Pesada herencia: en 2019, la malnutrición infantil trepó al 45,25% en el Gran La Plata

La organización social Barrios de Pie y el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPC) presentaron un nuevo informe sobre el Indicador Barrial de Situación Nutricional en La Plata, Berisso y Ensenada, que, con el foco puesto en los comedores barriales, alerta sobre un crecimiento exponencial de la malnutrición en la niñez.

Según detalla el informe, con base en el segundo semestre de 2019, la malnutrición alcanza al 45,25% de los niños, niñas y adolescentes que asisten a merenderos, comedores, espacios comunitarios, quienes se encuentran «en una mayor vulnerabilidad socio-sanitaria».

En ese sentido, el ISEPC registró una fuerte escalada respecto del primer semestre de 2019, cuando la malnutrición alcanzaba el 39,60%; es decir que en seis meses creció más de cinco puntos porcentuales.

El estudio señala que «más de 4 de cada diez niños, niñas y adolescentes de 2 a 19 años, que asisten a comedores y merenderos se encuentran en alta vulnerabilidad nutricional según el Índice de Masa Corporal (IMC)».

En este marco, detalla que sobre un total de 526 niños, niñas y adolescentes, 238 «se encuentran en alguna de las variantes de malnutrición, sin discriminar grupo etario, destacando la preeminencia de los indicadores por exceso, sobrepeso y obesidad, que superan significativamente al indicador por déficit alimentario. La baja talla se ubica en un 5,73%, se trata de 30 niñxs que presentan acortamiento para su edad».

En cuanto a los grupos etarios, en la primera infancia la malnutrición se ubica en el 45,87%; en la segunda, en el 45,55%; y en la adolescencia, en 43,59%. En todos los casos, la tendencia es al sobrepeso y la obesidad.

En cuanto al sector lactante, la malnutrición baja exponencialmente pero sigue siendo alta: presenta un 32,08%. «Se enciende aquí una alerta por la presencia de malnutrición a temprana edad, con indicadores que dan cuenta que estxs niñxs de 0 a 2 años estarían recibiendo una alimentación inadecuada en un periodo vital para su desarrollo», manifiestan en el informe.

En este marco, desde el ISEPC y Barrios de Pie advierten que este escenario refleja las dificultades de las familias de acceder a dietas que logren cubrir las necesidades nutricionales en un contexto económico adverso. «Se abre una clara brecha entre la suba de los alimentos, los fuertes incrementos de tarifas y combustibles en relación con los aumentos otorgados a las jubilaciones, los salarios mínimos y a la AUH, lo que provoca un fuerte deterioro en los ingresos de los sectores más
humildes», destacan.

«Las consecuencias de la escalada en los aumentos de los precios de los productos frescos como carnes, lácteos, frutas y verduras agravan cada vez más, la tendencia que ya veníamos observando del reemplazo de alimentos nutritivos por alimentos rendidores en las mesas de los hogares más humildes», indican.

«Así, mientras baja la ingesta de proteínas, hierro, calcio y vitaminas, sube la de hidratos de carbono y grasas. Al mismo tiempo, se consolida la situación de la preocupante adaptación de la dieta de los niñxs a la de los adultos, sin complementar con productos necesarios para su desarrollo durante la lactancia y primera infancia principalmente», detallan.

Desde Barrios de Pie instan a que se den «respuestas integrales y oportunas para revertir los efectos de la inseguridad alimentaria», y llama al Estado a que «asuma un rol activo en la promoción de una alimentación saludable y del acceso a la salud integral».


 

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