GLENDA POCAI | Verbo carne

Por Ramiro García Morete

«… Abundancia por doquier/ que me beses los senos/ que me cuentes cuentos/ que me penetres/ hasta ser un río, un mar/ donde salir a navegar/ hacia el cortejo del deseo/ y en el instante de la fugaz adrenalina/ zambullirnos en la experiencia animal/ hasta quedar saturados/ por completo/ de nuestra propia carne». Cuando estudiaba locución, los profesores señalaban algo más que su yeísmo: «¡Glenda! ¡No muevas tanto los brazos!». Como si voz y carne fueran lo mismo, algo que las Sagradas Escrituras ya dijeron, pero desde una escritura muy poco virginal. Como si no cupiera en sí de tanta energía, deseo y todo junto.

«Son varias Glendas, varias personalidades adentro», dirá en un momento. Aquellas prácticas sirvieron para hacer del recitado de Girondo un personaje de vieja que la llevaría por escenarios nocturnos como Rey Lagarto o salas con más alcohol que público. Como aquella cuyo nombre no recuerda pero sí la sensación. No es que hubiera descubierto la vocación de adolescente. La menor de siete hermanos en una casa de Tolosa llena de artistas, había comenzado en las tablas a los 8 acompañando a su hermana Georgina, hoy dramaturga. La misma que asesorará su unipersonal, uno más entre tantos. Pero aquella sensación en el pecho, luego de establecer contacto visual, sobrepasó el idioma: «Wooow». Faltarían unos años  para escribir «Cafeína» (traducido al portugués, editado por Polviho Edicoes, 2018). «Es esto, no tengo duda», pensó finalmente cuando pudo ponerle palabras. Y esto sería más que teatro o poesía. Porque en más de una ocasión, se funden y confunden. Como si entre ambas disciplinas hubiera un cortejo, palabra que tanto utiliza. Todo junto mucho, «llena de orgasmos infinitos, de contradicciones rotas», escribe esta «china con flequillo» tal como la dibujó su sobrina. La misma que bautizó su último fanzine: «La Poesía es un asco». Poeta, actriz y locutora, esta noche a las 21 participa en el ciclo teatral  Indómitas en Guajira (49 e/ 4 y 5) presentando su nuevo unipersonal «Cortejo del Deseo» donde trabaja con textos propios y de Urdapilleta.

Cortejo del deseo, cuenta Pocai, es una frase que está en uno de sus poemas. «Es todo muy sexual en los textos que elegí. Cortejo es una palabra que uso un montón. Yo entreno con Pompeyo Audivert. Él trabaja con un teatro que es pura composición y poesía rota. Y él te da distintos autores. Son palabras que uso mucho a la hora de improvisar. Y después me quedan ahí en el inconsciente».

Sobre esa relación de poesía y actuación «creo que en algún punto siempre van de la mano. Por ahí con este unipersonal, es una gran fusión de todo. Actuación con poemas míos. Es loco porque me estoy dando cuenta que es la primera vez que hago un unipersonal con textos míos. Siempre trabajé con otros autores». En el texto, anticipa, que el personaje está todo el tiempo hablándole a otro, que es su amor. «Que no se sabe si es una ilusión o si es real. No está muy bien en sus cabales. Tiene determinados tics, un poco nerviosa. Pero está completamente enamorada. Le habla y pasa por varios estados, le escribe una carta, un poema».

En tiempos donde el amor es interpelado desde los discursos y la práctica, Pocai reflexiona sobre cómo abordarlo desde la construcción artística. «Era algo justamente que yo me preguntaba. Antes este fanzine (La poesía es un asco) iba a hacer otro que se iba a llamar Los novios y hablaba de diferentes parejas. Es como que está la parte más libertina, ‘no me caso’ pero también la parte soñadora que sí se quiere casar, que quiere hijos. Son varias Glendas, varias personalidades adentro. Y es como decir, está re de moda no casarse, hacer todo lo contrario, relación abierta, cuarteto, quinteto. Pero yo miro un nene y digo ‘qué ganas de ser madre’. Tengo las dos Glendas: la quilombera, que no quiere saber nada y está libre con la vida, la gente. La otra, la que se quiere casar, tener una casa en Tolosa».

-¿Entra en juego la esencia del arte que es el conflicto por sobre la bajada de línea?

-Es así. Pero por más que lo que uno escriba sea ficción, el que te escucha va a pensar que estás hablando de vos. Para el otro siempre es real la poesía. Aunque sea ficción. Incluso cuando empecé, era casi todo re autobiográfico. Hará un año y medio empecé a escribir más desde imaginación. Empecé a escribir cosas que nunca pasaron.

Además de la presentación de esta noche, el sábado 12 en el Marco del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias recitará algunos de sus poemas en La Bicicletería Creación Colectiva. «Con emoción y orgullo de que este año el encuentro sea en mi ciudad, abrazando a todxs las mujeres lesbianas, trans, travestis, bisexuales y no binaries que pasarán estos tres días aquí».

Y a su vez, el domingo 20 de octubre y 24 de noviembre, se presenta como parte del elenco de «Museo Ezeiza 73», instalación Teatral dirigida por Pompeyo Audivert y Andres Mangone, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (CABA). «Somos cien actores. El público camina entre nosotros, no hay escenario y actuamos en simultáneo. Toma el regreso de Perón como fuente histórica, pero no recreamos. Es una locura. Y aprendés un montón».

 

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