«Estamos ante delitos de lesa humanidad y falta de difusión»

Por Alejandra Santucho y Lisa Solomin

“En México se está viviendo una realidad sumamente complicada en materia de derechos humanos, y específicamente en el tema de desaparición forzada”, explicó Paula Mónaco Felipe, periodista e integrante de la agrupación H.I.J.O.S. de México. Paula es cordobesa pero vive en el exilio desde que el terrorismo de Estado desapareció a su madre Ester y a su padre Carlos. Es la sobrina de Liliana Felipe, una talentosa cantautora reconocida en toda Latinoamérica a quien también la dictadura la obligó a huir a ese país. Hace unos días, la joven participó del Congreso de la Red Nacional de H.I.J.O.S. 20 Años, que se realizó en Córdoba. Allí conversó con Alejandra Santucho, de la regional Bahía Blanca, sobre la compleja situación del país azteca y la comparó con lo que se vivía en Argentina en 1978, cuando el fútbol se mezclaba con el terrorismo de Estado.

Luego de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre del año pasado, el mundo puso su atención en el horror y la violencia creciente que vive México desde hace décadas. Paula Mónaco Felipe explicó que la escuela normal rural Ramón Isidro Burgos del pueblo Ayotzinapa forma jóvenes para ser maestros rurales, y que la mayoría de su población son hijos de campesinos que no tienen acceso a otro tipo de educación superior. La escuela se encuentra en el estado de Guerrero, uno de los más pobres de México y con más tradición rebelde, de movimientos sociales y guerrilleros. «Es un estado muy convulsionado en los últimos años, porque las distintas organizaciones denuncian una represión creciente y esto se combina terriblemente y complejamente con la presencia del narcotráfico y el crimen organizado, que en los últimos años ha estallado”, contó la periodista.

La noche del 26 de septiembre de 2014, los estudiantes normalistas viajaron a la ciudad de Iguala. Allí, la esposa del alcalde José Luis Abarca daría su informe de gobierno. La policía los reprimió y fueron desaparecidos. La mayoría tenía entre 18 y 20 años. También hubo tres asesinados y dos heridos de gravedad: Aldo Gutiérrez Solano, que está en coma desde ese día, y Edgar Andrés, que sigue recuperándose de una bala que le voló medio rostro. “En esos ataques actuó la policía municipal, luego se conocieron algunos detalles más como la participación de la policía federal, provincial y el ejército mexicano”.

“Los familiares y la sociedad mexicana siguen reclamando por los 43 desaparecidos y el gobierno mexicano asegura que no hay avances. Lo que hay hasta ahora son pruebas que distintos expertos han refutado porque no son contundentes. Según el gobierno, esas pruebas afirmarían la hipótesis de que han sido asesinados, calcinados y sus restos eliminados completamente. Se presentaron dos restos óseos de uno de los muchachos: Alexander Mora Venancio. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó la identidad, pero no pudo confirmar dónde fue extraída la muestra ni si los demás corrieron la misma suerte”, relató Mónaco Felipe. Y enmarcó esa situación en un contexto donde las desapariciones forzadas no son un hecho excepcional: ”Hay cerca de mil personas desaparecidas, en su mayoría opositores políticos, desde 1969 hasta los noventa, y más de treinta mil desaparecidos a partir del año 2007, en el marco de la llamada ‘guerra contra el narcotráfico’”.

La agrupación H.I.J.O.S. de México compara la situación actual de ese país con el comienzo de la dictadura en Argentina. Con la diferencia y el agravante de que México tiene un gobierno elegido por las urnas. “El de México es un régimen democrático, debería ser garantista de todos los derechos. No se puede entender la desaparición forzada de personas ni que siga habiendo secuestros masivos como el de Ayotzinapa. No son casos aislados. Un par de semanas antes se registró una masacre de más de veinte personas por parte del ejército al lado de la capital. Es una realidad sumamente complicada y difícil de transmitir”, relató la periodista integrante de la agrupación.

Otro paralelismo con la situación de nuestro país es la cuestión del manejo de los medios de comunicación. México tiene una concentración mediática muy fuerte: el 85% de los medios, de todo el espectro radioeléctrico y de los medios gráficos pertenecen a dos corporaciones, Televisa y TV Azteca, aliadas del actual gobierno. Distintas organizaciones, entre ellas H.I.J.O.S., han denunciado que existe un “bloqueo mediático”. En el caso de Ayotzinapa, Paula recordó que “hubo mucha difusión al comienzo en muy pocos medios, luego se transformó en noticia mundial y por la cobertura de los medios internacionales todos lo tuvieron en portada, pero hoy no es más noticia, no siguieron el tema. Estamos ante una situación de delitos de lesa humanidad y de falta de difusión dentro del país hacia el exterior”.

“Es muy fuerte ver cómo da un poquito de aire a los familiares de los estudiantes, dentro de lo que están viviendo, un gesto como el de parlamentarios alemanes que fueron semanas atrás a la escuela para solidarizarse. Eso recuerda escenas como la de la prensa holandesa que, en el mundial de 1978, se acerco a las organizaciones de derechos humanos y cubrió también lo que se denunciaba y no sólo el mundial”, comparó la periodista, y remarcó la gran diferencia con la situación actual de Argentina, en donde “se está viviendo un avance de los derechos humanos que se han transformado en política de Estado y que están en la opinión pública, se habla en la escuela. La información es poder en esto es la posibilidad no sé si de cambiar, pero al menos de detener”.


Relacionadas:

SECCIONES