Pentatónica| Puebla

Por R.G.M.

 “Una fotografía es un secreto sobre un secreto: cuanto más te cuenta menos sabes.” Si las canciones de Puebla fueran fotos no serían tenebrosas como la obra de Diane Arbus, autora de esa definición. Quizá se antojarían como cálidas polaroids: pequeños composiciones que contienen elementos y paisajes, teñidas de cierta sutileza que sugiere más allá del cuadro. Y es que a lo largo de “La Sed”, entre elipsis y pequeños relatos, se desprende esa sensación de código común tras un viaje colectivo. Las voces armonizadas refuerzan un concepto que acompaña a la banda desde el principio.  “Hay algún atajo, quiero descrifralo/en el suspenso voy a desplazarme”, entonan en la apertura con “Cráter” y en cierto modo ilustra una búsqueda que comenzó con un formato más acústico y folk, pero que se fue ampliando no solo en integrantes sino en texturas y sonidos.

“Te voy a revelar/nadie lo va a saber/quiero sacarme una foto a oscuras/ya sé que puede salirnos mal/pero si estamos este rato a oscuras/talvez te pueda desenfocar”, reza adhesiva «Foto» a puro pulso indie. “Velocidad crucero”, junto a El Príncipe Idiota, experimenta cierto intimismo urbano y “Nube” ondula como un vals emocional. Hay algo de folklore digital en “Quieto”, antes de  uno de los puntos más altos junto a Ramiro Sagasti : “A oscuras”, tan plácida como épica.

“La Sed”-que expone un delicado trabajo de audio, producción y arreglos- funciona como un álbum que retrata un viaje que no es una vacación, así también como un mapa desplegado para nuevas aventuras, instantes, secretos y fotografías.

*Puebla se presenta este sábado 23 de septiembre a las 21 en Ciudad de Gatos (17 y y 71) . Abre Carolina Donati

1)“La dirección, la velocidad…todo me trajo hasta acá”. De un origen más acústico la banda fue adentrándose más en el indie y el rock ¿en qué hay continuidad y en qué innova este material dentro de su propio recorrido?

En La sed hay una vuelta a algunos orígenes que habíamos dejado en pausa durante un tiempo y que teníamos ganas de recuperar. La identidad de la banda tiene mucho que ver con las armonías vocales y los juegos entre nuestras tres voces sobre un fondo que va y viene de lo austero a lo complejo. En la textura total conviven instrumentos a priori son difíciles de imaginar juntos: el acordeón, las placas y las guitarras acústicas en diálogo con la batería, el octapad, los sintetizadores, el bajo y la guitarra eléctrica. 

Esa esencia está bastante explorada en este disco pero a la vez en las distintas etapas del proceso aparecieron materiales totalmente nuevos para nosotrxs. Trabajamos durante un año con Mauro Cambarieri en la producción, la edición y la mezcla. Su escucha externa y experta nos llevó a sacarle el jugo a las posibilidades del sexteto y a acercarnos a un indie folk más rockero, algo que nos entusiasmaba probar.

2) ¿Cómo fue el proceso de grabación, que incluye algunas colaboraciones?

Fue largo y muy diferente a las experiencias previas. Durante meses tuvimos una rutina semanal, todos los martes y algunos viernes íbamos a lo de Camba un montón de horas a probar cosas. Esa dinámica fue agotadora y clave al mismo tiempo. Gracias a eso, por ejemplo, logramos tomas de voces mucho más relajadas y cómodas. Grabamos sin la presión de que esté corriendo la hora paga de estudio. Creemos que eso se escucha en la resultante final.

En cuanto a las colaboraciones, nos dimos un lujo que todavía no podemos creer. Tanto Ramiro como Mariano son referentes de bandas que escuchamos un montón, sus canciones forman parte de nuestra vida, de nuestros viajes, de nuestra amistad. Los invitamos pensando que nunca nos iban a responder y los dos fueron puro amor y generosidad. Para nosotrxs ahora son mucho más ídolos que antes.

3) Hay un tema que se llama “Foto” y nos da el pie para pensar en la narrativa de la banda: generalmente las canciones son como fragmentos, instantáneas, pequeños relatos…¿no?

Totalmente. De hecho, antes de que ganara La sed como nombre para este disco una de las opciones era Plano secuencia, porque en la cabeza teníamos esa idea de que los temas son pequeñas escenas que se van iluminando y que en un punto están conectadas entre sí.

Además, muchas de estas canciones fueron escritas durante la pandemia o en el momento de transición y vuelta a “normalidad”, al piloto automático. Entonces hay imágenes y palabras que atraviesan el disco de punta a punta: la quietud, lo velado, el suspenso, lo difuso, la velocidad.

4) El recurso de armonizar voces pare reforzar la idea de voz colectiva…¿eso atraviesa todo el recorrido creativo?  ¿Componen juntxs y/o pensando desde un “modo Puebla”?

En parte sí. Siempre alguien lleva al ensayo el germen de la canción. Muchas letras son de Manu pero Jose y Lauta también componen. En general arrancamos a laburar sobre esos borradores y entre todxs les terminamos de dar forma.

Si bien el sello Puebla siempre fue la fuerza de lo mínimo en estos temas nuevos hay novedades que son resultado de las búsquedas grupales. A veces armamos una playlist colaborativa con referencias que vamos aportando entre todxs, una especie de mapa sonoro para entender por dónde va a ir la cosa.

5)”No voy a revelar que hay plan para después…” Bueno, sí…revelen…¿qué se viene a futuro, próximo y lejano?

En lo inmediato, tenemos la presentación de La sed en La Plata, este sábado 23 de septiembre. En octubre se viene un fechón con Pérez y La Teoría del Caos en el marco del Festi AIRE que se hace en la vereda de Ciudad de Gatos.  El 11 de noviembre presentamos el disco en Camping (CABA) y después la idea es armar gira por la provincia. Vamos a donde nos inviten.

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