La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) reconoció a estudiantes que resultaron ganadores del certamen internacional que premia la innovación. Fue en un encuentro en donde el presidente de la UNLP, Fernando Tauber, acompañado por los vicepresidentes de las áreas Académica e Institucional, Martín López Armengol y Marcos Actis, respectivamente, y el secretario de Vinculación e Innovación Tecnológica, Javier Díaz, expresó su apoyo a los triunfadores de la competencia.
Los alumnos platenses Gabriela Barle, Ignacio Capobianco, María José Mata, Julián Mosquera, Agustín Rojas (Diseño Industrial), Sofía Portillo (Comunicación Social) y Joys Zárate (Medicina) participaron del certamen internacional «24 Horas de Innovación», con un proyecto para promover la preservación de las abejas, propuesta que reunió talento, ingenio y conciencia ambiental.
24 Horas de Innovación es un certamen cuyo objetivo consiste en incentivar a equipos de todo el mundo a que encuentren soluciones creativas a los desafíos planteados por gobiernos, empresas privadas, instituciones públicas y ciudadanos. En la competencia –organizada por la École de technologie supérieure (ÉTS) de Montreal, Canadá– intervinieron más de mil jóvenes representantes de distintas Universidades de los cinco continentes. En esta ocasión participaron más de doscientos grupos de trabajo de diferentes instituciones de educación.
Los jóvenes ganadores trabajaron durante un día entero sin parar en la sede local de 24 Horas de Innovación, montada en la Facultad de Informática de la UNLP.
Apenas un día de trabajo le alcanzó a este equipo de estudiantes de la UNLP para cautivar a un jurado de especialistas con una propuesta que supo combinar imaginación, conocimiento científico y conciencia ecológica. Se trata del proyecto «Bee to Be», que a grandes rasgos propone instalar en casas y edificios pequeñas colmenas artificiales especialmente diseñadas para que el hombre y las abejas puedan coexistir en armonía.
«Bee To Be» tiene como objetivo promover la preservación de las abejas, cuya población hoy se ve seriamente amenazada en el mundo entero como consecuencia de la creciente contaminación, el calentamiento global y el uso de insecticidas. Por ello se propone estimular el crecimiento de las poblaciones de abejas instalando un hábitat aislado y seguro en el interior de los departamentos, casas, o en lugares comunes de los edificios.
Los miembros del equipo interdisciplinario de la UNLP aseguran que es completamente posible lograr la coexistencia segura con las abejas colocando colmenas sobre las paredes de los edificios. Este modelo de hábitat artificial prevé una salida al exterior para los insectos y una conexión hacia el interior del edificio –sin contacto con las abejas– que permite recolectar la miel sin riesgo alguno.
Para sus creadores, instalar este sistema genera grandes ventajas para el medioambiente, ya que al preservar la vida de las abejas se asegura la continuidad de los procesos de polinización y, consecuentemente, se garantiza el equilibrio del ecosistema. A su vez, quien cuente con una colmena de este tipo en su casa tendrá libre acceso a miel pura, sin conservantes, agrotóxicos ni necesidad de mantenimiento.