Límites y aprietes del Consejo Nacional de las Mujeres 

Por OTRANS Argentina y Frente TLGBI La Plata, Berisso y Ensenada

La madrugada del 29 de diciembre recibimos la noticia de un ataque hacia un grupo de compañeras en la zona de Plaza Miserere (Moreno y Catamarca, C.A.B.A.). Además de intentar reiteradamente hacer la denuncia en los organismos correspondientes, Policía Metropolitana, Hospital Ramos Mejía y el Concejo Nacional de las Mujeres, organismo presidido por Fabiana Tuñez, algo que no nos dio resultado, recibimos amenazas y aprietes por parte de funcionarios al intentar hacer público el caso.

Los hechos

Alrededor de las tres de la madrugada, Gabriela, Alex, Kimberly y Zuleika fueron atacadas por una persona que venimos denunciando hace semanas y que apuñaló a Raiza, quien desapareció la pasada Navidad. Este sujeto, de quien preferimos ocultar su identidad por protección a las afectadas, está denunciado por cobrarles la parada a las compañeras y ser responsable de una supuesta asociación ilícita vinculada a la venta de droga y estupefacientes.

Fueron dos actos. El primer ataque (hacia Kimberly y Zuleika) fue en las mediaciones de la Plaza Miserere mientras, según testimonios de las víctimas, había un patrullero que miraba y no intervenía la situación. Patrullero que pertenece a la Comisaría 5ta.

trans-golpeadaEl segundo ataque y más feroz fue dirigido hacia Gabriela y Alex. En esta situación, Gabriela Arias resultó gravemente herida con un corte alrededor de su cabeza: “Uno de ellos me pateó y el otro vino con un tubo y me pegó en la cabeza. No sé cómo aguanté, no me desmayé ni caí. Como yo quería correr, me jalaron de la blusa y me daban con el tubo en la espalda y los brazos. Uno gritaba ‘Esa es ecuatoriana, mátenla, rápido, mátenla, dale duro’. No sé cómo alcancé a soltar los tacos, porque si no me mataban, me dejaban ahí muerta, ellos me querían matar, no sabía por qué me estaban pegando”. Luego, la indiferencia, tanto del Hospital Ramos Mejía a cargo del Dr. Eduard Seoane y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que según Gabriela y las compañeras que la acompañaron, fueron puestas en espera porque en ese momento había un caso más grave. Inmediatamente se cruzaron a la comisaría más cercana, donde rechazaron su denuncia por falta de datos. Por su parte, la línea 144 del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) no atendió nunca las llamadas para hacer ahí las denuncias correspondientes. ¿Otra casualidad? ¿Tenemos que preguntarnos qué tan entongada está la Policía con las verdaderas asociaciones ilícitas de C.A.B.A. y sus alrededores? Y de la complicidad política y organizaciones de la diversidad sexual, ¿no vamos a decir nada?

Indiferencia y complicidad

Cuando hablamos de un plan sistemático nos referimos a una matriz articulada entre el Poder Judicial, político, las fuerzas policiales y asociaciones ilícitas vinculadas a la venta de drogas y estupefacientes. Todo esto fue denunciado ante la ONU en la 65° sesión del comité CEDAW (Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer) en Ginebra durante este año. Allí también se hizo presente un organismo estatal cómplice de esta matriz: el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), quien dice trabajar por las mujeres, y en el plano concreto termina siendo parte de la violencia sistemática del heteropatriarcado y cismachista que vive el colectivo trans y travesti en Argentina. La indiferencia se traduce en ese silencio cómplice, que habilita a los perpetradores a seguir de manera recurrente violentando a las compañeras trans y les confiere gozar de total impunidad.

