Mateo Cuccovillo: camino abierto

Por Ramiro García Morete

“Quiero rock, puro rock nacional/quiero llegar hasta la meta y volar”. No era el jingle de ninguna emisora sino -palabras más, palabras menos- una de esas canciones que hacía jugando con su madre. Ella, que tocaba el piano, le había dado su criolla cuando el pequeño de 8 o 9 años comenzó ese taller donde aprendía canciones de Vicentico o Calamaro. La misma que se partió en el traste doce y que -al ingresar al bachillerato de Bellas Artes- abandonaría por la misma Yamaha que hoy conserva.

Y es que en la casa de Gonnet la música sería un lenguaje presente a través de los Beatles o, por supuesto, Spinetta. El Flaco ocuparía un lugar importante solo superado por Cerati para el chico de gustos diversos. Y es que los discos de sus hermanos, bastante mayores, habían sido otra influencia. Lo cierto es que desde muy pequeño su corazón estaría ocupado por la música y su mente por una meta: un disco.

Aunque aquella noche de invierno, a los 15 o 16, sería una chica la que ocupara poderosamente su corazón. En el mismo living de la casa que ya no habita desde que se mudó con amigos al mismo barrio, saldría una de las primeras composiciones satisfactorias para sí mismo. A decir verdad, un tiempo antes ya había entablado una fructífera sociedad con Federico Morosi. “Vos hacés las letras y yo me encargo de la música, que las canciones me salen en dos minutos”, sería el arreglo. Y que mucho antes de engancharse con la poesía, las líricas sabrían ser una dificultad. Con este compañero -quien “escupía palabras”- formarían la numerosa banda de reggae y fusión que sigue integrando: Puertas.

Pero ahora las palabras habían salido sin ayuda, como sería desde entonces: de un tirón. Letra y música, todo junto. Quizá así haya ocurrido con “Bolero de arrabal”, surgida tras su viaje de estudios musicales a La Habana o “Flores en el viento”, tras su estadía de iguales fines en Sevilla y Barcelona. Su paso por Música Popular tanto en La Plata como en Avellaneda a la par de grabar y tocar con la banda, irían aumentando su solvencia.

Por eso a principios de 2019 se sentiría confiado y con un repertorio para encarar su anhelado primer álbum. Junto a Tevi Frontera como aliado y arreglador, sumarían fuerzas hasta que un empleo le posibilitaría una decisión clave: dar un salto en profesionalismo. Desde lo artístico (con la producción de Gustavo Cortes y Nicolás Gonzales, de Sig Ragga) hasta lo visual y comunicacional, encararía el álbum que presume publicar en abril o mayo del 2021: “Zensaciones”. Y cuyo primer corte abreva una raíz folclórica, cierto brío de fusión spinettiana y espíritu de canción: “Marea”. La misma canción que desde el living le ayudó a encaminar una meta que cada vez está más cerca para Mateo Cuccovillo.

“Marea es una de las primeras canciones fuertes que compuse. Quedó ahí guardada para en un futuro hacer un disco… que es lo que anhelaba de chico. Armar un disco solista más allá de mi Puertas, una banda súper grande de once músicos. Y este año estuve a full como solista. Arranqué por Marea, porque era el tema más sencillo e introspectivo. Todos estos temas son introspectivos, es un viaje más para adentro. Quizá la letra quedó un poco en el pasado, pero no deja de ser sensible e interesante”.

Respecto a  lo estilístico, “es un mestizaje. Lo que como músico he estudiado y tratado es abarcar muchos géneros. Es una primera puerta a mostrar esta fusión en la que estoy investigando ahora. Es el sencillo que abre la puerta a algo más complejo”. Y adelanta sobre este álbum cuyo próximo corte tendrá lugar en febrero: “Desde lo armónico y desde las letras son canciones más cercanas a mi presente, más tiradas a la poesía que es lo que me gusta hacer e investigar”.

Con una “banda solista” armada con deseos de actuar en vivo y un sonido orgánico, define su búsqueda sonora: “Yo le llamo tener mente de la vieja escuela. Este tema tiene un formato banda y como está mi voz… no laburo mucho la programación. Sí sé usar y maquetar, pero no es mi camino. Quizá sí para una segunda producción me gustaría. Eso lo estoy manyando… hacer algunas cosas más contemporáneas. Estos temas son de una marca bien orgánica que me surge desde la guitarra y la voz”.

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