Impiden acceso de la prensa al juicio por el asesinato de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco

Pese a que el juicio exprés por el asesinato en 2009 de Kiki Lezcano (17 años) y de Ezequiel Blanco (25), que comenzó el 6 de junio, es oral y público, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 16 impide desde el inicio el libre acceso de la prensa a las audiencias, rechazando inclusive un pedido de los familiares.

Así lo denunciaron las radios comunitarias y colectivos La Retaguardia y La Colectiva que expresaron su “preocupación” pues “no es posible difundir lo que sucede en cada audiencia, lo que atenta contra el carácter público del debate oral” dado que “la publicidad del juicio sólo puede ser garantizada por la tarea de quienes hacen comunicación”. El viernes presentaron un reclamo formal al tribunal firmado por medios de comunicación, personalidades, periodistas y familiares.

Jonathan “Kiki” Lezcano y Ezequiel Blanco, que vivían en la Villa 20 de Lugano, fueron brutalmente asesinados el 8 de julio de 2009 víctimas del gatillo fácil y la violencia institucional de la Policía Federal. Torturados y filmados en su agonía, los jóvenes fueron enterrados como NN en el Cementerio de la Chacarita, la misma necrópolis donde en octubre de 2014 apareció el cuerpo de Luciano Arruga -un caso paradigmático de la Policía Bonaerense-, que desapareció a los 16 años el 31 de enero de 2009 y su cuerpo apareció seis años después.

En esta lenta marcha de la justicia cuando se trata de familias pobres y vulnerables, el juicio por los asesinatos de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco comenzó más de siete años después de la tragedia para estas dos familias que al parecer ni siquiera tienen derecho a que se difunda lo ocurrido.

“Nos preocupa que el Tribunal Oral en lo Criminal N°16, integrado por María Cristina Bértola, Gustavo González Ferrari e Inés Cantisani, haya impedido además, en el reducido tiempo en que pudieron ingresar fotógrafos a la sala durante la primera audiencia, que se fotografiara al acusado, el Policía Federal Daniel Santiago Veyga”, afirmaron los dos colectivos citados.

“En las dos primeras audiencias no dejaron entrar a la prensa. Aunque la sala es chica la familia ya había hecho un pedido previo al juicio y luego de la primera audiencia para que se llevaran a cabo en una sala más grande y el tribunal dijo que no”, explicó a Contexto Fernando, periodista de La Retaguardia.

“Está claro que la decisión es que no entre la prensa más allá de que la sala sea chica o grande”, advirtió Fernando, antes de subrayar que tras una breve autorización para que fotógrafos pudieran sacar fotos antes de la primera audiencia, a la fotógrafa de una agrupación que acompaña a la familia de Kiki Lezcano el tribunal le objetó que tomara fotos del imputado “y le borró algunas fotos”, en un claro abuso y violación de la libertad de prensa.

En la actual sala de audiencia hay espacio para “diez personas”, afirmaron diversas fuentes. “Todo se está desarrollando en un marco de bastante agresividad de parte del tribunal para con la familia”, insistió Fernando antes de alertar que “por casualidad” la última audiencia está formalmente prevista para el lunes próximo, 26 de junio, fecha emblemática para muchas organizaciones sociales que ese día se concentrarán en el Puente Pueyrredón, en Avellaneda, para conmemorar una vez más el asesinato por parte de las fuerzas de la federal de los militantes populares Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en 2002.

No obstante se espera que haya dos audiencias más en el TOC Nº 16 que sesiona en Lavalle 1171 en la Ciudad de Buenos Aires.

“Solicitamos de forma pública, pero también formal, que la prensa pueda ingresar a la jornada de alegatos y a la lectura del veredicto con el objetivo de informar a la sociedad sobre lo que allí suceda, porque lo consideramos fundamental para garantizar el carácter público de este juicio”, afirmó el mismo comunicado.

“En muchos años de transitar juzgados por diferentes causas, nunca asistimos a un hecho de censura semejante”, advirtieron antes de enfatizar que “la Justicia a puertas cerradas es una justicia que corre el riesgo de ser para pocos”.

 

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