Hace casi un año que venimos denunciando al CNM la violencia de género que viven las compañeras trans y travestis. Nos reunimos con Fabiana Tuñez una sola vez, por el caso de la compañera Laura Moyano, a quien el 23 de diciembre de 2015 casi la matan dos hombres, producto del odio hacia las identidades trans. En esto últimos meses vemos con preocupación cómo aumentaron de forma exponencial los casos de travesticidios y transfemicidios en Argentina. En el caso de Moyano, nunca tuvimos ayuda del CNM. Hoy no sólo el único agresor –Agustín Leonardo Bermúdez– que estuvo detenido está libre, sino que le cambiaron la carátula de «tentativa de homicidio» a «agresiones». Laura se encuentra mal emocionalmente, no tiene ninguna medida por parte de la Justicia en relación con una perimetral o algún botón antipático, mientras los que casi la matan gozan de libertad y pasean por las calles de la ciudad de La Plata con total impunidad.

Los límites y la inoperancia del Concejo Nacional de las Mujeres 

Sólo tuvimos tres respuestas parciales para compañeras trans en situaciones de extrema vulnerabilidad. Nadie vive con un PADU (Programa de Acción Directa Única) de 12 mil pesos por única vez. No existe una verdadera política integral para las trans y travestis desde el CNM. Este organismo, creado para trabajar la problemáticas de las mujeres, es quien termina revictimizando y violentando constantemente a las compañeras que hacen un reclamo justo. Ahora nos llaman irrespetuosas, cuando exigimos el cumplimiento de nuestros derechos. Quieren dar vuelta el reclamo para vaciarlo de contenido y no hablar de sus limitaciones e inoperancia por falta de sensibilidad, formación en la temática y presupuesto.

En los primeros meses de su gestión, por las detenciones colectivas y arbitrarias a las compañeras trans y travestis en La Plata, el CNM presentó al mismo tiempo que nuestra organización habeas corpus preventivos colectivos. Nos atendían la línea 144 para poder hacer las denuncias de las detenciones, parecía que había cierta voluntad política. Pero eso se terminó cuando fuimos a la ONU con el «Primer Informe sobre la situación de los Derechos Humanos de las Mujeres Trans y Travestis en Argentina».

Hace dos meses venimos denunciando que dos compañeras trans se encuentran muy mal de salud por el HIV y la falta habitacional. Nos reunimos con Nicole Neiman, directora nacional de Acciones Directas del CNM, y nos pidió que le enviásemos toda la información. Terminó no sólo siendo un trámite burocrático, sino que implementaron lo que se llama la política del desgaste: les terminaron pidiendo a las compañeras un informe de la situación, cuando apenas saben leer y escribir. Les hicimos el respectivo reclamo por su insensibilidad y falta de conocimiento que tienen sobre la realidad de nuestro colectivo. Nos dijo Neiman que no tenían recursos, que ellas articulan con otros organismos, les pedimos que enviaran alguna trabajadora social y hasta ahora nada. La realidad es que hoy las compañeras esperan la muerte en situación de calle. Una de ellas ha perdido tanto peso que no puede pararse ni caminar por sus propios medios.

Otra de nuestras compañeras es Angélica Zambrano Pesante, a quien la Policía le armó ocho causas. Logramos que el CNM interviniera, pero cada vez que iba a esa institución había una orden clara desde arriba de no atenderla. Hoy, después de hacerles saber que íbamos a denunciarlas, la misma Fabiana Tuñez la llama de un teléfono privado para apretarla. ¿No es terriblemente violento? ¿Por qué no llama a Claudia Vásquez Haro, titular de OTRANS Argentina?

Desde hace dos meses no dan respuesta a las denuncias que por diferentes medios les hacemos llegar. Su límite es más que claro: Neiman nos ha dicho que no tienen presupuesto para dar respuestas a todas las mujeres trans y travestis en situación de violencia de género. Tampoco existe una política integral para nuestro colectivo que dé respuestas a las múltiples violencias que vivimos por ser mujeres trans, travestis, pobres, migrantes, de pueblos originarios, afrodescendientes y estar en situación de prostitución.

