Desaparición de la causa Bru: «Un eslabón más de la cadena de impunidad»

«Esto es un eslabón más en la cadena de impunidad en lo que es el Poder Judicial con la causa de Miguel y con tantas otras causas”, dijo ayer la Asociación Miguel Bru (AMB), organismo que encabeza Rosa Schonfeld de Bru, la mamá del joven desaparecido en 1993. La denuncia fue realizada luego de difundirse la noticia de que en la auditoría que está llevando a cabo la Procuraduría bonaerense en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 4, de Fernando Cartasegna, se encontraron una serie de irregularidades, entre ellas, la falta del expediente de la búsqueda del estudiante de periodismo torturado y asesinado en la Comisaría 9ª y cuyo cuerpo aún no aparece.

«Es de conocimiento público que una de las causas que tramitaba en dicha fiscalía es la que investiga el paradero de Miguel Bru. La causa se abrió en 1999 en la UFI Nº 4, y desde hace siete años está en manos de Cartasegna”, explicaron desde la AMB.

«No hay respuesta. La respuesta es lo mismo que pasa hace veinticuatro años con todo lo que tiene que ver con Miguel Bru», explicó a Contexto Jorge Jaunarena, amigo de Miguel y de la AMB.

«No hay respuesta. La respuesta es lo mismo que pasa hace veinticuatro años con todo lo que tiene que ver con Miguel Bru.»

Rosa Bru –quien ante las publicaciones periodísticas se dirigió a la UFI pero no fue atendida– explicó que «estaban haciendo una auditoria en la fiscalía de Cartasegna y, más allá de que hay un montón de irregularidades, como escritos sin rotular, falta también el expediente de la búsqueda de Miguel».

La madre de Miguel hace tiempo que viene reclamando que Cartasegna sea apartado de la investigación. Incluso para el último aniversario de la desaparición de su hijo se encadenó en la escalinata de acceso a las fiscalías platenses pidiendo que sea desplazado, pero el fiscal continuó en su puesto.

Rosa Bru consideró que la actuación de Cartasegna en la causa fue muy mala. «La relación era bastante fea. De hecho, iba y no me atendía, me atendían su secretaria. Las veces que nos cruzamos nos peleabamos, así que es lamentable», recordó.

La causa, abierta en 1999, cuenta con un expediente de alrededor de 2.200 páginas recolectadas en todos estos años de investigación, por lo que una posible pérdida casual resulta poco probable.

Cabe recordar que, tras la reciente renuncia del comisario Pablo Bressi al frente de la Policía bonaerense, María Eugenia Vidal designó a Fabián Perroni como reemplazo. Desde la AMB señalaron que el nuevo jefe de la bonaerense estaba implicado en una causa de “torturas y violación de los deberes de funcionario público» en 1997, en la que fue investigado por haber torturado a un joven en la Seccional 9ª en 1992. Un año después de este hecho, bajo la misma modalidad, desapareció Miguel Bru tras ser torturado también en la 9ª. El principal acusado fue el compañero de Perroni: Walter Rubén Abrigo, quien posteriormente fue condenado a prisión perpetua.

“Siempre lo dijimos desde el primer día, no hay Maldita Policía sin Maldito Poder Judicial. El Poder Judicial que debería brindar la respuesta sigue manifestando su desprecio por esta causa y su falta de interés de llegar a la verdad. Esto se da en un escenario que nos preocupa, por las vinculaciones del nuevo jefe de la bonaerense, Fabián Perroni, con los asesinos de Miguel y su accionar en la Maldita Policía de los noventa, lo que desnuda la estrategia que tiene en la provincia la alianza gobernante Cambiemos”, señalaron en ese contexto de la AMB.

«no hay maldita policía sin maldito poder judicial. El poder Judicial que debería brindar la respuesta sigue manifestando su desprecio por esta causa», se quejó Rosa.

«Este Gobierno pone a Perroni al frente de la Policía bonaerense. Desde la Asociación venimos denunciando que él está relacionado con lo que era la Maldita Policía y que trabajaba con la patota que asesinó a Miguel Bru», explicó Jaunarena.

En ese contexto, Rosa Bru señaló que «es llamativo» que ahora desaparezca el expediente, al tiempo que recordó que hace cerca de dos años un testigo se acercó a informar que sabía dónde estaba Miguel, aunque no realizaron los rastrillajes en el lugar indicado. Por ese entonces, la presidenta de la AMB se acercó a la fiscalía, donde le señalaron que tenían que profundizar la investigación.

En ese momento volvieron a llamar al testigo, quien amplió su testimonio. «En su declaración dice que la persona que realmente tiene el dato no se anima a declarar porque hay dos jefes y uno grande; que son policías pesados y que él tiene miedo por su integridad física y la de su familia. Entonces llama la atención», recordó Rosa Bru.

«En un momento también habla de cocina de drogas, habla de la Policía, que no le interesa investigar. Todo esto ha sido un combo para que este dato no se investigue», añadió la madre de Miguel.


 

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