“De todos los bares, de todas las ciudades del mundo, ella entra en el mío”, dice un tal Rick en una película más o menos conocida, más o menos invencible. Podría ser “La cantina de Mos Eisley”, “Korova Milk Bar”, “Café de Lou”, da igual. “El cine y el bar tienen la virtud de vincular personas y sumergirlas en una existencia provisoria, diferente a la cotidiana. Son lugares entre lo histórico y lo fantástico, entre el entretenimiento y el mito”, nos introduce un conciso comunicado. Y es que claramente el cine es verdad veinticuatro veces por segundo pero también la usina mitológica más grande desde los tiempos del Olimpo y el fuego robado a los dioses para darnos la luz. “¡Gracias a la luz por el cine!”. Es eso y mucho más, infinito como “el debate sobre una película o la temperatura justa de una buena cerveza se dirimen con la misma convicción”.
Y si como afirmaba Marty (Scorsese, no Mc Fly) es cuestión de lo que está en cuadro y lo que queda fuera, Olimpia Cine Bar se erige como una propuesta integral donde esos límites son más bien lazos. Pues este jueves arriba una experiencia novedosa y familiar a la vez para “repensar los espacios que frecuentamos, a transitar el formato audiovisual desde lo heterogéneo y a entrelazar diferentes proyectos culturales. Reunimos diferentes formatos y dispositivos audiovisuales que fueron y siguen siendo parte de nuestro imaginario cercano y los transportamos al ámbito del bar, para compartir y lograr un encuentro en común. Tesoros encontrados en la calle, cintas de video que fueron guardadas por un deseo a veces indefinido y colecciones de carretes invaluables en el inconsciente colectivo, pasan a ser la excusa perfecta para convertirse en nuestra programación”.
Este jueves 17 de julio desde las 18 en 17 y 71 se inaugura Olimpia Cine Bar. De todos los bares, de todas la ciudades del mundo, ¿qué mejor lugar para entrar?

LUZ
Guillermina De, talentosa realizadora audiovisual y tenaz productora detrás de numerosos eventos de nuestra ciudad, nos cuenta el origen de este nuevo proyecto colectivo. “La idea surgió a fines del año pasado en el Taller Crypta, veníamos tirando la propuesta de armar un cine bar, una juntada en el taller a ver pelis y tomar una birra mientras. Una excusa para juntarse con amigos, ver cosas que nos gusten y que tengamos para compartir por fuera del plan casero. La idea nos fue gustando y empezamos a pensarla como un cruce posible y distinto entre un bar y un cine”. Y detalla: “En Crypta somos un grupo de personas que en diferentes oficios nos entrelazamos para hacer proyectos artísticos y culturales, estamos todo el tiempo rodeándonos y compartiéndonos cosas que son disparadores de proyectos y de obras, había algo ahí que funcionaba de motor y sabíamos que darle lugar al intercambio era posible desde otra perspectiva. Empezamos a darle forma pensándolo como un ciclo itinerante, llevar la idea a distintos espacios locales y aprovechar aún más ese cruce entre el cine y el bar”.
CÁMARA
Guillermina desentraña el enfoque particular del ciclo: “Primero pensamos en romper con la propuesta clásica de proyección de película, esa no era la primera intención. También pensamos en las formas actuales de los encuentros sociales, y nos fuimos por el lado de salir de las propuestas unilaterales de un bar, de la salas de conciertos y recitales, o de cines. Queríamos entrelazar y expandir esas propuestas, proponer algo distinto y algo que nos den ganas a nosotros de habitar.
Pensamos entonces en proponer el ciclo en ambientes donde somos habitués y donde sabemos que existe la charla, el intercambio, la ranchada, y pensar el plan en términos de incluir las proyecciones de maneras no tan convencionales”.
Y aclara: “ No buscamos ni el silencio y oscuridad absoluta que requiere un cine, ni interrumpimos la charla de bar entre amigos. Las proyecciones y el bar, suceden en simultáneo, les acercamos materiales particulares de cine, televisión, archivo, películas, series, home movies, rarezas y tesoros. Que son los materiales que a nosotros nos gusta ver, compartir y comentar, y en el medio disfrutarlo en el encuentro social.

ACCIÓN
Y si hablamos de accionar colectivo e identidades entrecruzadas, la evidencia es inapelable: “Presentamos el proyecto el 17 de Julio en el Bar Interferencia (ahora ubicado en el tan querido Ciudad Vieja de 17 y 71 cada jueves de la semana). Nos parece un gran cruce porque se trata de un bar que ya viene promoviendo el encuentro de distintas propuestas culturales y locales y nos abren las puertas de su proyecto para que podamos compartir el ciclo- rescata Guille-. Queremos seguir haciendo ediciones a lo largo del tiempo, en base a la experiencia de la propuesta y distintos espacios y proyectos con los que vayamos abriendo caminos de manera conjunta”.
CRÉDITOS
“OLIMPIA se forma a partir de varios proyectos locales que fuimos convocando a ser parte. Desde la Dirección General estamos mano a mano con Gonzalo Monzón traccionando el proyecto.
Cyrpta es el taller y equipo de trabajo con el que llevamos a cabo la realización y puesta en escena del ciclo. En este proyecto estamos Gonzalo Monzón, Mareano Van Gelderen, Facundo Ichuribehere y yo (Guillermina De). Somos realizadores, artistas visuales, audiovisuales, diseñadores y escenógrafos. Cada quien con su hacer aporta al proyecto.
Para las proyecciones analógicas convocamos a Cinemecánica, que es un ciclo de cine revival con proyecciones en fílmico en 35, 16mm, y Súper 8, que viene trabajando hace años en la ciudad con propuestas de films clásicos, y de culto..
Para esta ocasión, nos comparten enlatados de distintos materiales, como trailers de películas, publicidades, archivos de televisión y demás rarezas y tesoros audiovisuales. Y nos acercan la experiencia de la materialidad analógica que para nosotros es un gesto igual de importante que el material exhibido.

En fílmico, también abrimos la sección Anarchivo Abierto y Colectivo. Donde invitamos a las personas a traer materiales que tengan en sus casas, en 16 mm y Súper 8, para que puedan ser proyectadas en nuestras ediciones. Películas caseras familiares, archivos encontrados, y demás categorías que quieran compartir con nosotros y el público.
Y en la propuesta de Video, nos acompaña el proyecto Batalla de Videos, un ciclo en VHS que caza, colecciona, preserva y selecciona ediciones originales en videocassette, arma una ranchada analógica o videoclub postmoderno que excede a la experiencia de ver películas. Batalla de videos nos propone instalaciones audiovisuales y un programa de mixtape de género pensado para la ocasión.
Como ambientación de la noche, Julián Savegnano nos acompaña con melodías de saxo e intervenciones que van acompañando y dirigiendo la programación de la noche. También, para que sea una buena noche de bar, habrá musicalización a cargo de Aaron Marshal”.