EPG Ensenada: la Universidad pública y las políticas públicas de género

Por Franco Dall’Oste

En el marco del segundo #NiUnaMenos, se firmó el convenio entre la Municipalidad de Ensenada y la Facultad de Periodismo y Comunicación Social para la realización de una nueva Escuela Popular de Género (EPG). El evento contó con la participación del intendente reelecto Mario Secco y la decana de la casa de estudios, Florencia Saintout. A su vez, durante una feria en Plaza Belgrano organizada por la Secretaría Municipal de Derechos Humanos, los diferentes espacios que integran la mesa local de violencia dispusieron de un stand donde socializar el trabajo que están desarrollando.

Esta es la primera EPG que se organiza desde la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, y se articula con la reciente creación de la Secretaría de Género y el espacio de Jóvenes Investigadores/as para la Soberanía y la Inclusión. Estos espacios, junto con organizaciones e instituciones del municipio de Ensenada, desarrollarán la segunda experiencia educativa a nivel local. La iniciativa consiste en un proyecto de formación en cuestiones de género, partiendo no del saber experto, sino de los saberes que portan los cuerpos por el hecho de estar inmersos en relaciones sociales y culturales de asimetría.

“Este año, la implementación de la EPG surge por una demanda particular de las/os cooperativistas que participaron en la experiencia de 2015 y una necesidad nuestra de fortalecer el trabajo de los actores sociales e instituciones de Ensenada en relación a género”, comentó a Contexto Agustina Pardo, representante de la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Ensenada. A su vez, agregó que «nos parece fundamental y necesario que exista una política que incluya estos dispositivos, tanto para la comunidad en general, como para las instituciones que forman parte de la Mesa Local de violencia».

La experiencia contó con la presencia de más de veinte mujeres cooperativistas provenientes de diferentes zonas y barrios, pudiendo, a lo largo de los talleres, discutir algunas dimensiones e implicancias del género en ámbitos de la vida cotidiana: la familia, los/las hijos/as, la sexualidad, el trabajo, los medios de comunicación, el barrio, las instituciones. De aquellos intercambios surgió la necesidad de continuar con encuentros enfocados en la adquisición de herramientas formativas, de cara a la elaboración de un dispositivo de acompañamiento con incidencia territorial en casos de violencia de género.

En este sentido, Pardo comentó que «desde la Dirección de Derechos Humanos vemos la necesidad de empezar a generar un espacio específico, un área, una oficina de género para darle lugar a las víctimas en situaciones de violencia».

Uno de los temas debatidos giró en torno al rol del Estado: a partir del cambio de Gobierno, necesariamente se reconfigura el contenido y el alcance político de las EPG. Por lo tanto, se destacó, hablar de género no es hablar de relaciones entre individuos, sino de un proyecto de sociedad y de país; es decir, su abordaje supone un componente profundamente ideológico y no meramente técnico.

A su vez, durante los talleres se destacó la necesidad que implica volver a enunciar e inscribir el género como un problema político y de gestión del poder, cuyos efectos devastadores se agudizan en contextos de neoliberalismo, recesión y crisis económica. También se estableció el objetivo de aportar al fortalecimiento de las redes barriales, que se ven en riesgo frente a la fuerza destituyente y desarticuladora que imprimen los Estados de liberales y neoconservadores regionales.

En cuanto al espacio de coordinación de talleres en esta nueva etapa de la Escuela Popular de Género de Ensenada, está integrado en su mayoría por becarias de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, pero abierto a la incorporación de becarios/as de esta y otras unidades académicas interesados/as en participar de procesos educativos populares con enfoque de género y sobre el emergente de la violencia.

«Uno de los desafíos en Ensenada es profundizar los espacios de taller con cooperativistas del programa Ellas Hacen y extenderlos hacia toda la comunidad, instituciones y organizaciones», comentó Pardo, y agregó que “tener algún lugar de alojamiento para víctimas es una de las necesidades que surgió entre las organizaciones que forman parte de la Mesa».

Durante la actividad, se reconoció a los/as becarios/as por el factor político que aportan en su tarea cotidiana como investigadores/as en el marco de la Universidad pública. En ese sentido, se resaltó a las EPG como símbolo de la relación e intención del Estado con la Universidad, la comunidad, el género y la política.

También se denunció el inminente desfinanciamiento de la educación pública y de organismos ejecutivos estratégicos para la transformación de las tramas culturales de género, y el consecuente retraimiento institucional, que empobrece los márgenes de acción y vinculación entre sí y hacia la comunidad.

Finalmente, se ha planteado en los encuentros un camino de construcción colectiva que se enmarque en el trabajo que la Facultad de Periodismo viene desplegando hace años en cuanto a la problemática de género, y la necesidad de reactualizar la responsabilidad histórica como jóvenes, como investigadores/as y como militantes.


 

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