Davos: quiénes son los nuevos amigos de Macri

Por Maximiliano Ceci

El director de la Unidad Médica Presidencial, Marcelo Ballesteros, recomendó a Macri no viajar a Quito por la fisura que acarrea en su costilla. La carta de Ballesteros se justifica en los 2.800 metros de altura de la capital ecuatoriana. Sin embargo, una semana antes dio el visto bueno para que el mandatario viaje a Davos, la aldea suiza que las agencias de turismo promocionan como “la ciudad más alta de los Alpes”. La prioridad de la Cumbre del Foro Económico Mundial sobre la Cumbre de la unidad de América Latina y el Caribe habla de las preferencias en la Agenda de políticas sociales y económicas.

El mandatario, que llegó a la presidencia bajo el eslogan de campaña “Pobreza Cero”, no irá a la CELAC, que entre algunos de los puntos a debatir se encuentra el desarrollo y la lucha contra la pobreza, la reducción de la desigualdad en América Latina y el Caribe y el apoyo al reclamo argentino sobre las Islas Malvinas.

Sin embargo, el presidente decidió ausentarse para continuar con su reposo tras las intensas jornadas en Suiza con la “Clase de Davos”, como los llama Susan George, presidenta del Transnational Institute (TNI). “Algunos tienen poder económico y casi siempre una considerable fortuna personal. Otros poseen poder administrativo y político, ejercido sobre todo en nombre de los primeros, que les recompensan debidamente”, explicó.

Macri, que llegó a la presidencia bajo el eslogan “Pobreza Cero”, no irá a la CELAC a debatir la Reducción de la desigualdad en América Latina y el Caribe.

El Foro Económico Mundial pretende un mundo dirigido por un pequeño grupo de directivos empresariales, hombres en su mayoría, con la misma educación y visión ideológica.

Ellos se consideran a sí mismo un modelo de cómo debería gobernarse el mundo, promoviendo activamente su Iniciativa de Rediseño Global, que aboga por pasar de una gobernanza multilateral, basada en la toma de decisiones de cada Estado, a una gobernanza de múltiples partes interesadas, donde las grandes empresas tendrían un papel mucho más destacado y se convertirían, en efecto, en una suerte de ciudadanos globales.

Cabe destacar que Argentina no es tema en la agenda de estos “peces gordos”. Sólo ven con buenos ojos la presencia de Macri en el poder, para poder incluir al país como un satélite de sus intereses.

¿Quiénes integran la “Clase de Davos”?

“Al Foro Económico Mundial (WEF) le gusta presentarse como un actor preocupado por la situación del mundo, consternado por la desigualdad creciente y comprometido con la construcción de una globalización progresiva. Sin embargo, el hecho de que sus propias estructuras de gobierno estén dominadas por los oligarcas y los directivos empresariales más ricos del mundo, empecinados en minimizar las regulaciones para maximizar las ganancias de sus empresas, plantea serias dudas sobre los intereses a los que sirven realmente”, expresa un informe de la TNI.

Para comprender cómo funciona el Foro es preciso hacer un recorrido por el perfil de algunos de los miembros de la Junta.  Por ejemplo, el presidente es el suizo Peter Brabeck-Letmathe, el director de Nestlé, empresa que en 2015 suscitó protestas en California, Oregón y la Columbia Británica por incrementar el embotellamiento de agua a pesar de la sequía sin precedentes.

Para saber cómo funciona el Foro es preciso hacer un recorrido por algunos de su miembros. Por ejemplo, el presidente es el director de Nestlé, empresa que en 2015 suscitó protestas por incrementar el embotellamiento de agua a pesar de la sequía sin precedentes.

La firma también es conocida por contravenir las directrices de la OMS para comercializar leche para bebés y está acusada de comprar cacao de plantaciones en Costa de Marfil que explotan a niños esclavos violando los derechos laborales internacionales. También está sospechada de imponer plantas de embotellamiento de agua contra los deseos de la comunidad en los Estados Unidos y de acoso sindical y supuesta complicidad con paramilitares en Colombia

El resto de la mesa chica de Davos lo completan, primero, Mukesh Ambani, ejecutivo de Reliance Industries, conglomerado de varias empresas que representan el 15% de las exportaciones de la India. Allí es conocido por tener una casa valorada en mil millones de dólares, con 27 pisos, para una familia de seis personas.

Lo sigue en importancia Klaus Kleinfeld, un ejecutivo del acero de Estados Unidos. Kleinfeld tuvo un paso por la alemana Siemens, donde fue acusado de “no lograr evitar la corrupción”. Él niega las acusaciones pero pagó unos dos millones de euros para llegar a un acuerdo con la empresa.

Después hay que nombrar a Christine Lagarde, la mismísima presidenta del Fondo Monetario Internacional. La economista tuvo un revés judicial hace un mes, cuando los tribunales franceses anunciaron que la juzgarían por “negligencia” por su papel en un acuerdo de arbitraje de 403 millones de euros cerrado en 2008 a favor del empresario Bernard Tapie.

Otra influyente es Indra Nooyi, integrantes de la gigante de las gaseosas PepsiCo, de Estados Unidos. En ese emporio registra acusaciones de fomentar un consumo poco saludable de dichas bebidas. Otro grave cargo que se le achaca es el de consumir un volumen excesivo de aguas subterráneas en regiones propensas a la sequía y de permitir que residuos de insecticidas lleguen a sus refrescos.

El japonés Heizo Takenaka es otro de los nombres pesados en Davos. Se hizo famoso por la privatización de las oficinas de correos en su país, que provocó una gran oposición pública. A pesar de ello, ha manifestado que espera impulsar la venta de más bienes estatales. También es controvertido por no realizar aportaciones al plan de pensiones del Estado y alternar su permiso de residencia entre Japón y Estados Unidos para evitar pagar impuestos.

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Un planeta para pocos

El TNI ha realizado un análisis de las veinticuatro personas que integran su junta directiva con el fin de determinar la representatividad de este Foro ante la sociedad.

  • Sólo seis de los veinticuatro integrantes de la junta directiva son mujeres (25%).
  • Dieciséis son de Norteamérica y Europa (67%). Ninguno de los miembros de la junta procede de África.
  • La mitad de la Junta (doce) está compuesta por directivos empresariales. Sin embargo, si se repasan sus carreras, dieciséis cuentan con experiencia en grandes empresas (67%).
  • Veintidós de los veinticuatro integrantes de la junta fueron a la Universidad en los Estados Unidos o Europa; de estos, diez fueron a la misma Universidad: Harvard.
  • Sólo uno de sus miembros puede decirse que represente a la sociedad civil (Peter Maurer, de la Cruz Roja).
  • En la Junta no participó ningún representante de sindicatos, entidades del sector público, grupos de derechos humanos, organizaciones campesinas o indígenas, estudiantes ni jóvenes.
  • De sus miembros, uno solo estudió en Sudamérica y otro en Medio Oriente, y no hay egresados ni de África ni de Oceanía. En cambio, diez se graduaron en Europa, seis en Norteamérica y seis en Asia

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