Casino Ilegal: «En La Plata hay mucho talento y demasiado ego»

«Sabemos lo que queremos y es placentero poder llevarlo adelante», dice Mario Nazar, cantante y guitarrista de Casino Ilegal, sobre Horizontes Verticales, el primer larga duración de la banda que está en etapa de mezcla. «Comenzamos a grabar hace un año», cuenta, «y más que terminarlo, decidimos abandonarlo para dejar captado el momento, porque nos parecía un despropósito pasar tanto tiempo grabando mientras la banda seguía avanzando con otras canciones».

En estos años Nazar fue acumulando millas como guitarrista: tocó con The Falcons, fue miembro de Tarantinos -la banda que acompañaba a Fede Kempff-, y acaba de formar Los Borders, proyecto en el que también toca la guitarra, por eso muchos de sus temas surgen a partir de un riff. «Sin ser un gran cantante, creo que soy arriesgado en las melodías», dice.

El registro anterior del grupo, Microemociones, es un EP que en cuatro canciones recorre algunas de las típicas sonoridades del rock argentino de los 80 y 90. Desde aquel debut de 2013 hasta la fecha, en Casino Ilegal se sucedieron varias formaciones que derivaron en una banda integrada por músicos inquietos, todos con proyectos paralelos: el baterista Matías Tártaro (Parra Ultravioleta), el bajista Facundo Rubio (Los Hongos Sagrados) y el percusionista y encargado de los synthes Caio Cataniense (ex Tarantinos y actual Los Borders, al igual que Nazar).

¿En qué dirías que se diferencia Casino Ilegal de los proyectos anteriores en los que participaste?

Es un combinado de gente diferente que da un resultado musical indefectiblemente distinto, aunque hay un punto de relación en la premisa guitarrera como sello. Si tengo una buena guitarra y un buen equipo, quiero que suene power, que patee, y en algún momento, quizás, pueda salir afuera la veta de raíz blusera y stone, siempre que la canción lo amerite.

¿Cómo describirías este primer disco?

Se van a encontrar con variedad en las canciones. Afianzamos ciertas ideas colectivamente, a partir de un entendimiento que solo te lo da el tiempo, la estabilidad y el toque. Es un disco al que le dedicamos mucho.

En una escena de tanta producción musical, ¿qué sienten que pueden aportar?

La verdad que no sé si será el disco del año, pero va a sonar bueno y no va a pasar desapercibido. En un momento en donde el indie parece perder auge y el stoner se enaltece, podría decirte que lo nuestro es solo rock sin miramientos, que también tiene pop, que tomamos de las corrientes musicales lo que realmente nos gusta y no lo que dicta la impaciencia de ese auge aleatorio constante. Somos lo que queremos ser y grabamos lo que podemos, cuando podemos, es una realidad.

¿Como músico con quién te sentís identificado?

Mirá, recuerdo hace muchos años andar por Tolosa repartiendo volantes y encontrarme a José Tedesco, que por entonces tocaba en Guasones, pegando carteles  en A4 por calle 13 para un recital que iban a hacer en Club Reconquista, creo. El tipo tenía tres discos en el lomo y había tocado en muchos más lados de los que quizás muchos lleguen a tocar, pero ahí andaba, invirtiendo tiempo y mano de obra, haciendo el trabajo que hoy por hoy se hace más fácil por el Facebook. Me identifico con los porfiados, los laburantes de la música a los que nadie les regala nada. Estoy más cerca del pensamiento de esas personas que de los que si meten 50 personas en un show, se les sube el culo a la terraza y para armar una simple fecha dan mil vueltas o tienen exigencias de trato especial. En La Plata hay mucho talento y, lamentablemente, demasiado ego. Poder seguir tocando, está muy bien. Hacia ahí vamos.

Escuchá dos temas adelanto, «Horizonte Vertical» y «Un Plan»:

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