Para la actividad científica, la primavera empezó sin brotes y sólo asoman los recortes

Por Silvia Montes de Oca

De no mediar cambios, el próximo 19 de octubre se votará la Ley de Presupuesto 2017 con malas noticias para el sistema científico tecnológico. El viernes 14 a las 14hs está prevista una concentración frente al Congreso, iniciativa del colectivo de Científicos y Universitarios Autoconvocados (CyUA), como una clara señal a los legisladores para que tomen nota y revisen los números antes de alzar su voto. Mientras tanto, el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en su reunión del pasado 3 de octubre, resolvió peticionar a ambas Cámaras del Parlamento –junto a quienes quieran adherir– la modificación del Proyecto de Ley para garantizar la continuidad y el funcionamiento del sistema de CyT en el país y en procura de una recomposición salarial para investigadores, becarios y personal de apoyo. (http://comunicacion.exactas.uba.ar/defendamoslaciencia/resolucion-cd-fcen/)

“Me parece importante hablarlo en los medios y difundirlo. Cuando los legisladores analizan un presupuesto para todo el país, en pocas semanas, por supuesto le prestan atención a los números grandes. Acá estamos hablando de fracciones muy pequeñas, pero para nosotros muy importantes. A nosotros no nos da igual el 0,75%, el 0,65% o el 0,59%”.

Según el Dr. en Física por la UBA Fernando Stefani, en promedio, esos son los porcentajes de participación del PBI que ha tenido y tendría a futuro la ciencia. Desde el mejor momento de la gestión pasada al 0,59% que alcanzaría, de ser aprobado el Presupuesto 2017 sin modificaciones y paradójicamente gracias a la propuesta de la alianza Cambiemos. Cabe señalar: la misma que en tiempos de campaña elevaba la cifra porcentual al 1,5%. En números redondos, el 1% de PBI de la economía argentina ronda los 5 mil millones de dólares.

El día anterior a la entrevista que le realizaron al Dr. Stefani los periodistas Natalia Suazo y Daniel Tognetti por Radio del Plata (https://radiocut.fm/audiocut/columna-de-natalia-zuazo-en-siempre-es-hoy-3-10-2016/), la ex presidenta Cristina Fernández dio a conocer en su cuenta de Twitter el mail donde otra científica, Andrea Bragas, repatriada por el Programa Raíces, le hizo llegar el informe que Stefani elaboró en torno a la participación de la ciencia en el presupuesto nacional desde el año 2009 hasta el momento (http://users.df.uba.ar/bragas/Informe%20presupuesto%20MINCYT.pdf).

El mismo día pero a la mañana, el diario Página/12 resumió en un informe titulado “Al cerebro, menos plata” la declaración del Grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), (www.pagina12.com.ar/diario/ajedrez/35-310789-2016-10-02.html), cuyos miembros dieron a conocer el último día de setiembre, en línea con la postura que mantienen desde su conformación, ya iniciado el Gobierno de Mauricio Macri (https://cienciaytecnicaargentina.wordpress.com/).

La preocupación de sus integrantes, de cuya integridad y compromiso intelectual nadie podría dudar, ha sido expuesta en distintos encuentros en los que trabajan mancomunadamente junto al resto de colectivos sectoriales, intentando preservar la estabilidad y el crecimiento que la ciencia ha logrado en los últimos años. Ya en febrero de 2016, en un reportaje en el mismo diario, el Dr. en ingeniería y titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales Eduardo Dvorkin señaló en representación de CyTA: “Estamos preocupados porque en el país se impuso una política que camina en sentido opuesto al desarrollo nacional y en la que están en peligro las libertades individuales”. “Es la primera vez en 50 años que la comunidad científica se manifiesta de conjunto en contra de un gobierno. La última vez fue en respuesta a la intervención militar de las universidades públicas durante la dictadura de Onganía, conocida como La Noche de los Bastones Largos”. “Nuestra tarea cotidiana se construye sobre las bases del pensamiento crítico”, explican los científicos sobre las razones de la carta, “por lo cual no podemos mirar para el costado frente a medidas que apuntan a echar por tierra conquistas sociales y populares e instalar un discurso adormecedor de conciencias”. La conclusión, unánime, es que Macri encabeza “una restauración conservadora en el país”.

Entre tanto, la agencia TSS con el título “La ciencia recortada” se ocupó de la cuestión y sumó el testimonio de dos legisladores del Frente para la Victoria: el senador por Santa Fe Omar Perotti y la diputada por San Juan Daniela Castro, titulares de las comisiones de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de ambas Cámaras del Congreso (www.unsam.edu.ar/tss/la-ciencia-recortada/).

El propio Fernando Stefani contó en la entrevista a Radio Del Plata que tanto Castro como Perotti ya han expresado a través de un comunicado su “preocupación por la abrupta caída en el presupuesto en Ciencia y Tecnología”, y en estos días “están tratando de convocar al resto de los bloques para que tomen nota del asunto” y ver si en las semanas que quedan hasta el próximo 19, día en que se vote la Ley de Presupuesto, puede revertirse la propuesta original del macrismo.

De acuerdo con lo que informaron a la agencia TSS, ambos legisladores han invitado “en cinco ocasiones al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, a debatir sobre sus políticas y sobre el presupuesto asignado, pero que ‘por razones de agenda y de salud’ aún no ha concurrido”. Castro y Perotti esperaban a Barañao el día 6 de octubre, pero no hubo información que confirmara el encuentro al que el ministro se había comprometido en participar. Según se ve en la sección Noticias del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Barañao dedicó ese día a cerrar un coloquio regional organizado por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL). Según se informa desde el MINCyT, en el encuentro se analizaron “los desafíos que suponen las nuevas formas de comercio e integración a la hora de planificar políticas que estimulen la productividad, favorezcan la diversificación de las exportaciones e impulsen la creación de empleos sustentables. En torno a esos temas se abordaron la incidencia del Big Data, Internet de las cosas, la inteligencia artificial y las neurociencias en el capital humano de la región”. El mismo día, el ministro Barañao abrió la exposición INNOVAR 2016, “donde se reunieron más de 400 proyectos que se destacan en ciencia y tecnología y con impacto social”.

