Sucre, la gran final: esto recién comienza…

Por Ramiro García Morete

Josué no detiene el tiempo, como los libros sagrados: lo aprovecha. Tiene veinticinco años, dos trabajos y sanas ambiciones. Lleva un cuaderno con anotaciones, es metódico y quizá porque estudia arquitectura –aunque los libros sagrados también dicen algo de ello– nada se construye sino sobre cimientos firmes.

Como en un plano o en una página al esbozar un verso, entiende que las estructuras y las bases bien sentadas no oprimen sino que liberan y elevan. Quizá lo entendió más aún en el taller de rima de Tata MC (referente histórico de la disciplina), que primero tomó y luego terminó dando: aunque escribió desde siempre, descubrió métodos que potenciaban el ejercicio. Y es que el estilo libre –freestyle– nace de bases, porque el hip hop es una construcción. Cultural y colectiva. El exfreestyler devenido a host –algo así como anfitrión y coordinador– entendió que en el creciente mundo del hip hop local podía canalizar la pasión que en su adolescencia y primera juventud le brindó a la militancia. Y a diferencia de las bandas de hardcore y hasta cumbia en las que tocó y cantó, busca algo más que alcanzar tonos. Descubrió un mundo dentro de las barras y a su alrededor, como tantos pibes. Por eso impulsó Sucre, una productora de eventos que, tras recorrer con una carpetita la ciudad buscando sponsors, montó escenarios y competencias como no se había hecho.

Tiene como hito el 8 de julio de 2017, cuando se dio lo que se considera el evento de rap más grande en nuestra ciudad. Veníamos bien pero pasaron cosas, cita Josué. Problemas económicos hicieron que Sucre se reinventara y volviera a las plazas, pero sin perder calidad ni seriedad. La misma que impone un género que ya no es el bicho raro ni la nota de color de los medios.

La cultura urbana de los cuatro –y más– elementos más influyente de los últimos cincuenta años en sociedad de masas situó al freestyle –improvisación de rimas– como uno de los fenómenos más ricos de la actualidad… y el futuro.

Sucre son: Martín (diseño y gestión), Lucía y Nehuen (audiovisual y cobertura), Ludmila (host y editora), Nicolás, Jaime y Camila (gestores y host de clasificatorias, responsables de los talleres de rimas), Mago (logística y tesorero) y Santiago (comunicación y redes). Y este domingo tiene un punto importante: la Final 2018 en Lucamba (117 y 63). Las inscripciones se abren a las 16 hs y comienza a las 17.

Desde marzo hasta octubre la liga contó con ocho fechas que determinaron cada una un ganador o campeón, los que clasificaron directamente a esta final. A su vez, hay una tabla de puntos de donde salen los cuatro mejores que no hayan sido campeones.

“También hay un invitado de fuera de la región, sorpresa, y dos lugares para clasificar en el día”, cuenta el organizador.

El jurado estará conformado por Bocha Remiro (conductor de DDR, ciclo radial de rap en FM Universidad), Crónico (el freestyer que más puntos sumó en la temporada pero decidió no competir en la final) y Dante (de Urban Rooster, productora importante de eventos del género). Josué cuenta que la fecha número cuatro llegó a convocar –incluyendo las clasificatorias– a casi 210 competidores. En contrapuntos apasionantes cuyo conflicto termina siempre con un saludo de colegas, se evalúan distintas cuestiones.

“Personalmente, me gusta el mensaje, que tenga algo que decir –cuenta el host–. Está el flow, que en una analogía con el fútbol, sería la capacidad de correr. Y los skills serían las habilidades, los jueguitos. Poder hacer una multisilábica, por ejemplo. Que también no solamente está en el hecho de que la puedas hacer, sino que los demás la puedan entender. Es una responsabilidad del freestyler no volverse endógeno. El mensaje tiene que llegar”.

