Denuncian que el cura Lorenzo presionó a una de sus víctimas de abuso

Junto a su abogado Alfredo Gascón, el cura Eduardo «Toto» Lorenzo se comunicó con la familia de Julián Bártoli horas antes de que declarase en la causa que tiene al excapellán del Servicio Penitenciario Bonaerense denunciado por abuso de menores. Las llamadas del acusado y su defensor se produjeron en los últimos días a familiares del hombre que en julio pasado denunció al párroco por abusar sexualmente de él cuando tenía trece años.

Previo a la acusación de Bártoli, el cura había sido denunciado en 2008 por un presunto abuso cometido a un menor de edad alojado en Leoncito, un hogar de niños que dependía de la parroquia de Gonnet, de la que aún forma parte Lorenzo. La causa estuvo archivada hasta junio de este año, cuando la defensa logró que la Justicia avanzase. Allí, Bártoli presentó su denuncia ante la fiscalía platense que encabeza Ana Medina, tras el pedido de los denunciantes de exigir que se avance con la prisión preventiva de Lorenzo. La jueza Marcela Garmendía deberá definirse al respecto.

Mientras tanto, la estrategia de Lorenzo es presionar a los denunciantes. El 21 de junio, el sacerdote llamó a la familia de Bártoli. Días después, hizo lo propio el abogado Gascón, un día antes de que el denunciante se presentase en la fiscalía. Fue Dino Bártoli, el padre de Julián, quien atendió las llamadas. Allí, casi haciendo «inteligencia», el cura intentó averiguar dónde trabaja el padre de la víctima y dónde vive el resto de la familia. También se refirió a la causa y criticó a Julio Frutos, padrino de Diego, primer denunciante del sacerdote.

En la segunda llamada, Gascón hizo lo propio e intentó presionar a Dino Bártoli para que le contara qué era lo que iba a declarar su hijo. «Quiero saber qué va a decir para ver qué le puedo preguntar, nada más», dijo del abogado de Lorenzo.

En este marco, desde la querella exigen que se avance con la detención inmediata de Lorenzo. «Es la medida mínima que nosotros pedimos. No solo amenaza a las víctimas, hace inteligencia, intenta amedrentarnos: tanto la llamada de Lorenzo como la del abogado Gascón, antes de que mi hermano declare, le afectó muchísimo. Te tratan de desestabilizar todo el tiempo», destacó en diálogo con Contexto María Belén Bártoli, hermana del denunciante.

«No solo amenaza a las víctimas, hace inteligencia, intentan amedrentarnos: tanto la llamada de Lorenzo como la del abogado Gascón, antes de que mi hermano declare, le afectó muchísimo»

No contento con amedrentar a los familiares, Lorenzo avanzó en las últimas semanas con una denuncia a los medios que difundieron los casos de abuso denunciados. El cura presentó ante el fiscal Marcelo Romero el pedido de «una orden de prohibición para que no lo mencione» y la exigencia de que se investigue a «los periodistas de cada medio». Al mismo tiempo, planteó el delito de coacción –se refiere al uso de «amenazas para alarmar o amedrentar» a una o más personas– y pidió «el procesamiento de los responsables».

«Hizo una denuncia a los periodistas para coartar la libertad de prensa. De familia ya no le queda amenazar a nadie. A mi hermano le dijo que le iba a hacer juicio a todos los que lo denunciaron y encima de todo esto, de apariciones públicas, de escuchas, de videos en contra de la prensa y de la agresividad que tiene, la fiscal Ana Medina no hace nada», destacó Belén Bártoli. «¿Qué más necesita la fiscal para elevar a juicio?», cuestionó.

La alarma también se enciende si se tiene en cuenta que, a pesar de las denuncias, Lorenzo sigue ejerciendo como sacerdote en Gonnet, bajo el visto bueno de la cúpula de la Iglesia catolica. «La Iglesia en manos de Tucho Fernández [Víctor Manuel, arzobispo de la Arquidiócesis de La Plata] no está haciendo nada, tiene la oportunidad de reparar todo el daño y está queriendo ser cómplice», destacó Bártoli.

«Lorenzo aún está en contacto con menores. No hay un testimonio en contra de mi hermano ni de Diego que lo hayan descartado, nadie pudo decir lo contrario. Tucho Fernández no hace más que ser cómplice de todos los abusos que Eduardo cometió hace más de diez años. Desde que la investigación comenzó a la fecha», destacó Bártoli.


 

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