN y SECASFPI– “se unieron después de veinte años”.

Conectar Igualdad

El último conflicto gremial comenzó por la intención de trasladar a trabajadores del Conectar Igualdad a Educ.Ar Sociedad del Estado, que funciona bajo la órbita del Ministerio de Educación, tal como recomendó el FMI.

“De esta forma, quieren sacarle a la ANSES el presupuesto del Conectar Igualdad y parte de los empleados. En total son unos seiscientos trabajadores de todo el país”, indicó el delegado de APOPS.

Los cuatro sindicatos habían convocado a un paro nacional para este martes, como parte de su plan de lucha en unidad de acción contra los despidos, la precarización laboral y el vaciamiento, pero finalmente intervino el Ministerio de Trabajo de la Nación y dictó la conciliación obligatoria.

“Ya vaciaron todos los programas de la ANSES, como el Argenta, el Conectar Igualdad, el PRO.CRE.AR. y el PROG.R.ES.AR., que en marzo posiblemente sea eliminado definitivamente”, sostuvo Álvarez, y consideró que “si pasan la Asignación Universal por Hijo a Desarrollo Social, como pretende el FMI, se va a desmantelar una estructura muy grande. Hoy el 70% de las tareas que cumplimos en el organismo previsional están relacionadas con esa asignación”.


 

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