Por Pablo Roesler
Con las puertas cerradas, casi sin público y poca difusión. Ese fue el tono que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Jujuy quiso darle al primer juicio contra la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala, acusada de haber organizado en 2009 un escrache al entonces senador y hoy gobernador Gerardo Morales. La hora que duró la exposición de la diputada del Parlasur puede ser una de las claves de ese cerco. “La declaración de Milagro fue absolutamente contundente”, dijo su abogada, Elizabeth Gómez Alcorta. Era la primera vez que hablaba en público desde su detención del 16 de enero.
El debate continuará hasta el miércoles con un desfile de testigos, entre ellos un puñado de policías que investigaron la protesta del 16 de octubre de 2009, y la presidenta de la Conferencia de Ciencias Económicas, Blanca Julia del Valle Juárez. La mujer mantiene el cargo desde aquella fecha y es una de las firmantes de la solicitada en la que La Sociedad Rural y otras instituciones del poder económico jujeño denunciaron la “intromisión” de la ONU, la OEA y la CIDH por exigir la liberación de Sala.
Mañana también los jueces deberán resolver si Leandro Despouy –que en 2009 presidía la AGN y acompañaba a Morales en la conferencia– deberá dar la cara por videoconferencia o si, como pidió la querella por sus funciones en cancillería, declarará por escrito. El miércoles será la sentencia.
“La primera jornada demostró que el tribunal quería hacer un juicio con las puertas lo más cerradas posibles. Para nosotros es importante que la mayor cantidad de gente pudiera acceder a lo que estaba ocurriendo”, explicó Gómez Alcorta.
“La primera jornada demostró que el tribunal quería hacer un juicio con las puertas lo más cerradas posibles. Para nosotros es importante que la mayor cantidad de gente pudiera acceder a lo que estaba ocurriendo”, explicó Gómez Alcorta. En esa sala se realizan los juicios por crímenes de lesa humanidad. Entran setenta personas, pero el TOF habilitó sólo veinticuatro sillas. Ahí habló Milagro (reprochó la suspensión del juicio por el Apagón de Ledesma para juzgar unos huevazos) y declararon testigos presenciales. También hablaron René Orlando Arellano y su esposa Cristina Chauque, los testigos de Morales que dijeron que el escrache se preparó en la casa de Milagro.
“Quedó claro que cada manifestación o acto que hizo Milagro desde que milita lo encabezó; y que todos los testigos presenciales del hecho dijeron que no había personas vestidas con prendas de la Tupac y que Milagro no estuvo. El único testigo de cargo presentó demasiadas inconsistencias y lo convierte en un testigo poco creíble”, redondeó la letrada.
“HAY UN PATRÓN QUE SE REPITE: QUE APARECE UNA PERSONA SIEMPRE CON ALGUNA VINCULACIÓN CON GERARDO MORALES. EN ESTE CASO, ÉL LOS OFRECE COMO TESTIGOS UN AÑO DESPUÉS… Y ESO COMO ÚNICA PRUEBA.”
El periodista y presidente del CELS, Horacio Verbitsky, dijo que el debate mostrará que todas las causas contra Milagro tienen la misma lógica: el que acusa a Sala se beneficia (“los únicos dos testigos en este juicio que luego de declarar contra Milagro fueron contratados por el Gobierno de la provincia”, explicó). Los abogados de Milagro comparten esa idea: “Hay un patrón que se repite: que aparece una persona siempre con alguna vinculación con Gerardo Morales. En este caso, él los ofrece como testigos un año después… Y eso como única prueba”, cerró Gómez Alcorta.
En respuesta, Morales hizo una convención radical para sumar apoyo tras la exposición de Milagro, que repercutió dentro y fuera del país. Para el abogado Juan Grabois, consultor del Vaticano y referente de la CTEP que visitó a Sala, el Poder Judicial jujeño “se está apurando a ver si consigue una condena antes de las fiestas que justifique el zafarrancho jurídico que han hecho”. Los organismos de apoyo a la dirigente levantan la consigna “Por una Navidad sin presos políticos”, usada durante la dictadura de Lanusse.