Otro golpe del macrismo a los trabajadores: quitó los aranceles de importación a productos de informática

Por Gabriela Calotti

Esta vez, y contrariamente a todas sus promesas de campaña, el presidente Mauricio Macri cumplió con una medida que su Gobierno había anunciado en octubre pasado: a partir de este martes comenzó a eliminar los aranceles para la importación de productos informáticos y de telecomunicaciones en lo que según fuentes gremiales constituye un “golpe a la pujante industria informática” del país que “sólo va a generar desempleo”, como se ha visto en los últimos meses en fábricas y empresas de la Ciudad de Buenos Aires, del Conurbano y de Tierra del Fuego.

A través del Decreto 117/2017, el Ejecutivo nacional formalizó la medida que “modifica las alícuotas correspondientes al derecho de importación extrazona […] incluso del CERO POR CIENTO (0%) para los bienes considerados de ‘Informática y Telecomunicaciones’  (BIT), así como para los sistemas integrados que los contengan, hasta el 31 de diciembre de 2021”, precisa el Boletín Oficial con las mayúsculas correspondientes.

“La industria electrónica e informática había crecido muchísimo y además significaba empleo joven y altamente capacitado”, lamentó a Contexto Emiliano Gallo, responsable de prensa de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), antes de enumerar las empresas y/o fábricas del sector informático que cerraron en los últimos meses en diversos puntos del país dejando cientos de desocupados.

Novatech, Corporate Corp, BGH y Banghó son algunos de los ejemplos más conocidos. La última mencionada es la quinta planta informática del país, ubicada en su caso en Vicente López. Curiosamente, y en contradicción con los mensaje de campaña para alentar el empleo joven, la alianza gobernante Cambiemos está haciendo todo lo contrario.

“La edad promedio en Banghó es de veinticinco años de edad y en el 70% de los casos se trata de su primer trabajo”, precisó Gallo. La empresa despidió a 183 que luego reincorporó, pero les paga el 70% y están suspendidos. Mientras 74 de sectores comerciales o fuera de convenio aceptaron el retiro voluntario, puntualizó.

En diálogo con Contexto, el economista Andrés Asiaín consideró que “mientras se implemente esta política y no haya sectores alternativos que contengan en términos de empleo y de creación de valor a los sectores que van cerrando por la importación, el resultado neto termina siendo negativo para el país”.

Según Gallo, con la quita de aranceles “se está perdiendo una industria pujante, y esto va a generar solamente desempleo”. Según la UOM, el sector metalúrgico perdió en 2016 unos 10.000 puestos de trabajo por las políticas de ajuste del macrismo, sin contar que “entre 15.000 y 20.000 compañeros fueron suspendidos en todo el país”, agregó.

La quita de aranceles había sido anunciada en octubre pasado por el ministro de Producción, Franciso Cabrera, pieza clave en el cambio de modelo económico que está imponiendo el macrismo, que en sus primeros doce meses de gobierno provocó una caída de la actividad industrial del 4,9%, según datos de la Unión Industrial Argentina (UIA).

Para el Gobierno, la quita de aranceles bajará los precios

La lectura del Gobierno pasa por otro lado. Es como si la quita de retenciones al sector agrícola hubiera bajado el precio del pan. Todo lo contrario. Desde el lunes, el kilo de pan vale cincuenta pesos.

Según el Decreto 117/2017, “dicha modificación arancelaria redundará en la disminución de los costos de fabricación de diversos aparatos y equipos electrónicos, mejorando las condiciones de competitividad y productividad, y contribuyendo al aumento de la inversión productiva en el sector y de su disponibilidad en el mercado local”.

A partir de este martes se eliminará el arancel del 12% promedio que regía para la importación de componentes para producir computadoras en el país, y desde el 31 de marzo se eliminará el arancel del 35% para computadoras terminadas, notebooks, all in one y PC de escritorio. El ítem referido a “partes de computadoras” incluye otros complementos de informática, como impresoras, plotters, digitalizadoras y otros bienes tecnológicos, como servidores y partes de LEDs.

“Está claro que esta medida apunta a una idea del Gobierno de Macri de que la industria electrónica que está en Tierra del Fuego es mejor desarticularla y sustituirla por importaciones a que mantenga su continuidad”, consideró Asiaín, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.

En su opinión, habrá que ver entonces la relación que empiece a producirse entre “el abaratamiento de la computadora versus lo que se pierde por dejar de producir un porcentaje muy menor del grado de valor a nivel nacional”.

El asunto es que la quita de aranceles en el sector informático se suma a medidas similares para promover las importaciones que están costando muy caro a muchos otros sectores de la industria nacional y en particular a los trabajadores.

“Obviamente esto habla de una cuestión ideológica y de un planteo económico focalizado en un sector, en este caso, pero también lo están sufriendo otros sectores, como la industria textil, del juguete, la industria maderera, que ante la apertura de importaciones ven achicar el mercado interno, los puestos de trabajo y el sector productivo”, afirmó Asiaín.

Desde la UOM advirtieron que “si el Gobierno de Macri no revierte sus políticas, las medidas se van a agudizar”, y denunciaron que en el marco de la apertura de importaciones la empresa de transportes “ERSA quiere traer 800 ómnibus de origen brasileño” completamente equipados que podrían provocar la pérdida de 1.000 empleos directos y 2.000 indirectos.

“Si el proyecto es que Argentina se especialice en productos primarios y traiga el resto de los productos del exterior, nos encontramos con que estos sectores primarios no son capaces de dar empleo y de generar un nivel de redistribución del ingreso que permita que los 40 millones vivan dignamente”, sentenció Asiaín.


 

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