Shaman Herrera: luz, cámara y canción

Por Ramiro García Morete

“Ya se ve/ No hay más palabras”, canta en El primero es el último (2018). Alfa y Omega, más cerca del verbo liberador que del dogma opresivo (o quizá del Gran Espíritu que del Espíritu Santo), hay siempre en sus obras una idea de unidad. Una cohesión de voz y sonido, de verbo y carne, de tiempo y espacio. Del mismo modo la palabra se vuelve imagen y desde el primer color, hombres en llamas, vestidos plateados e infinidad de figuras tan alegóricas como visuales, su notable obra está dotada de un poder narrativo que excede a la mera historia cantada. Este notable y versátil compositor tan emparentado al indie, el folklore y el rock como claramente esquivo a cualquier clasificación, da un paso más en un camino que –parafraseando a Hermann Hesse– es hacia sí mismo. No desde el solipsismo, sino desde una unión con su mundo. Por ello, a pesar de seguir girando dentro y fuera del país, así como tocar con frecuencia en la Capital, el gigante que un día perdió el sombrero pero no la guitarra embrujada decidió dejar La Plata y volver a Epuyén, Chubut. El nacimiento de Govinda fue la razón perfecta para que junto a su compañera profundizaran esa búsqueda. “Porque trato de estar siempre acá/ es que a veces tengo que dejar/ a las calles y el murmullo cruel/ ser la música de una canción.” Y tanto en su último disco junto a Los Pilares de la Creación como lo que deja entrever de su vida personal, ser y obra se cohesionan cada vez más. ¿Cómo distinguir el baile del bailarín?, escribió Yeats. Por momentos, la voz de Shaman Herrera se erige como un árbol más de esos bosques que canta y camina cada día. Mejor destino ser árbol para florecer, canta Ata. Y en ese florecer y cambiar, donde todos sus discos son distintos y a la vez fortalecen la raíz, el chamán lo vuelve a hacer. Con la dirección del talentoso músico y cineasta Manque La Banca (más el apoyo del tipo que se la pasa elogiando, un tal Andrés Calamaro), concreta un anhelo de su juventud de estudiante de cine. Film álbum, decidieron llamar a este mediometraje donde las palabras se ven y las imágenes suenan. Tras una gira por Mendoza, el cantante no sólo regresa a La Plata para un show solista, sino que este sábado a las 23 hs realizará la avant premier en el Club Atlético Fernández Fierro (Sánchez de Bustamante 772, CABA) donde además se presentará en set solista.

Film álbum es la denominación que le encontró Manque –cuenta Shaman–. Arrancó medio como una idea mía. Siempre es muy fílmico lo que hago, lo que escribo… muchas imágenes. Y bueno, siempre me quedaron esas ganas de poner imagen a un disco completo.” Filmado en Súper 8, dura lo que dura el disco: son las canciones con imágenes. «Más o menos de lo que va la película es de la vuelta a la Patagonia, inspirado en lo que pasó con el disco, el Año del gallo, el año en él se concluyó y se ideó lo que sucede en esta música y también en mi vida personal”, cuenta. Y agrega: “Filmamos en La Plata, en Epuyén y en el trayecto. No necesariamente contando algo concreto, sino un poco más experimental, yendo más a la construcción de la imagen más que nada por las cualidades pictóricas. Así que es un viaje con la música de fondo”.

“Mis primeros años fueron de estudiante de cine –evoca Herrera–. En la efervescencia de la posadolescencia o la adolescencia tardía en la que uno se va transformando en un ser humano más consciente. Y es donde creo que aprendí a narrar o a encontrar mi lenguaje para transmitir lo que pasa. Estoy muy influido por el cine. Y esto es una concesión de una idea de unir esas pasiones”.

“Mi estilo es un poco no reconocer mi estilo –responde sobre su impronta–. No pensar demasiado y trabajar. Si conservo algo en todo es inconsciente y que no puedo controlar. Porque es parte mía e incontrolable. Obviamente busco la novedad para mí, sentirme sorprendido con algunas cosas. No sólo desde mi lugar, sino de la interacción con otros músicos. En cada disco hice siempre que los músicos aportaran algo con libertad. Y eso daba un lugar diferente a lo que hacía.”

Sobre el regreso a su lugar de origen y alejarse del llamado “circuito”, asegura: “La vengo llevando bien. Me copa, la verdad. Es difícil de explicar. Porque sigo en el circuito… pero estando en las sombras (risas)”. Y explica: “Me interesaba un lugar sano donde reina el silencio y donde también la creación surge desde otro lugar, otro estado de ánimo. Igual, es muy difícil abstraerse del mundo, donde sea que vivas. Ya no hay lugares aislados”.

Una gira reciente por Chile y una agenda que incluye en marzo un festival en Piedra Parada (Chubut), así como la presentación porteña en abril de El Camino de Leda (un homenaje a Leda Valladares donde participó poniendo voz a la electrónica de Chancha Vía Circuito), dan testimonio de que sigue activo y sólo cambió el punto de referencia.

Hablando de cambios, su pequeña hija Govinda (a la que le dedica un tema homónimo) sirve de disparador para pensar en lo bueno y malo del futuro. “Me ilusiona que sea mujer y lo que está sucediendo con el feminismo en estos días. Y que está tan visible. Y que se está luchando a pleno por los derechos que son inalienables para cualquier ser humano, como es el control de su propio cuerpo y el respeto. Por otro lado, lo que me da miedo es cómo se está yendo todo al carajo con el ecosistema.”

Este jueves, Shaman Herrera se presenta a las 20 hs en el Ciclo Vermú de C’est La Vie (55 e/ 17 y 18) junto a Santiago Adano y Lxs Perrxs.


 

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