A todo esto, Sucre dicta un Taller de Rimas a la gorra los lunes de 19 a 21 hs en el Pasaje Dardo Rocha (50 e/ 6 y 7) y los viernes en el mismo horario en Awkache (55 e/ 4 y 5). ¿Por qué dedicarle tanto tiempo y energía? Josué responde: “Por un lado hay cosas que me dan plata, pero la plata no me da vida. Prefiero meterle alma y vida a esto. Porque sé que estamos generando algo. A veces uno no se pone a cuantificar qué tanto genera en los demás. Y lo que hace Sucre con los talleres de rima y manteniendo una regularidad en la plaza, en los eventos, en la organización que puede fallar –aunque la seriedad y buena leche no faltan–, creo que condiciona al resto que quiere hacer cosas. Pone una vara”.

Entre tantos cambios dentro y fuera de la disciplina, uno tiene que ver con el lugar de las mujeres: “Creo que las chicas se están integrando de a poco. Nosotros tenemos tres mujeres en el equipo. Creo que están buscando su lugar y su forma. Ser parte activa de esta historia. Veía notas que tomaban el rap femenino como una cosa por fuera del rap. Que es verdad que tiene sus cosas singulares. Yo creo que entenderlas por fuera del espectro es como cuidarlas de no competir con varones, que no se crucen. Hay pibas que rapean mucho mejor que los tipos. Esa cuestión de tender a separarlos me suena a los nenes con los nenes y las nenas con las nenas”. Si bien en la final no hay ninguna mujer, Josué no descarta que las chicas obtengan los dos lugares vacantes.

Con un lenguaje en constante expansión, Sucre proyecta a largo plazo: “Estamos terminando la etapa naranja. Los que saben de ingeniería o diseño industrial, los prototipos naranjas son de prueba. La etapa azul es la de desarrollo y la roja es la de asentamiento y expansión. La etapa naranja concluye con el afianzamiento de un equipo. Y ya no hay más prueba y error. A partir de 2019 es expansión hacia otros elementos de la cultura hip hop, como el breaking. Y lo que queremos es irnos a la provincia y poder hacerlo, confiando en los talentos locales de esos lugares no sólo como freestylers, sino como productores”.

Los finalistas, uno x uno

Hache: “Integrante de 94 Cypherground y de La Timba, un old School platense desde Ensenada con un flow único».

Nasser: “Integrante de 94 Cypherground abanderado del hardcore platense, desde Ensenada con una calidad técnica envidiable. El mayor representante de la región a nivel provincial con una Red Bull y Ego Fest en su haber”.

Tincho: “La revelación de la liga, el reggaeton y el barrio. Quedó tercero detrás de Krónico y Nasser dejando en claro que la nueva escuela llega para quedarse”.

Pollo: “Mucho recorrido por delante, accede al Sucre final como el quinto mejor no campeón de la Liga ante la baja de Kronico. Estructuras y rimas directas”.

Dense: “Parte de la Srek Crew, metódico y prolijo mensaje. Se ganó su lugar en la final en la última fecha clasificando como cuarto mejor no campeón de la Liga”.

Alba: “El futuro llego hace rato. Uno de los que esta Liga vio explotar ya no es una promesa, desde Berisso llega una realidad”.

Bito: “Parte de los MCB2, por ahí la inconstancia le juega en contra pero es otro de los que viene a dejar a la nueva escuela bien en alto, rimas prolijas y punchs directos. Accede a esta final como el tercer mejor no campeón de la Liga».

Impo: “Otro MCB2 en la final, otro de los que se afianzó y exploto este 2018, dueño de una versatilidad enorme y uno de los mejores flows de la región”.

Volpe: “Otro nueva escuela que dejo de ser promesa. Uno cuyo freestyle creció con Sucre. Nunca se queda sin tablas ni estructuras para plantar batalla a quien sea”.

Kardia: “Juventud y puesta en escena, capaz de poner al público de su lado. Desde Ezpeleta llega a esta final a dar batalla”.

Ezze: “De gran 2018, donde se lo vio en la final nacional de Mision Hip Hop. Punchs precisos y una actitud arrogante sumada a las technics de Berazategui lo hacen uno de los rivales a vencer en esta final”.

TMS: “También participó de la final nacional de Mision Hip Hop. Mensaje y coherencia, verdad en rimas, posiblemente uno de los más consistentes freestylers de esta final”.

Scar: “Ganador del repechaje de la ultima oportunidad, la respuesta es su mejor arma, viene a dar batalla en el escenario desde la plaza».


 

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