En Navidad buscando a Raiza

Raiza es una compañera trans ecuatoriana de veinte años a quien durante este año la apuñalaron dos veces. En la última intervención pudimos hacer que intervenga el CNM, que le gestionó un lugar a donde quedarse a dormir para recuperarse de las heridas. El mismo día que ratificó la denuncia, se fue del refugio porque no sólo la discriminaban por su identidad de género, sino que le habían prometido un psicólogo que nunca conoció. Asimismo, el CNM tenía que articular con la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), lo cual tampoco hizo. El tema de las adicciones es un problema también de nuestro colectivo, pero en nuestras identidades el estigma se potencia y es algo que aún cuesta trabajar dentro del propio colectivo. Ni bien desapareció nos preocupamos, se hizo la denuncia en la Justicia a través de un habeas corpus que fue desestimado. Se apeló, pero era Navidad, y a ningún juez, fiscal, presidenta o directora del CNM se le movió un pelo por saber dónde estaba, mucho menos por salir a buscarla.

Solas recurrimos a la sororidad trans/travesti, largamos un flyer que se viralizó en Internet y tuvo un alcance de 75.414 personas. El 24 de diciembre las compañeras pegaron carteles con su foto por la zona de Once, lugar donde la vimos por última vez. Después de cuatro días de intensa búsqueda, las compañeras de OTRANS C.A.B.A. la encontraron por el barrio Congreso en una panadería pidiendo comida.

Desidia del CNM y complicidad con organizaciones de la diversidad funcionales al Gobierno macrista

¿Realmente están esperando que un grupo de trans y travestis que ni siquiera completaron el secundario arme un informe situacional? ¿Cuántos travesticidios o ataques/crímenes de odio van a tener que ocurrir hasta que realmente decidan hacer algo?

Desde principio de año venimos denunciando este tipo de mecanismos. Recordemos: caso Claudia Córdova Guerra (prisión domiciliaria por ser peruana y trans), caso Zambrano (requisa a veinticinco trans en la ciudad de las diagonales donde la Justicia determinó el acto vejatorio en grado sumo), presentación ante la CEDAW sobre la situación de los derechos humanos de travestis, transexuales y transgénero (donde Tuñez –presidenta del CNM– afirmó que las compañeras estaban incluidas en el Ellas Hacen, cosa que aún estamos esperando ver, ya que de las más de 450 integrantes de OTRANS Argentina ninguna ingresó al programa de inclusión), denuncia sobre la persecución a referentas trans y travestis presentada ante relatorxs de la ONU (aún seguimos esperando respuestas por parte de organismos oficiales del Estado), persecución montada por la FALGBT y ATTTA (organizaciones financiadas por el Consejo Nacional de las Mujeres, el Estado y empresas privadas como la Universidad Torcuato Di Tella), que en vez de sensibilizarse y actuar en estos casos deciden salir a atacar por Facebook (sí, por Facebook) a nuestra organización, a quienes militamos el territorio día a día y vemos cómo la situación se agrava con el paso de las horas.

¿Es necesario que sigamos mencionando las vejaciones y las violaciones a los derechos humanos de personas trans y travestis? ¿Cuánta sangre necesitan para darse cuenta de lo que está pasando? ¿Cuántas desapariciones de compañeras trans están esperando? ¿Van a esperar a que Clarín o La Nación saquen estas noticias para incluirlas en sus datos oficiales de crímenes de odio?

El cinismo y la indiferencia tienen una sola cara y es el macrismo. Pero no sólo el macrismo en su carácter de Poder Ejecutivo, sino que se instaló en todas las dependencias del Estado y en organizaciones con las que se vincula para realizar el ajuste más grande vivido en este país, no solamente económico, sino ideológico, cultural y social. La expectativa de vida de nuestro colectivo es de 35 años. Van más de dieciocho casos por crímenes de odio/ travesticidios en este último año. Nos están torturando, asesinando y desapareciendo porque no somos parte de este modelo.

Señora Fabiana Tuñez, tenga la decencia de no mentir en la ONU, no llame para apretar a las compañeras trans y travestis. Si no está a la altura de las circunstancia, RENUNCIE. El pueblo Argentino le paga el sueldo para que trabaje y no para hacer uso indebido del cargo que ocupa.


 

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