Tras el anuncio de cierre de la confitería París, Kicillof recibió a sus dueños para acercar soluciones

Acompañado por el subsecretario de Desarrollo Comercial y Promoción de Inversiones, Guillermo Rabinovich, y el jefe de Gabinete del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Andrés Biscione, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se reunió esta tarde con los dueños de la confitería París, luego de que ayer anunciaran el cierre del local.

El tradicional comercio, ubicado en la esquina de 7 y 49 de la ciudad de La Plata, anunció a la comunidad a través de las redes sociales que, como consecuencia de los problemas financieros que sufre hace varios años, y ante el impacto económico del aislamiento social preventivo y obligatorio, debía cerrar sus puertas.

«Cuando veníamos sorteando la difícil situación económica del país de los últimos tiempos, con esperanza de una pronta mejoría, nos sorprende la pandemia de la COVID-19 y las medidas de aislamiento social dictadas por el poder ejecutivo que restringen la libre circulación y actividades en café, bares y restaurantes», decían los dueños en el comunicado publicado en Facebook.

Ante esta situación, el gobernador y el equipo del Ministerio de Producción mantuvieron un encuentro con los propietarios para analizar en conjunto todas las herramientas que desde los gobiernos nacional y provincial se instrumentan en el marco de la pandemia para atender la situación de las pymes. El objetivo de la reunión fue comenzar a buscar alternativas que permitan sostener este emprendimiento familiar y resguardar las fuentes de trabajo ante las dificultades que el contexto de aislamiento presenta para la actividad gastronómica.

«En un contexto de emergencia económica y desde el primer día de nuestra gestión priorizamos la producción y el empleo como motores centrales para recuperar el crecimiento de la provincia», expresó Kicillof, y agregó: «Hoy nos encontramos ante una emergencia sanitaria impensada, pero reafirmamos más que nunca esos ejes de nuestro trabajo».

La familia Pérez Muñoz tiene la confitería desde 1969, cuando la compraron y pusieron en funcionamiento la fábrica del local. Si bien en la historia tuvo más de una remodelación y conflictos que sortear, siempre se mantuvo presente en la ciudad y fue un lugar de encuentro para muchas generaciones.


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