Lucha por la paz en Colombia: diálogos con Iván Cepeda y Ángela Robledo

Muchas fueron las reacciones tras que un sector de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), conducido por Iván Márquez, anunciara que retomaría la lucha armada.

La mayor parte de los exguerrilleros (alrededor del 90%) decidieron seguir vinculados al proceso de paz y mantenerse en el actual partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), conducido por Rodrigo Londoño. El propio Londoño aseguró en Twitter: «Más del 90% de los ex guerrilleros seguimos comprometidos con el proceso de paz», y agregó: «Somos muchos más los que seguiremos trabajando por la paz». «Llamamos al pueblo Colombiano, al gobierno, a la comunidad internacional, empresarios, gremios, movimiento social y popular, a los exguerrilleros que asumieron el reto de la lucha política abierta, a rodear como nunca los acuerdos de la Habana y su proceso de implementación», remarcó.

Desde distintos sectores surgieron voces críticas y algunas en apoyo a la decisión del sector conducido por Márquez. Quienes apostaron al fracaso de los acuerdos de paz de La Habana (firmados en 2016) festejaron. Millones de colombianos temieron que la lucha por la paz volviera a fracasar.

Para tratar de entender cuál fue el marco en el que este sector de exguerrilleros decidió retomar la lucha armada, conocer quién gana y quién pierde con el resurgimiento del conflicto, qué responsabilidad tiene el gobierno de Iván Duque y cómo se puede seguir el proceso de paz en este nuevo escenario, Contexto dialogó con dos de los más destacados líderes políticos colombianos: el senador Iván Cepeda y la excandidata a vicepresidenta por Colombia Humana, Ángela Roble.

Cepeda señaló que «es una decisión lamentable. Es cierto que en el proceso de paz se han presentado incumplimientos, se han cambiado e incumplido varios aspectos de lo que fue acordado tanto en el Congreso de la República, en la Corte Constitucional como en la propia implementación ejecutiva; hubo ataques al proceso por parte del actual gobierno y del sector de la extrema derecha conducido por el senador Álvaro Uribe Vélez, que han minado la confianza de los excombatientes, pero nada de ello justifica la decisión de volver a las armas».

«Colombia ha comenzado un proceso de ruptura histórica con la violencia política y esta decisión lamentable de quien fuera el jefe negociador de la guerrilla de las FARC en La Habana, Iván Márquez, lo remite al pasado y no al futuro del país», aseguró.

El senador remarcó que «la realidad es que el 92% de lo que fue la guerrilla de las FARC, y que hoy son exguerrilleros y exguerrillas, están en proceso de reincorporación económica, social y política, son miembros del nuevo partido que tiene representación en el Congreso y trabajan activamente en distintas áreas, especialmente en el mundo rural, ligados a comunidades campesinas».

«El panorama del proceso de paz no es fácil, pero la paz se ha ido consolidando en Colombia y, a pesar de este escollo, va a seguir adelante», sostuvo.

Cepeda afirmó que «la decisión de este sector de volver a la lucha armada le hace daño al proceso de paz y permite que la extrema derecha siga adelante con su demagogia. También puede generar que otros miembros de la guerrilla engrosen las filas de este sector disidente. Pero nada de eso pone realmente en riesgo el proceso de paz. Estos años de lucha por sacar adelante el proceso han ido ampliando la base social de respaldo a la paz y a las fuerzas políticas sociales, empresariales y de la academia que trabajan por ella».

«Este hecho histórico, más allá de la afectación del proceso, sirve para sacar lecciones, la principal de ellas es que el gobierno debe implementar el acuerdo de una manera eficaz, pronta y con recursos suficientes. También que es necesario proteger el proceso de paz seguir profundizándolo, especialmente en los territorios rurales donde se ha desarrollado este conflicto. Es necesario ampliar el trabajo por construir la paz a la guerrilla de Ejército de Liberación Nacional (ELN) que todavía tiene un proceso de diálogo suspendido con el gobierno actual y que puede ser el camino de lo que hemos llamado ‘la paz total’. También se deben ver los mecanismos para que estas personas que hoy se han puesto a un lado del proceso vuelvan a reincorporarse», concluyó el senador Cepeda.

En la misma línea, Ángela Robledo, excandidata a vicepresidenta por Colombia Humana, sostuvo que «con la decisión de volver a las armas tomada por grupo de disidentes de las FARC que acompañan a Iván Márquez y a Jesús Santrich, ganan los enemigos de la paz, principalmente Álvaro Uribe, del Centro Democrático, que debe estar frotándose las manos y celebrando. Pero pierde toda la sociedad colombiana».

