Se cumplieron diez años del femicidio de Sandra Ayala Gamboa

Por Daiana Giménez

Agrupaciones de derechos humanos, feministas, estudiantiles y sindicatos, junto con familiares de Sandra Ayala Gamboa, se concentraron ayer en el edificio de 7 entre 46 y 47 donde se llevó a cabo una muestra de fotos y una radio abierta para recordar a esta joven peruana y para pedir justicia por su femicidio. Posteriormente marcharon hacia el palacio provincial.

Sandra Ayala Gamboa había llegado desde Perú para estudiar medicina en la UNLP. Corría el mes de febrero 2007, cuando en una búsqueda de trabajo fue citada al centro de La Plata, en un local de ARBA, el edificio de Rentas provincial. Allí fue violada y asesinada. Ayer se cumplió una década de este femicidio.

«Son diez años de dolor y de mucha tristeza», comentó a Contexto Nelida Gamboa, quien casi inmediatamente se instaló en Argentina para encabezar el reclamo de justicia de su hija, acompañada por diversas organizaciones.

Luego de seis años de lucha, marchas y vigilias frente este edificio que hoy es emblema de lucha feminista en la ciudad, la causa llegó a juicio oral y en noviembre de 2012 el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 condenó a prisión perpetua al único acusado, Diego José Cadícamo, a quien se le encontraron ocho casos más de violaciones.

Sin embargo, la causa que investigaba las complicidades estatales y el encubrimiento de la Departamental Primera de La Plata fue archivada en 2015 por el fiscal Fernando Cartasegna, quien piden que sea desplazado.

Nelida cuenta que, a pesar de haber pasado ya diez años, siente que “la mataron ayer y cada muerte de una mujer es como que la vuelven a matar a Sandra». Gamboa exige justicia por su hija al tiempo que pide políticas públicas para erradicar la violencia de género. “Necesitamos que el Gobierno cumplan las leyes porque nos están matando”, explicó.

En este pedido de justicia ha tocado también la puerta de la gobernadora María Eugenia Vidal, solicitándole en cuatro oportunidades una audiencia, pero siempre fue derivada a la Subsecretaría de Justicia. «Yo lo que quiero es que ella me reciba. Yo no sé por qué la señora Vidal no me quiere recibir. Solamente quiero que me escuche como madre», señaló Nélida.

De la concentración y posterior movilización participaron diversos espacios, entre ellos la Coordinadora Migrante, un frente de organizaciones sociales, políticas y culturales de las distintas colectividades de migrantes, que aprovecharon la oportunidad para rechazar también el DNU que propone una reforma migratoria.

“Nosotros creemos que la mujer migrante está en doble vulnerabilidad y con este decreto sería todavía peor su situación”, explicó a Contexto Juan Quesquen, referente de este espacio, quien sostuvo que la mujer está en una situación compleja pero “ser mujer migrante es más vulnerable, y que el Estado asocie a la migración al delito las pone en una situación muy desfavorable”.

«Siempre el migrante en general está en una situación de vulnerabilidad porque viene a labrar un futuro desde cero. Mucho más difícil para las mujeres que enfrentan a una sociedad machista como la latinoamericana», manifestó en ese sentido a Contexto Elvis Tuesta, secretario adjunto del Consulado de Perú que también estuvo participando del pedido de justicia.

Kimberley Barrientos, hija y hermana de las víctimas del doble femicidio de Punta Lara, estuvo en la jornada y convocó a toda la comunidad a apoyar su lucha. Estas dos mujeres también pertenecían a la comunidad peruana y hoy Kimberley además de exigir justicia quiere que sus cuerpos descansen en Perú, pero aún no le han dado ese permiso. Si esto no ocurre pronto, planea encadenarse en la fiscalía.

Las organizaciones feministas participantes en tanto, además de manifestar su apoyo a Nelly y Kimberley, llamaron a participar del Primer Paro Internacional de Mujeres que se va a estar llevando a cabo el 8 de marzo en más de treinta países.


 

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