En este sentido, en la nota al Dr. Fernando Stefani por Radio Del Plata se señaló que en el mismo texto del Proyecto de Ley de Presupuesto se pueden leer páginas estratégicas sobre la importancia de la ciencia y la tecnología. “Y en eso estamos todos de acuerdo, pero es necesario que eso se refleje en el presupuesto”. Tal como apunta Stefani, la visión del Poder Ejecutivo es que “El desarrollo de la ciencia y de la tecnología es una prioridad para los próximos años y por eso es que continuaremos fortaleciendo las políticas de innovación productiva y sustentable, con el objetivo de incrementar tanto la competitividad de nuestra economía como la calidad de vida de los argentinos”.

“En esta dirección, buscaremos aumentar la transferencia de tecnología al sector productivo y social, así como fortalecer el sistema científico tecnológico. La iniciativa de Proyectos Estratégicos permitirá impulsar la investigación y desarrollo de proyectos en temáticas como las tecnologías satelitales, la urbanización de asentamientos, los superalimentos, la acuicultura y la agricultura de precisión. Con el Plan Espacial, vamos a fortalecer las actividades espaciales a través de la exploración y observación terrestre, el desarrollo de proveedores de componentes, la atracción de inversiones y la promoción de exportación de información satelital y satélites.”

(www.mecon.gov.ar/onp/html/presutexto/proy2017/mensaje/mensaje2017.pdf)

De acuerdo con las intenciones así expresadas en el proyecto girado al Parlamento, resulta razonable que el propio Barañao haya admitido al matutino Clarín (con un texto que resalta el propio diario): «Es cierto: yo era muy crítico, tenía serias prevenciones de lo que podía ser el futuro de la ciencia y lo dije públicamente. Ahora me rendí ante la evidencia: la disposición del Gobierno hacia el sector científico y tecnológico es realmente sincera».

En sintonía con lo expuesto por los colectivos CyTA y CyUA y con miras a la concentración frente al Congreso el próximo día 14, cabe repasar las cifras expuestas en el informe del Dr. Fernando Stefani, que volvió al país en 2009 después de realizar un posdoctorado y ser docente de la Universidad de Munich, en Alemania, porque estaban dadas las condiciones para regresar.

“En la fracción del gasto total del Presupuesto Nacional, veníamos en un promedio histórico del 0,75%, en 2016 pasó a ser del 0,65% y el año próximo se plantea que sea del 0,59%”.

Tal como le señaló a los periodistas Suazo y Tognetti: “entre 2003 y 2014, los presupuestos se incrementaron en un 70%. Recordemos también que son programas plurianuales. Se necesita tiempo de desarrollo para investigar, para encontrar y publicar los resultados. La reducción de un año para el otro impide la continuidad de muchos de ellos”.

“No tenemos un presupuesto muy holgado. Nunca lo tuvimos, pero funcionábamos. La reducción que tuvimos este año ya llevó el sistema a una situación de alarma. Una reducción aún mayor va a implicar que se produzca una selección negativa. Porque podemos perder a los más jóvenes –que son los que tienen menos lazos en el país– y a los más brillantes, que son los primeros que consiguen oportunidades.”

“La comunidad científica no es ambiciosa, ni es que le interese el dinero ni condiciones laborales excepcionales. En general, y esto ocurre en todo el mundo, al científico lo motiva el conocimiento, su trabajo… Entonces, si hay un salario adecuado y sobre todo condiciones para trabajar, los científicos se quedan. Y eso fue lo que yo encontré al volver.”

Stefani no desestima un dato central en su análisis macroeconómico del impacto del recorte en la actividad científica: “Hay que entender que en este 2016 la inversión ya fue baja, porque trabajamos con un presupuesto aprobado en setiembre de 2015. Recordemos que hubo una devaluación muy fuerte luego de esa aprobación” (las estimaciones rondan el 40%: tras el cierre del cepo cambiario con un dólar de $9,80 ni bien comenzó el año, la cotización del viernes pre feriado extendido subió a $15,40).

La voz de Stefani merece ser replicada, no sólo porque basa su advertencia en un análisis económico real, sino porque sabe que, de producirse este retroceso, es difícil de reparar.

“Además, si se corta una actividad, un proyecto que es plurianual y lo desfinanciás un año… En ciencia, tecnología e innovación estar parado un año es perder oportunidades. Perdés no sólo los posibles beneficios a futuro, sino también la inversión que viniste haciendo”.

Finalmente, fue otro de los que realizó una convocatoria explícita al resto de la comunidad académica, en particular, en el sentido de aprovechar la instancia de revisión legislativa antes de la sanción de la Ley. “Es algo que los científicos tenemos que aprovechar. Así como los rectores de las Universidades ya están dando vueltas por el Congreso, explicando sus necesidades, así como lo hacen los sectores industriales, los científicos tenemos que empezar a hacer ese ejercicio para defender a nuestro sector”.

En otras palabras, como dijo un integrante del grupo CyTA, el Dr. Roberto Salvarezza, en un encuentro reciente en la UNLP: “Pensar que antes la noticia científica era que estábamos inaugurando un nuevo instituto o nos llegaban equipamientos e instrumental. Ahora, nuestra preocupación es ver si podemos sostener con nuestro presupuesto anual el pago de la boleta de la luz”.


 

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