Justicia por Néstor Ariel Cannizzo

Por Contexto

Comienza hoy el juicio por “apremios ilegales” a Ariel Cannizzo, en el Juzgado Correccional N° 1 de La Plata, donde serán juzgados los policías Ricardo de La Canal, Roberto Percuoco, Ernesto Conti, y José Antonio Cácere.

La familia, junto a la Asociación Civil Miguel Bru (AMB), sostiene que Cannizzo murió tras ser sometido a brutales golpizas por parte de los policías, por lo que pedirán el cambio de calificación a homicidio agravado por tratarse de funcionarios de fuerzas de seguridad. Además, pedirán que el juicio se realice ante un Tribunal Oral y Criminal.

A pocas horas del comienzo del juicio, Mónica, madre de Ariel, expresó: “Estamos convencidos de que mi hijo falleció por las torturas que sufrió de parte de la Policía. Que sean juzgados por apremios implica continuar con el encubrimiento y la continuidad de la impunidad”

Por su parte, Rosa Bru, presidenta de la AMB y madre del joven muerto a manos de una patota policial en los años noventa, dijo: “Creemos que las reiteradas golpizas que sufrió Ariel por parte de la Policía están directamente vinculadas con su muerte. El Estado tiene que cumplir con el derecho de la familia de saber la verdad y garantizar un proceso judicial completo para conocer las verdaderas causas de su muerte dentro de la comisaría”.

La causa llega a juicio en un juzgado correccional por la simple imputación de apremios a consecuencia de que el fiscal Romero denegó varios pedidos de prueba presentados por los abogados de la Asociación Civil Miguel Bru, que permitían probar la vinculación de los golpes de los policías con el deceso de Ariel.

A partir de esta mañana serán juzgados Ricardo de La Canal –capitán hoy jubilado–, el teniente Roberto Percuoco, el teniente Ernesto Conti y el oficial principal José Antonio Cácere. La familia será representada por los abogados de la AMB Juan Manuel Morente y Verónica Bogliano. El fiscal será Martín Chiorazzi.

Néstor Ariel Cannizzo, de 33 años, estaba durmiendo en su casa en Berisso cuando, en horas de la mañana del 21 de octubre de 2011, en forma arbitraria y sin orden judicial, los policías imputados –todos de la misma Comisaría 3ra de El Carmen–irrumpieron en su casa mientras realizaban una persecución y lo molieron a golpes.

Ante la vista de varios vecinos, lo sacaron ensangrentado a la rastra y lo detuvieron unas horas en la seccional, donde continuaron los golpes. Por la tarde, lo llevaron a Reconocimientos médicos, en la Comisaría 2da. El médico policial que lo atendió afirmó que Cannizzo se negó a ser atendido y no constató en su informe las lesiones evidentes. Un dato que muestra el inicio de una trama de encubrimiento.

Ariel fue trasladado a la Comisaría 4ta de Berisso. Allí lo visitó su hermano Damián, lo vio golpeado, lleno de marcas, mal y descompuesto. “Avisale a mamá que mañana sábado hay visitas”, le dijo Ariel tras el pasamanos, al despedirse. Pero Mónica Yllescas sostiene entre lágrimas que no llegó a verlo. Alrededor de las 7 de la mañana del 22 de octubre recibió una llamada de la Policía de El Carmen.

“¿Su hijo tiene alguna enfermedad?”, le preguntó un efectivo de forma insistente, “porque su hijo murió de un paro cardíaco”, remató. Esta pregunta fue reiterada con posterioridad en la UFI 6 a los vecinos testigos de la detención ilegal.

Las irregularidades estuvieron presentes desde el principio de la investigación, cuando la misma policía de la DDI fue quien inició la investigación y tomó declaraciones a los policías de la Comisaría 4ta.

El informe de la autopsia, a cargo de la Asesoría Pericial, sostuvo que no se podía asegurar que el paro cardíaco fuera a consecuencia de lesiones traumáticas, y desvincula la muerte a las graves lesiones sufridas en zonas vitales.

Sin embargo, un informe posterior de un perito de parte de la familia afirma que descubrió lesiones evidentes en la zona de la garganta y la lengua, y que la muerte pudo ser causada por las lesiones que sufrió Ariel por parte de los policías de la comisaria 3ra del Carmen.

Una historia de hostigamiento

La historia de Ariel con los policías de su barrio, que culmina con su muerte en la Comisaría 4ta de Villa Arguello, tiene una serie de antecedentes de persecución, hostigamiento y golpizas.

Meses antes de morir, había sido detenido junto a su cuñado, a raíz de una discusión en un local de comida del barrio, en la Comisaría 3ra de El Carmen, donde fueron golpeados y le abrieron una causa por resistencia a la autoridad.

Tras un breve y absurdo proceso de flagrancia a cargo de la fiscal Leyla Aguilar, el Juzgado Correccional N° 5, a cargo del juez Diego Tatarsky, lo condenó a seis meses –sin cumplimiento efectivo–, tomando como única prueba las declaraciones de los policías que lo habían detenido, entre quienes también estuvo De la Canal

La jueza de ejecución Claudia Matilde Marengo citó en distintas ocasiones a Ariel para que se presente en el juzgado. En todas esas oportunidades, los mismos efectivos que le habían armado la causa le llevaban las notificaciones vencidas (un día después de que se vencieran). De esta forma, Ariel no llegó a pagar una multa de cincuenta pesos ni a presentarse ante la jueza. De modo inexplicable, Marengo dictó una orden de detención para ser ejecutada por la misma comisaria (pedido de captura) totalmente injustificada e ilegítima en el marco de una sentencia de sólo seis meses y por una causa armada por resistencia a la autoridad. “Le decretaron la rebeldía y pidieron su captura, cuando Ariel vivió desde que nació en el mismo lugar, y nunca se fue de su casa” explica su mamá Mónica.

Tras su muerte, la familia y los vecinos organizaron varias marchas en reclamo de justicia en el barrio, donde fueron dispersados a los tiros por la misma Policía.


 

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