«Colombia pasó del siglo XIX al siglo XX en medio de la Guerra de los Mil Días, y del siglo XX al siglo XXI con una guerra de guerrillas. Hemos vivido en medio de esa guerra y de esa paz, pero en los últimos dos años, después de la firma del acuerdo de paz entre el gobierno nacional de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC (hoy partido político), habíamos tenido los mejores índices de paz en nuestro país. Habían disminuido los secuestros, los homicidios, las muertes en la Colombia profunda, las extorsiones. En muchas de las regiones de este país fragmentado por la guerra se había empezado a respirar un nuevo aire de esperanza. En el centro de todo ello estaban las víctimas que en Colombia empezaban a vislumbrar en el Sistema Integral de Justicia, Verdad, Reparación y Condiciones de No Repetición la posibilidad de transitar a la reconciliación», explicó la dirigente.

Robledo señaló: «Creo que el balance es doloroso, pero hoy tenemos un país distinto a aquel en el que surgió la guerrilla. La Marquetalia que invoca Iván Márquez hoy en el siglo XXI es muy distinta a la que dio origen a las FARC, y, más allá de que este es un grupo pequeño que toma las armas, el proceso de paz, en medio de las dificultades, sigue adelante».

«Todos sabíamos que iba a ser muy difícil este posconflicto, y fue aún más difícil de lo que nos imaginábamos, pero hay muchos signos de que este país no es el mismo de hace cincuenta o sesenta años. Hay una sociedad civil y una ciudadanía empoderada defendiendo el derecho a vivir en paz y es ahí donde afinco la esperanza y el optimismo de que, más allá de las dificultades, esta paz en Colombia es imparable», sostuvo.

La referente de Colombia Humana remarcó que «nada justifica hoy, en el mundo contemporáneo, acudir a las armas para desarrollar un proyecto político. Por supuesto que hay una gran responsabilidad de Iván Márquez y de quienes le acompañan en este rearme, pero también la responsabilidad del gobierno de Iván Duque es enorme. Duque tiene un doble discurso en el que con sus palabras se muestra como un hombre sereno como un hombre conciliador, como un partidario de paz, pero en sus acciones ha sido un guerrerista muy buen alumno del hombre que quiere que sigamos en guerra: Álvaro Uribe Vélez».

«La artillería legislativa, los proyectos que han enviado al Congreso de la República han buscado de una u otra manera hacer trisas el acuerdo, debilitar el Sistema Integral de Justicia, Verdad, Reparación y Condiciones de No Repetición. El expresidente Álvaro Uribe, hoy senador, dijo en una de sus intervenciones que a los excombatientes de las FARC los prefería en el monte y no en el Congreso de la República», recordó.

Robledo detalló que «los espacios territoriales para la convivencia y la reconciliación, que es donde viven hoy muchos de los excombatientes desarmados, no han tenido el apoyo decidido del gobierno de Iván Duque. No han recibido garantías para desarrollar sus proyectos productivos, para vivir en paz. Han sido asesinados 150 excombatientes y varios de sus familiares después del acuerdo de paz. Por todo ello a este gobierno le cabe una enorme responsabilidad respecto de lo que está ocurriendo en este momento en Colombia».

Respecto de cómo enfrentar este nuevo escenario, Robledo señaló: «De ahora en adelante hay que seguir haciendo lo que hemos hecho durante todos estos años, desde que se abrió la posibilidad de una negociación con la exguerrilla y hoy partido político las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)».

«Hay un grupo enorme de colombianos y colombianas que votaron por el proyecto de Colombia Humana que liderábamos junto a Gustavo Petro. Más de ocho millones de personas votaron por un proyecto que en su primer punto programático señalaba la prioridad que teníamos como país de avanzar en una nueva era de paz con justicia social. Esos ocho millones de colombianos tenemos la necesidad de proteger el acuerdo que no fue con las FARC, fue con la sociedad colombiana», afirmó.

Robledo sostuvo: «Debemos saldar las deudas históricas de lo que significa vivir en uno de los países más desiguales del mundo, con la mayor concentración de la tierra, con el mayor número de terratenientes, con el mayor número de asesinatos de líderes y lideresas sociales. Por eso el llamado hoy es a la sociedad colombiana, a los ciudadanos y ciudadanas de a pie, a proteger este acuerdo y exigirle al gobierno de Iván Duque que cumpla con la Constitución, en la que quedó consagrado que durante tres gobiernos (es decir, doce años) quienes lleguen a gobernar Colombia tienen que comprometerse con ese proyecto, y el artículo 22 señala el derecho y el deber que tenemos los colombianos y colombianas de vivir en paz».

Por último, Robledo afirmó que «las mujeres hemos sido la reserva ética de esta guerra larga, degradada y cruel, por ello debemos salir a las calles en todos los rincones de Colombia y del mundo entero a defender el derecho a vivir en paz y a tener una vida digna que tienen millones y millones de los que viven en la Colombia profunda y quienes son los que han soportado esta guerra en sus hombros: los campesinos y campesinas, los indígenas, la población afro, los más pobres de los pobres que viven en la región rural y donde habita un anhelo enorme y decidido de vivir en paz».


 

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